CAPÍTULO 103: SOLO UN MUCHACHO

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Una risa fría llegó a los oídos de Wei Ying, su delgado cuerpo estaba en el suelo frío, enroscado temblando, abrió lentamente los ojos, estaba muy oscuro como para distinguir algo. La risa era de un joven, melodiosa y encantadora, pero marcadamente burlona, se reía de él. Wei Ying se sintió confundido, no entendía que había ocurrido, dónde estaba o qué había pasado antes de despertar. Le costó mucho enderezarse, apoyarse en sus brazos para intentar levantarse. Maldijo a su delgado y débil cuerpo, últimamente se sentía más pesado, más ajeno, era muy cansado hasta respirar.

Wei Ying se puso de pie, observó a su alrededor en busca de algo que le ayudará a ubicarse, pero nada en ese lugar era familiar. Era la estancia de una cabaña bastante vieja,el suelo de madera crujió cuando balanceo su peso de un lado a otro mientras mantenía el equilibrio, la poca luz de exterior revelaba sábanas sobre algunos muebles, pilas de libros y suaves telarañas meciéndose en entre las vigas. Wei Ying llevó los ojos a la ventana, era de día y casi percibía el murmullo de un viento suave entre las hojas de los árboles, se sentía familiar como el aroma de pino entre el penetrante de la humedad y suciedad del lugar.

—Patético—dijo la voz de un joven, Wei Ying entornó los ojos en esa dirección. No era una si no dos personas con él en el lugar, dos hombres uno en un sofá parecía robusto más grande que el mismo sillón y otro sobre el reposabrazos con las piernas cruzadas, su silueta era estilizada armoniosa en sus proporciones. Wei Ying alcanzó a ver una mano ceñir la cintura del joven y al otro acercarse a su oído en un movimiento exageradamente íntimo provocando de nuevo su risa.

—Te vez tan lamentable Wei Wu Xian—La voz es tan familiar que Wei Ying dió dos pasos adelante—tan débil, vulnerable, impotente

Iba a dar otro paso cuando sintió el frío metal de una hoja contra su cuello y una voz muy parecida a la de joven dijo:

—Incapaz de defenderte, nada más que despojos, pura basura

—Tengo que decir que está imagen te sienta mejor, los despojos de una puta—Dijo una tercera voz masculina que Wei Ying pudo identificar sin ninguna duda

—¿Rouhan?

Los pies de Wei Ying se movieron rápido, no sintió el ardor del corte hecho por la espada pero se detuvo cuando un arma le apuntó, no fue el arma lo que le hizo detenerse, sino la persona que le apuntó, era él, una elegante y mas hermosa versión de él.

Wen Rouhan estaba el sillón sonriente mirándolo a detalle, complacido con la vista, sujetó la mano libre del joven, y enlazo sus dedos como si se tratara de su amante. Todo el vello del cuerpo de Wei Ying se erizo y después vino una sensación de asco. El hombre frente a él, quién le apuntaba, apartó la mirada y su atención cuando el viejo busco un beso de su amante. En ese instante al bajar la mirada notó sus piernas delgadas con cicatrices y sus manos finas y delicadas, escucho pisadas a su espalda y un golpe sopresivo que lo tiró. Wei Ying rodó su espalda mientras su agresor lo estaba mirando con sumo desdén, y comprendió porque no identificó su voz. El hombre con la espada, vestido de negro era también el.

—No eres nada, a quién serías capaz de proteger—señaló, poniendo la punta de la espada en el pecho de Wei Ying

—Si no fuera por mí hubieras sido una insignificante rata—Dijo Rouhan

—¡No es cierto! ¡Ah!—La espada penetró su pecho, la mirada de su verdugo no cambio, los ojos negro brillaban en un genuino odio, entanto los del joven son el arma relucían de placer por el dolor provocado, ávidos de sangre con una sonrisa retorcida..

Wei Ying cerró los ojos sin dejar de gritar, el dolor parecía genuino y profundo atravesando su corazón siendo atravesado. Unos momentos después todo se desvaneció, abrió los ojos y contempló un techo blanco y limpio, la luz del Sol bastaba para iluminar toda la habitación. Dejó escapar un suspiro de alivió fue solo un mal sueño, se incorporó y se llevó las manos a la cabeza, todavía diciéndose que era su mente jugabdo con el, mientras su corazón volvió a latir más lento. Su mente era un lio, revuelta y sin pensamientos completos todavía bajo los efectos del sueño.

STAY BY MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora