Capítulo 13:2 - Por poder

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—Tus habilidades de combate son impresionantes Zullah, se nota que has tenido un entrenamiento arduo, ¿qué te motiva a tomar este camino como una guerrera de élite?

—Mi razón, es mi futuro mismo, lucho por ser más poderosa y para ser digna de... su amor.

En el centro de un gigantesco estadio se ve a la chica albina de pie, y junto a ella hay varios estudiantes tirados en el suelo, derrotados ante su elevado estilo de combate. Esta prueba de batalla fue la iniciación del curso para convertirse en candidatos a los rangos más altos de la élite, y ella aspira a ser una Orquídea, por lo que sus esfuerzos se notan a la distancia.

—Fría y calculadora, con una técnica perfecta. Eres apta para aspirar a un puesto como Orquídea, solo necesitarás unos años de formación y ya estarás a la par con los mejores graduados —. Su maestra, una mujer de rasgos sádicos le sonríe, mientras que la rodea como una leona analizando el plato que va a degustar. —Siento cierta envidia por ese chico que se ha robado tu corazón, me hubiera gustado tener un agujero disponible en tu vida.

—No le he negado tal posibilidad, maestra. Últimamente me he sentido algo sola, y no estaría mal tener a alguien que me ayude a calmar mi corazón en los momentos más difíciles —. Siendo las únicas en aquel campo de estudiantes inconscientes, ambas damas empiezan a declarar intensiones que instigan la pasión.

—Entonces pasa por mi cuarto en las horas de la noche, te enseñaré lo que es el verdadero placer, así tu ser estará más apaciguado cuando deba enfrentar la adversidad.

Esa maestra, de aparentes veinticinco años partió de allí, dejando a la chica totalmente estática. Y analizando lo que pudo hacer con su talento natural, un talento que antes no se había atrevido a desarrollar por miedo a sí misma. Los problemas en su familia han atribuido muchos prejuicios a prácticamente cualquier cosa que hiciera, si tan solo su hermana no hubiera caído en las garras de ese hombre...

—"Mi primera liberación en la cadena de mi sufrimiento, será cortar el hilo que ha marcado la desgracia en mi familia" —. Parte de allí, ignorando a sus compañeros inconscientes; al llegar a su cuarto cierra la puerta con fuerza, y observa un enorme tablero con fotografías, de las cuales hay algunas con equis rojas trazadas abruptamente. —"La lista de víctimas es extensa, pero terminaré mi trabajo para finalmente ser digna de tu amor, Arthyr".

En un altar lleno de velas encendidas, hay una foto del pelinegro, y allí se ven varios elementos suyos. Un mechón de cabello, un vaso de agua del que bebió, un uniforme que tiró, incluso una cuchara con la que comió. —Pronto no quedarán obstáculos para nuestro amor, ya verás que seré la única en tu cabeza —. Mientras le susurra al cuadro, toma la cuchara y le pasa la lengua, excitándose con ello.

No pasa mucho más tiempo antes de que empiece a tocarse, dándose satisfacción mientras observa esa fotografía fijamente. Por otro lado, en el enorme tablero que tiene con víctimas planeadas, hay muchas personas que de alguna manera estorban en su senda de la felicidad. Como ciertos príncipes y princesas, y excompañeras de la Pedalja.

Tras estar gimiendo por su propia mano, ella decide salir de su cuarto y dirigirse al de la maestra, quien le esperaba con ansia. —Tardaste más de lo que pensé —, fueron las palabras que la recibieron justo después de abrirle la puerta tras un toque leve.

—Vine porque soy una ambiciosa y egoísta, y también porque sé que usted ha entrenado a las últimas promesas que han entrado en las Orquídeas.

—Así que ese es el punto más alto al que aspiras, pasa entonces y muéstrame que tan determinada estás para alcanzar ese sueño que has trazado.

La chica de cabellos plateados pasa al interior, y en cuanto la puerta tras ella se cierra, se despoja de su propia ropa, sabiendo lo que conlleva haber ingresado en ese territorio. En cuanto su piel se encontró desnuda, un golpe chasqueante resonó en su espalda, pero logró contener su propia voz.

Volteó lentamente para ver a su maestra, y vio cómo se despojaba también de la ropa, sin soltar el fuete de su mano derecha.

—Nos vamos a divertir mucho Zullah, desde que ingresaste a la academia fijé mi mirada en ti, y me di cuenta de que lo pasaríamos muy bien juntas —. Dice la mujer de cabello negro, antes de descargar dos golpes más sobre las piernas de la adolescente, hostigándola para que se ponga de rodillas. Ella entonces acorta su distancia con la albina, dejando que su vagina se encuentre a pocos centímetros de su rostro. —Muéstrame tu determinación, mi linda perra.

Y mientras los golpes con el fue resonaban sobre la espalda de la Ficcama, su lengua se aventuraba en el interior de la maestra, provocándole un placer del que disfruta enormemente, hasta el punto de empezar a azotarla con más fuerza a medida que la excitación crece. —¡Oh! ¡Sigue así maldita perra! ¡Muéstrame la voluntad que tienes! —. La sangre no tardó en empezar a escurrirse por la piel clara de la jovencita, y el hecho de que la regeneración sistemática se activase, permite que tal acto se lleve a cabo hasta un punto de quiebre emocional.

En tanto que esto ocurre, se puede observar que la enorme alacena de la maestra tiene una gran cantidad de cajas decorativas. Cada una de estas tiene un nombre escrito con una fotografía, en el interior de esos objetos hay cabellos guardados de las chicas que han acudido a la tortura placentera de la mujer con tal de ganar poder. Son prácticamente trofeos para ella, un simple medio para sentirse hermosa y deseada.

Por otro lado, en el mural de víctimas de Zullah, en un rincón, se puede ver también una fotografía de esta maestra, como si supiera que tarde o temprano llegaría a ella. Después de todo, fue la que entrenó a su hermana mayor y probablemente la incitó a provocar la muerte del rey en favor del príncipe.

Todo se cobra, tarde o temprano, incluso cuando la espera es demasiado basta. Las intenciones de la albina son más que claras, no desea ir a pedirles que se disculpen con ella, definitivamente quiere dejan un charco de sangre a sus pies, la matanza que se avecina será inevitable, y su lista negra es demasiado extensa.

—"Todo esto es por ustedes dos, mi amado Arthyr y mi querida hermana".

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora