CAPÍTULO 1: DULCE MUERTE, TRISTE VIDA

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Según Wei Ying de las mejores cosas sobre morir era la ausencia absoluta del dolor. No había nada mejor que el abandonar la agonía que implicaba la vida mortal, cada herida, cicatriz y mal recuerdo se desvanecía. Ya no sentía nada, ya no recordaba nada. Sin embargo un segundo después todo el dolor volvió de golpe. Su cuerpo respiró de nuevo tras expulsar el agua que al parecer estaba llenando sus pulmones, peleo instintivamente contra el agua buscando no ahogarse de nuevo.

Sus ojos intentaban enfocar en medio de la oscuridad y los pocos rayos de sol resultaban cegadores, sus movimientos parecían insuficientes para salir del agua, ni sus manos ni sus piernas parecían útiles. Un pensamiento familiar llegó a su mente, recordó que el no tenía nada y la misma misma tentadora idea que años atrás llegó a su cabeza...

"Y si todo se acabara aquí, si dejara de pelear"

Todo dolía demasiado, todo su cuerpo, pero dolía mucho más el no tener una razón para vivir, él estaba absolutamente solo. Su hermana, sus padres, sus tíos, su esposa sus hijos, todo rastro de su familia se había esfumado. El chispazo de un fugaz recuerdo encendió su mente. El ya estaba muerto, se había dejado morir antes. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba?

Reunió todas las fuerzas que tenía, arrojó su cuerpo contra el borde de la bañera e impulsó todo su peso al suelo dejando que la gravedad hiciera lo suyo. Un involuntario gemido de dolor escapó de su boca, tenía una pierna rota, quizá más huesos estaban rotos, no había un lugar en donde no sintiera dolor, todo su cuerpo temblaba sentía frío y dolor.

Sus ojos se cerraron involuntariamente, estaba agotado y probablemente iba a morir de nuevo, pero no le pareció fuera malo. Un golpe directo en su estómago volvió a despertarlo.

-Mira esta rata aún respira-exclamó un hombre pisándole la cara.

-Ya deja que se desangre! !Vamonos! el jefe nos espera-Dijo otro

Wei Ying trato de enfocar la vista a la puerta del baño pero todo se volvió negro. Volver a la vida en esas condiciones era probablemente una cuestión de Karma tal vez se lo merecía, pensó. Contra todo pronóstico la puerta se volvió a abrir minutos después, un par de adolescentes o niños se precipitaron a la habitación.

-Te dije que no era buena idea venir solos, debimos llamar a papá-se quejó el más joven antes de quedarse quieto sorprendido por el estado de la habitación-Sizhui... eso es-señaló a la cama llena de sangre y algunos otros fluidos y de objetos que nunca en su vida había imaginado existían, pero era evidente como habían sido usados, la piel se le puso de gallina.

Sizhui tiró de su chaqueta, estaba seguro que el joven Yu seguía por la zona. Abrió lentamente la puerta del baño acto seguido su hermano tomó su brazo apretándose contra él.

La escena era horrible, pero ninguno de los chicos pudo dejar salir un sonido de su boca, nunca había visto tanta sangre, mucho menos a alguien muriendo o en un estado tan lastimoso. El cuerpo del joven Yu se encontraba semi desnudo había marcas moretones por todo su cuerpo su pierna derecha estaba destrozada y sin forma. El hermoso rostro del que tanto Sizhui hablaba estaba deformado por los golpes, pero lo más alarmante de todo era la sangre que fluía de sus muñecas.

Sin pensarlo dos veces Sizhui se precipitó al suelo quitándose la corbata del cuello para detener las hemorragias. Puso la corbata alrededor de una de las muñecas y tiró firmemente de ella.

-¡Rápido dame la tuya!-ordenó a su hermano que con manos temblorosas obedeció la orden-Y trae una sábana hay que cubrirlo... toallas también.

Sizhui sujeto la otra muñeca, levantando las manos buscando detener las hemorragias mientras su hermano volvía.

Jing Yi salió corriendo con el estómago revuelto de pensar que tenía que tocar la sabanas. Sizhui sabía que no podía hacer nada por ayudar a su amigo, había llegado tarde, el chico al final no había resistido.

Busco entre sus ropa su teléfono, pareció una eternidad la espera para que su padre atendiera su teléfono. Soltó las manos y atrajo el cuerpo del joven apretándole contra su pecho, algo en ese chico se sintió tan familiar que la idea de que muriera le formó un nudo en la garganta.

-¡Papá! lo siento... no estamos en la escuela

-¿Sizhui?--la voz de su hijo se encontraba descompuesta, pocas veces lo había escuchado de esa forma pero no tuvo forma de decir algo más porque su hijo continuó hablando.

-Papá por favor ven, esta sangrando mucho.

El único pensamiento del hombre al otro lado del teléfono fue que probablemente el menor de sus hijos se había roto la cabeza o algo parecido.

-Envía la dirección-ordenó antes de colgar.

Cuando Jingyi volvió con la sábana y todas la toallas que pudo hallar, su rostro estaba más que pálido, su padre iba a aparecerse en cualquier momento y eso no era alentador. Sostuvo las manos en alto mientras su hermano mayor envolvía al chico luego cada uno tomó una mano en alto y ejerció presión con las toalla sobre los cortes

Definitivamente no iba a volver a seguir a su hermano nunca más en la vida.

Sizhui le despejo la cara, el joven pareció abrir un poco los ojos, Sizhui sonrió forzadamente y aunque Wei Ying quería decir algo, la familiar calidez en esos ojos preocupados que lo miraban lo hizo sonreír involuntariamente.

-Señor Yu no cierre los ojos-pidio Jingyi junto a su hermano.

Algunos minutos después una figura familiar para Wei Ying apareció en la puerta del baño, era él, si era así, entonces podía cerrar los ojos todo iba a estar bien.

STAY BY MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora