CAPÍTULO 61: PADRES E HIJOS

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El siguiente y próxima capítulo fueron escrito gracias al pensamiento de Xiao Zhan sobre la muerte mismo que fue incluido se al pie de la letra

El viento mecía las cortinas llevando hasta la habitación el aroma de la hierba fresca, la tierra mojada y el sutil y dulce perfume de las flores. Los jardines en la propiedad Jiang se regaban a partir de  las ocho de la mañana. A las nueve Jiang Fengmian paseaba con una taza de café en la mano mientras inspeccionaba  cada una de sus flores. De esa forma comenzaba el primer día del verano, los Jiang volvían a su hogar, los tres niños despertaban tarde para desayunar en una mesa llena de frutas de todo tipo, era el único día en que Madame Jiang les permitía sentarse en la mesa con la pijama.

El estómago de Wei Ying gruño despertandolo, después de muchos días al fin tenía hambre  abrió los ojos con una sonrisa en los labios. Pero no estaba en uno de esos días de verano, el peso de los años y los acontecimientos lo aterrizaron en la realidad bruscamente. La sensación agridulce se acentuó al darse cuenta que sobre su cintura estaba el brazo de Lan Zhan. Siempre había querido llevarlo a su casa, mostrarle cada rincón de ella, su habitación y los alrededores, pero esa no ya no era su casa y no estaba en su habitación.

Lo recordó  el auto se desvió del camino a Shanghai, en su lugar cambiaron de auto a mitad de la nada y Jiang Cheng anunció que irían a Ezou. Llegaron antes del amanecer y no hubo tiempo para nada más que ir a dormir en las habitaciones disponibles, acomodaron a los niños  en la cama  les quitaron los zapatos y se tumbaron justo en la orilla para descansar un rato pero terminaron por dormirse.

Wei Ying apartó el brazo de Lan Zhan y se enderezó. Los niños ya no estaban, ni los conejos en su jaula. El estómago de YiJie no los iba a esperar a despertar así que arrastró a su hermano para ir en busca de algo para comer.

Wei Ying decidió que lo mejor era ir a buscarlos antes de que su pequeño con manos resbaladizas rompiera algo, se puso las pantuflas y salió rápidamente.

La casa estaba exactamente igual que antes, los años parecían no haber pasado en ella. Podía verse a sí mismo corriendo detrás de Jiang Cheng, escuchar la voz de su hermana llamándolo por toda la casa para que dejara de esconderse. Camino entre pasillos y corredores hasta el comedor, estaba seguro de que su pequeño diablillo encontró la forma de llegar hasta la cocina.

Vio a Jiang Cheng  en el exterior con una taza de café en una mano y en la otra la correa de Hada mientras miraba las flores. La presencia del perro lo hizo correr a la cocina donde sus niños tenían encantadas a las cocineras con sus modales y rostros hermosos. Wei Ying se quedó mirando desde la puerta con ligero aire orgulloso aunque sabía que el crédito era absolutamente de Lan Zhan.

—Buenos días señor Mo—saludó una de las cocineras al notar su presencia.

—Buen día—respondió entrando

—No se supone que se despertara tan temprano—protesto Jingyi—íbamos a llevarles el desayuno a usted y a papá

—Lo siento…¿El señor Jiang ya desayuno?

—Ya lo hizo—Respondió una de las cocineras—Nos pidió que los atendieramos, sus habitaciones estarán listas en breve.

—Gracias—Wei Ying puso las manos sobre la mesa con rueditas. Deseaba sorprender a Lan Zhan con el desayuno en la cama pero había un par de inconvenientes de apellido Lan.

—Yo llevaré esto para su  padre y ustedes desayunen con A-Ling va a gustarle. Apuesto  a que ha pasado mucho desde que hubo tantos niños en el comedor le encantará a Jiang Cheng

—Usted sólo quiere su tiempo de adultos—acusó JingYi,  Wei Ying le apretó la mejilla

—¡Qué niño tan listo!

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