ROMUGUVI [Vol. 1]

Capítulo 3:9 -El poder de Aqwl

Llamas sofocantes cubren la arena, de no haber puesto la barrera todos hubiésemos sido víctimas del potente hechizo de Heilatt. Tal técnica solo demuestra el alcance de poder que tienen los herederos del trono de Pacifae, teniendo tanto potencial sigo preguntándome algo: ¿Por qué comprometieron a la princesa Liliam con el hijo de un panadero?

Es cierto que la madre de Arthyr fue una guerrera sin igual, cuya intervención en la batalla contra el rey demonio fue esencial, pero ¿qué alcance tiene su mérito como para que dicho compromiso se formara?

Bueno, pero volviendo al enfrentamiento, no hay señales de ningún contrincante. Tanto Aqwl como Heilatt son invisibles por el humo espeso y negro que se escurre entre la flama potente que cubre toda la arena.

No, sí hay señales de Heilatt, está cubierto por una barrera de tamaño personal, se trata del conjuro de fe Cúpula. Y tras unos segundos, se puede apreciar al campeón.

Sus prendas están ardiendo en llamas, pero no parece tener mucho problema al respecto, y su máscara sigue en el mismo lugar. Tal imagen lo hace parecer un monstruo salido de las fauces del averno ignífugo en que se refugiaba el difunto rey demonio.

Sin razón alguna, el campeón levantó levemente su máscara, lo suficiente como para que su rostro no nos fuera visible y posteriormente se dio una mordida en la mano, no puedo verlo del todo pero se aprecia cómo hundiendo los dientes profundamente. Y entonces, una capa de energía densa lo rodeó, un aura primigenia que solo pudo pertenecer a alguien el mundo.

—Eso es...

Dupreé habló a medias, mientras que sus ojos se mantienen maravillados ante la visión magnífica de tal acto. La presión que surgió desde el campeón incluso atravesó la detención de la barrera, instando los cuerpos de todos los presentes a temblar por mero instinto.

—... ¿Sangre de dragón asimilada... rango A?...

—No... SS o superior...

Corregí de inmediato la especulación de la maestra, pues el poder de tal transformación solo amerita una hazaña inhumana de habilidad absoluta. ¿Cómo es posible que alguien tan joven venciera un dragón sin recibir casi nada de daño?

El cabello negro del campeón se tiñó de blanco, mientras que un par de cuernos negros como el carbón nacían de sus sienes. Las llamas en su cuerpo se extinguieron por la tremenda liberación de aura mágica, y entre los agujeros de la ropa se apreció como su piel cambiaba de tono a uno más oscuro, típico de la sangre de dragones.

Las uñas de sus manos se convirtieron en afiladas garras, con la fuerza para destrozar la armadura de un caballero con solo rozarlo. Definitivamente un poder capaz de someter incluso a los guerreros más poderosos, el secreto de algunos héroes de guerra que han estado buscando la cúspide que una vez alcanzó la cortesana del pináculo.

En medio de la sorpresa por la repentina transformación, el ahora pseudo-dragón se arrojó con presura hacia su presa Heilatt, quien en un desespero por preservar su vida conjuró el hechizo firma de la realeza.

—"Tempus..."

Una barrera dorada encerró a Aqwl, deteniéndolo en el tiempo por aproximadamente cinco segundos. Valiosos segundos que aprovechó el príncipe Noahí para convocar de su inventario un enorme escudo con la altura de un adulto, el escudo de la familia más respetada del mundo.

—"Atmósphere..."

En mi mente apenas y alcanzo a recitar el nombre de tales hechizos y herramientas. Estoy muy sorprendida por el despliegue arsenal de ambos lados, no parece que las cosas vayan a terminar rápido.

Cuando los cinco segundos culminaron, el campeón continuó su trayectoria, impactando su colmillo de dragón contra el escudo, provocando una resonancia que no deja de sorprender. La diferencia ahora es que el escudo Atmósphere liberó una contra-onda que golpeó directamente al campeón, devolviéndole absolutamente todo el daño.

Esto terminó en una nueva explosión de aire comprimido que arrojó al dragón hacia atrás, no obstante, Heilatt volvió a congelarlo en el aire con su magia Tempus. Y posteriormente creó una liberación en su espada Arthuria, cuyo filo se alargó cinco veces hasta atravesar el costado del campeón.

—¡Directora Dalila, es hora de detener el encuentro! —. Dupreé está exasperada con respecto a la situación, pero yo estoy cuerda.

—No se preocupe maestra Dupreé, no parece que alguno de los dos deba retirarse todavía —. Los ojos de la mujer me ensañaron un desconcierto tremendo. —¿Acaso no se da cuenta de lo tranquilo que está el campeón?

Ella entonces vuelve a observar la arena, encontrando que el pseudo-dragón, a pesar de haber recibido su propio golpe de más o menos mil trecientos de daño, sigue como si nada tras una puñalada con quinientos de daño.

Cuando la espada vuelve nuevamente a su tamaño original se puede ver que él sigue en pie, mientras que sus heridas se cierran rápidamente por la ineficiencia de daño. Eso significa que su salud sigue estando por encima del 75%, lo cual es de por sí una locura impensable.

—"Ahora entiendo cómo obtuvo la sangre de dragón, su salud es extremadamente alta, muy pocas personas enfocan su nivel en una estadística única".

Los segundos para procesar todo hicieron falta cuando el campeón saltó contra Heilatt nuevamente, como una bestia sedienta de sangre en un entorno escaso. El escudo Atmósphere cumplió de nueva vuelta su cometido, reflejando por completo el daño del colmillo de dragón, la onda debería haberlo enviado a volar otra vez.

—"Tiene que ser una broma".

Las garras del dragón se aferraron a una de las esquinas del escudo, lo que evita que salga volando por la potencia del golpe. Y entonces, contrario al pensamiento de todos, una andana de impactos sobrevino hacia el escudo de Heilatt.

El heredero de Pacifae se limitó a soportar la torrencial carga de impactos, aun estando a salvo dependía enteramente de su propia fuerza el continuar de pie. Y entonces me di cuenta de algo, los ataques que antes daba el campeón eran de mil trecientos, pero hace poco se transformó en un pseudo-dragón.

Eso significa que cada golpe suyo ronda los mil novecientos, una cifra que fácilmente podría mandar al otro mundo a cualquier contrincante con el primer impacto. Heilatt está allí, soportando las decenas y decenas de ataques que llueven sobre su escudo, mientras que Aqwl permanece en su labor de golpear a pesar de estar recibiendo todo el daño que provoca.

—"Esto es... una demencia".

Y entre la enajenación, vi algo que nunca imaginé en vida, vi como el escudo empezaba a fragmentarse lentamente... y vi como el brazo de Heilatt se doblaba. Lo imposible se está volviendo posible, la voluntad las herramientas divinas de acero de los Noahí están a punto de ceder ante la fuerza bruta.

El golpe número cincuenta y tres fue suficiente para partir en dos el escudo, en conjunto con el brazo izquierdo de Heilatt, quien cayó de espaldas de inmediato ante el salvajismo de su contrincante. El campeón pretendía continuar la racha de ataques devastadores, pero fue detenido nuevamente por Tempus, dando una brecha de escape a Heilatt.

Quien convocó desde su inventario una pequeña botella, que bebió con presura, para proseguir con el enfrentamiento. Curándose gracias a lo que bebió.