Especial navideño 18+

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Navidad era sinónimo de caos para casa Lan. Decoraciones, luces y un gran árbol navideño todo muy llamativo afortunadamente los vecinos apreciaban al médico y a su familia por lo que nadie se incomodó incluso  el hecho de que hubieran dos padres en casa rápidamente fue dejado de lado por la mayoría de la gente.  En la víspera de navidad Wei Wu Xian y el pequeño JingYi pasaron toda la mañana y parte de la tarde horneando galletas para obsequiar a los pacientes  vecinos  y alumnos. Luego de un par de charolas quemadas las subsecuentes fueron perfectas, teñían estrellas, campanas, pequeños pinos, copos de nieve y hombrecitos de jengibre. La mejor parte de todo fue decorar, usaron golosinas, dulces, chocolates, betún de muchos colores y brillos comestibles y gomitas.

Al caer la tarde lo único que restaba era poner los moños a las bolsas pero en esa tarea JingYi no colaboró. JingYi tenía entonces 15 años, el joven adolescente pasaría la víspera de navidad con sus amigos y se quedaría en casa de uno de ellos pues vivia más cerca del centro de la ciudad. Wei Wu Xian, ahora de nombre Mo Xuan Yu miro a  hijo salir felizmente por la puerta para la primer  navidad con sus amigos esperando que disfrutara de las luces de navideñas de la ciudad, lo fuegos artificiales, y que no bebiera o no pasaria mas allá de un sorbo antes de caer dormido pues al fin y al cabo era un Lan.

A las seis de la tarde como siempre su esposo llegó, bajo el volumen de la pieza clásica del cascanueces que escucho una docena de veces por día las últimas semanas. Lan WangJi encontró con su esposo cubierto de harina, betún y chocolate con la mitad del cuerpo sobre la mesa entregado en el decorado de los pequeños hombrecitos de galleta. El escenario era caótico,  como siempre, pero los ojos del médico se quedaron atrapados en una imagen, el relieve  de los perfectos y redondos glúteos, de Wei Wu Xian la perfecta silueta estilizada bajo el  viejo suéter rojo holgado navideño, era simplemente irresistible.

—¡Cariño volviste a tiempo! —celebró  Wei Ying poniendo el par de ojos a su hombrecito de jengibre

—Mn—respondió el médico caminando alrededor de la mesa mirando el desastre contrastar con las docenas de bolsas en  las canastas, tomó un par de gomitas rojas para entretener a su boca mientras decidía que hacer—¿Tu terminaste?

—No, bueno tengo las  galletas de los vecinos, los pacientes y la de mis alumnas… pero estas son  para nuestros niños.

¿Niños? Lan WangJi lo pensó con detenimiento. Sus niños ya no eran niños, Sizhui tenía novia, se había ido dos semanas a un viaje con ella y la familia de ésta, regresaría la mañana de navidad en compañía de Zizhen para pasar el año nuevo juntos en compañía de Jin Ling y  Jin Rusong. Finalmente concluyó que los niños no necesitaban galletas, y que aquella iba a ser su última noche a solas en las siguientes semanas porque por supuesto Wei Ying estaría completamente inmerso en los niños.  Por lo tanto en   lo que respectaba a Lan Zhan Wei Ying había terminado su labor de repostería navideña.

—Terminaste—dijo y metió la mano bajo el suéter descubriendo que Wei Ying no usaba otra prenda debajo. El motivo de ello fue que al hornear todo el día la cocina se calentó y con la calefacción puesta el calor era insoportable.  Wei Ying hubiera solo horneado con un delantal pero pensó en los vecinos  y en qué Lan Zhan lo reprenderá porque era peligroso, así soporto usar únicamente el  delgado y viejo suéter navideño que todos señalaban de ridículo.

—¡Ah Lan Zhan!—respingo

La fría mano le erizó toda la piel a Wei Ying, su espalda se contorsionó y Lan Zhan dejó escapar una risa divertida ligeramente maliciosa, pero Wei Ying no se giró a prestarle atención pues algo mucho más terrible ocurrió.

— ¡Lan Zhan! Ahora mi botón de gomita parece un pezón…—dijo haciendo un puchero pero en realidad estaba ligeramente divertido—estas ya no son inocentes galletas navideñas para nuestros niños y es tu culpa.

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