CAPÍTULO 90: DESDE EL INFIERNO

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El niño corría  por el jardín  perseguido por el pequeño cachorro, sus risas eran audibles desde la oficina, el pequeño Jin Rusong  era feliz, en realidad era fácil hacerlo sonreír. Jin Guang Yao  miro por la ventana satisfecho del éxito de su obsequio, mientras su llamada era transferida. En la casa de los Jin nada había cambiado, la pelea entre el amo de la casa y su esposa era solo una mentira más, ni siquiera la noticia del atentado contra Mo Xuan Yu cambió algo entre la pareja y las murmuraciones del personal no tuvieron efecto alguno. De hecho fue el mismo Jin guang Yao quien tuvo que tomarse el tiempo de  explicar a su esposa la situación de Xuan Yu, tras un largo silencio ella finalmente habló.

—No lo quiero en esta casa—Su voz sonó  quebrada casi sin estar convencida de sus palabras, pues Xuan Yu era una víctima según lo contado por su esposo, pero las prioridades de Qin Su era  otras—No pondrás a Rusong en peligro

—Jamás pondría en peligro a nuestro hijo—aseguro dando énfasis al hecho de que el niño era su hijo también—Pero…

—No… ya soporte a Zi Xun—ella se levantó  se sacudió la tela del vestido acomodandolo para volver a su trabajo—No pienso discutir más sobre esto.

Qin Su podía notar el rumbo que la conversación iba a tomar, llevar a Mo Xuan Yu a la casa, era tan claro que no tuvo más que negarse desde el principio. Jin guang Yao necesitaba a Xuan Yu cerca para terminar con él, si lo llevaba a la casa la tasa de error era nula, casi cercana a cero y por supuesto su familia no correría ningún peligro. Ella se marchó y el tema no se volvió a tocar, aún tenía cosas que hacer como el funeral para Jin Zi Xun y cumplir con apretadas agendas laborales y sociales.

Por otra parte el cuerpo de Zi Xun esperaba en un refrigerador en otra provincia retardado por los trámites burocráticos, esa fue la explicación  de Lan Xichen. Un funeral tradicional quedó descartado, ambos acordaron que el ataúd sería enviado y sellado y de retrasarse más Xichen se encargaría de cremar el cuerpo y enviar las cenizas. Pero la atención de Jin guang Yao cómo  todos sus esfuerzos estaba en conseguir  el teléfono celular de Jin Zi Xun, hasta donde sabía la evidencia aún no era procesada, pero el  tiempo para poner las manos en las pertenencias de su primo y cubrir su espalda era limitado.

—¿Ahora que necesitas?—La voz de Jiang Wan Yin era    hostil como siempre, realmente odiaba ser interrumpido en medio de su jornada laboral.

—Sobre el funeral—dijo tímidamente—bueno como es verano pensé que podría ir por A-Ling

—No será posible,  a menos que quieras darle  atención a tres adolescentes más—Jian Guan Yao se sintió confundido en cambio  para Jian Wan Yi resultó  divertido escuchar el silencio.Todo estaba tan calculado que no pudo evitar sentir satisfacción.—Escucha, enviaré a Jin Ling para el funeral, por ahora es mejor que esté con niños de su edad. Primero lo de Zi Xun y ahora Xuan Yu..

—¿Xuan Yu? ¿Qué sabes de él? ¿Está bien? —la urgencia en su voz no pudo ser disimulada dejo al descubierto que realmente no sabia de la huida de Xuan Yu.

—A…. escucha Xuan Yu se escapó, ahora mismo la policía lo está buscando, estoy peinado toda la ciudad pero es como buscar una aguja en un pajar. Si sabes de él comunicate conmigo, no creo que pueda estar seguro si la policía lo encuentra primero.

—¿Qué tan grave es?

—No lo sé pero te mantendré informado.

Jian Wan Yin reservó su sonrisa hasta que termino la llamada sin mas replica que un débil y casi inaudible “gracias”  La ira mezclada con el desconcierto subió por el pecho de Guang Yao hasta su cabeza, ¿Por qué no estaba enterado de eso? ¿Cuando se escapó? ¿Por qué no estaba en el expediente? y peor aún ¿Por qué no estaba enterado de la orden de arresto contra  Xuan Yu.  En medio de la desesperación  pensó en llamar a su suegro y luego a Xichen pero se detuvo cuando su mano estaba por tomar el teléfono. Se dijo que debía  pensarlo mejor sin embargo durante varios minutos no fue capaz de idear algo que le diera la delantera para atrapar a Xuan Yu, la risa de su hijo antes encantadora se tornó irritante. Se levantó del escritorio para ir a cerrar la ventana y la puerta cuando el peculiar sonido de la vibración  de su segundo teléfono contra la madera  lo detuvo a la mitad del camino. El solo sonido se sintió como el augurio de  que se trataba de algo malo, ese teléfono jamás sonaba, era él quien lo ocupaba en situaciones completamente extraordinarias cuando debía hacerse cargo de Lan Ling personalmente, tomar una decisión  y ordenar una ejecución. 

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