Capítulo 7:9 -Destrucción

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Mientras que los civiles invitados a la fiesta se retiran despavoridos del lugar, los aliados con el sujeto que acabo de matar sacan sus armas y me apuntan con rapidez. Antes de que los urbanos pudieran ponerse a salvo empezaron a dispararme con sus armas, son unos seis tipos con pistolas vaciando el proveedor completo en un solo individuo. Mi uniforme terminó completamente agujereado, mi piel por otro lado empezaba a reconstruirse rápidamente, expulsando incluso las balas que se habían alojado en mi interior.

Al ver esto los sujetos empiezan a retroceder con un notable miedo en sus ojos, ante ellos claramente había una criatura sobrenatural contra la que no se habían preparado. Yo por otro lado simplemente los observo con pena, antes de destruirlos con un único conjuro. —Combustión espontánea —, las llamas oscuras llenaron hasta el último rincón del apartamento que se había convertido en un hueco de drogas y alcohol para adultos y menores. Los seis tipos terminaron carbonizados hasta los huesos, la combustión espontánea tiene un trabajo magnífico de quemarlo todo y no dejar incendios a su paso.

—Reencarnen para bien, miserables.

En esta zona operaba una pequeña banda que apenas iniciaba, pero claramente está influenciada por algo aún mayor, desafortunadamente no tengo mucho que hacer al respecto. Las sirenas de la policía vuelven a escucharse, por lo que simplemente abro un nuevo portal con rumbo al hogar de Sofía. Le doy una mirada a ella y también al niño a su lado, le doy un paseo a la casa y encuentro una candela, con la cual provoco un pequeño incendio en el clóset.

También saco la pipeta de gas para que no haya riesgo de explosión, salgo por la puerta y tras unos segundos golpeo lo suficientemente fuerte como para que la chica despierte. Ella se altera notablemente ante las llamas, intenta sacar tantas cosas como puede, pero el humo la empieza a sofocar y no le queda más opción que agarrar a su pequeño con el propósito de huir.

A la distancia observo cómo las llamas se extienden, mientras que los vecinos de apartamento intentan extinguirlas con notoria desesperación. Ella se encuentra afuera del edificio desconsolada, tras unos minutos apareció el camión de bomberos y se hicieron cargo de la situación, pero realmente no pudo salvarse demasiado, ahora mismo solo tiene la ropa que lleva puesta, el teléfono celular y sus documentos de identidad más importantes, que mantenía en un bolso por si tenía que huir de las deudas que ahora posee.

Ella fue trasladada a un albergue, donde se le proporcionarían algunos recursos mientras que ella conseguía los medios para pagar otro apartamento. La noche transcurrió eterna, tanto para ella como para mí, aunque estuvo entretenido ver las noticias.

<<En las últimas horas cayeron varios miembros de la banda criminal "Los Esquineros", específicamente los que operaban por el sector de "Las Luces". Según un reporte de la policía ellos "se mataron" entre sí por asuntos internos de la banda. Cinco de ellos fueron hallados en un callejón, junto a una mujer joven de nombre Alicia Ibarra de 24 años de edad. A unas doce cuadras de distancia ocurrió una explosión en una casa que hacía las veces de discoteca, allí se desconoce todavía el número de muertos, pero según el reporte ese era el sitio donde se creía que operaban los cabecillas de "Los Esquineros", sígannos para más información sobre estos sucesos en la ciudad de...>>

—"Así que alteraron la verdad para poderla entregar a los ciudadanos, no me esperaba menos de la policía, saben que hablar sobre un demonio que asesina a la gente sería demasiado perjudicial para el orden público".

Para cuando surgieron de nuevo los rayos del sol, me moví rápidamente hacia el albergue donde fue hospedada Sofía junto a nuestro hijo, de nombre Dylan. En mis manos tengo una caja con varias fotografías y juguetes que son irremplazables, los saqué antes de provocar el incendio.

Estas cosas las dejo en el interior del apartamento, antes de salir directamente hacia una joyería bastante reconocida. Comí una hierba de Senectud zafral para retomar mi aspecto adolescente y hacer un pequeño ahorro para mis hijos, aunque por ahora deberá ser en físico porque no tengo documentación en la Tierra.

El sujeto de la joyería por poco se cae de espaldas cuando le mostré un rubí de verdad, de inmediato empezó a observarlo con varios elementos de verificación y sin vacilar ni un poco desembolsó por él un total de $34000 (Dólares) con los cuales me retiré feliz. Abrí un portal en el interior del albergue y dejé la mitad del dinero junto a la caja con elementos importantes.

Posteriormente tomé un cuaderno con un lápiz que compré en el camino y escribí una pequeña nota: "Te pido una disculpa por lo que hice, pero era necesario destruir tu vida para que hagas una nueva desde cero. Deja de laborar allí donde lo haces, págate una universidad privada y dale una mejor vida a tu hijo, volveré pronto para darte más dinero, pero por favor progresa. Atentamente W.S."

Dejé el cuaderno abierto para que fuera visible la nota y el dinero, luego me puse de pie y le di un beso en la frente al niño, luego un pequeño beso en los labios a Sofía, y sin más me retiré en otro portal con dirección a un nuevo rostro que tengo en mente.

Estoy frente a una puerta, pero de barrotes, al otro lado hay un joven con mirada vacía. Es Richard, el chico que me asesinó, se nota mentalmente inestable y no parece haber pasado muy bien los últimos años en la cárcel de menores. En este país quien comete un delito siendo menor lo termina de pagar como menor, incluso siendo ahora mayor de edad. Él, al igual que Sofía, tiene ahora 24 años de edad.

—No pareces estar muy bien Richard.

Ante la mención de su nombre se altera notablemente, como si lo hubieran insultado verbalmente o algo similar. —¿Quién eres tú? —. Susurra por lo bajo mientras se acerca a las barras para verme mejor, pues definitivamente no soy alguien que lo conozca de verdad.

—Yo soy el hombre que mataste hace siete años, o al menos su alma.

Tras mis palabras se notó muy alterado, como si le estuvieran apuntando con un arma o como si ante él se hubiera presentado un fantasma.

—No te alteres niño, no vengo a matarte o a vengarme por lo que hiciste, solo quería decirte que te perdono, y espero que puedas volver a construir tu vida en el futuro.

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora