Capítulo 9:3 - Formación

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Seis meses han pasado, desde el momento en que ingresé a la formación como policía del E.S.D. Dalila; no ha habido un solo día en que aguante hambre o sea rechazado, pues todos nos hemos convertido en una familia y honramos a los hermanos que cayeron en el camino para obtener cuerpos de acero, corazones de hierro y mentes de titán.

El curso formativo inició con setenta hombres y treinta mujeres, ahora solo quedan cuarenta y cinco hombres y veinticinco mujeres. En estos meses de formación conocimos el Oasis del cambio en su máximo esplendor, y ni siquiera fuimos torturados literalmente, el entrenamiento fue tan fuerte que considero el mundo real como un simple paseo.

Durante el primer mes nos formaron en una doctrina ideal donde prima la protección civil, a eso se le sumo un ejercicio muy pesado para incrementar el estado físico base. Nos enseñaron el poder de la voz en el oponente, los símbolos patrios, la disciplina, el autocontrol, la importancia de la respiración, el arte de marchar en coordinación y el manejo de la presión.

En el segundo mes nos enseñaron técnicas de defensa personas e inmovilización de objetivos. Además, nos dieron una de las armas más importantes para nuestra labor, el bastón policial tonfa modelo Thunder. Aprendimos momentos de actuación y uso de la fuerza, el valor de la vida y la exigencia física por iniciativa personal.

Para el tercer mes nos dieron un curso intensivo en el manejo de las armas de fuego mágico, sus posturas de control y nos obligaron a portar una armadura de acero extremadamente pesado. Como puntos extra estaban: estilo táctico policial, manejo del registro personal, uso de esposas mágicas, manejo de menores de edad y la fase dos de exigencia física, el mayor tormento que pude imaginar hasta aquel entonces.

El cuarto mes fue de formación en cortesía policial, con nosotros estaban implementando grados únicos que no se había visto antes en el mundo, nos enseñaron a manejan implementos fotográficos que parecían traídos de otra época y aparte nos incrementaron el peso de la armadura.

Cuando llegó el quinto mes éramos unas máquinas capaces de soportar cualquier tipo de exigencia, por lo que tras una prueba de dolor extremo en una noche de lluvia, nos dieron los uniformes que usaríamos desde ese momento. El uniforme policial de guerra modelo ofensivo-defensivo, una extraña ropa de tono azul muy oscuro con ocasionales detalles en verde encendido.

El último mes nos formamos en tácticas de guerra, combates extremos, la ceremonia de salida y nuestra reincorporación a la sociedad. En cuanto el exsargento Nicholas le dio luz verde al dueño de este pueblo, Ricchie Riccón, varias máquinas extrañas empezaron a llegar desde portales a gran escala. Allí había humanos también, pero todos con una forma de vestir extraña, en cuestión de medio años más lo que antes eran casas de madera ahora eran de materiales extremadamente resistentes.

Las calles ahora estaban constituidas por una especie de roca fundida a la que llamaban cemento o concreto, la arquitectura de los edificios era muy diferente a la conocida en cualquier otro lado. Sistemas de alcantarillado, redes de tubería y redes de gas. Cosas que yo ni siquiera podía entender, muchas tecnologías extrañas estaban llegando a este pueblo y nosotros solo podíamos maravillarnos por la fortuna de ser los primeros en ser testigos de tal milagro.

Se nos pidió discreción al respecto, pues nosotros éramos los principales beneficiados con estas mejoras en nuestra área de trabajo. Incluso se molestaron en contratar a un extraño sujeto que nos sanó las maldiciones que tuviésemos, ahora de gozo de salud plena y mi cuerpo está limpio de la maldición del mentiroso.

Alrededor de la ciudad hay un gigantesco sello mágico que restringe la magia de cualquier persona, a excepción de nosotros que elementos especiales para la protección o neutralización. Cada policía lleva consigo un bastón policial y una pistola Sig Sauer modelo Mágic.

Los grados de policía están en nuestras placas frontales. El grado más bajo pertenece a los corsarios, luego siguen los comandos segundos, después comandos primeros. Posterior a eso están los Sub-centurias, Centurias y Centurias mayores. Los últimos tres grados dominan al resto como si fueran reyes; Crístanos vece-primeros, Crístanos primeros y Crístanos mayores.

Cabe resaltar que casi todos aquí somos apenas Corsarios con excepción de dos chicas que se han ganado el rango de Comandos segundos. Todos fuimos distribuidos en dos secciones, los de la guardia civil y las facciones de guerra, estamos aquí a la espera de los civiles que prometieron traer de alguna manera. Mientras tanto solo matamos el tiempo comiendo y viviendo como si fuésemos reyes, no, me atrevería a decir que vivimos mucho mejor que un monarca o el mismo emperador.

Pues estamos gozando de comodidades que no están disponibles para el resto del mundo, tengo mucho que agradecerle a nuestro gobernador Ricchie Riccón por todas las oportunidades que nos ha brindado, incluso promueve el arte individual y la proyección a futuro. ¿Dónde demonios puede llegar a pasar eso?

En solo una semana más nos prometieron que empezarían a llegar habitantes, algo muy extraño porque de alguna manera sería en los mismos días donde se celebran las Carreras de mazmorra en las Pedaljas de Lanihí. El gobernador nos ha estado dando discursos constantes sobre la manera en que debemos recibir a los nuevos habitantes y la cortesía que debemos establecer como autoridades del orden público.

—¿Estás emocionado? —. Una voz femenina se escucha a mi lado, por lo que vuelvo a la realidad rápidamente y me doy cuenta de que estoy de guardia en las puertas del E.S.D. Dalila. Junto a mí hay una chica de cabello rubio atado en una moña, sobre la cual lleva su gorra beisbolera de policía. Tiene una belleza excepcional esta chica y definitivamente si tuviera la oportunidad le propondría matrimonio.

—Solo un poco —, respondo con una sonrisa, mi yo actual es muy diferente al que llegó siendo un pobre miserable que se dejó opacar por una maldición. Mi carácter, mi forma de pelear y mi estado físico ahora son dignos de un guerrero de alta cuna. Aquí no nos exigieron un nivel estándar como ocurre normalmente en las armadas del reino, sino que nos formaron de tal manera que conociéramos los límites y las exigencias de nosotros mismos.

Hasta el punto de que nuestros cuerpos empezaron a ignorar las estadísticas y de alguna manera empezaban a sobrepasar la limitación estadística. A pesar de que soy tan solo nivel quince según el contador, mi fuerza está a la par de un nivel ochenta o más.

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora