Capítulo 5:3 -Confrontación inesperada

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—Despierta mi señor, ya es hora de que os marchéis.

Suave, dulce... pecaminosa. Escuchar la voz de Vicaria tras un sueño extraño es un... alivio. Observo la palma de mi mano izquierda y me centro en esa esfera roja, también me doy cuenta de que volví a mi forma de niño.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me dormí?

—Unos 20 minutos.

[18 minutos con 32 segundos exactamente]

Ante las respuestas solo reflexiono levemente y después me pongo de pie, posteriormente saco del bolsillo una hierba Senectud zafral para volver a ser un adolescente.

—Ahora debo probar las conjuraciones profanas, el problema es que no conozco ninguna.

—Aquí tengo un pergamino sobre ello.

Vicaria saca desde una esquina un enorme rollo que parece bastante pesado, en cuanto lo recibo este brilla y toma la forma de un simple libro, mucho más manejable que antes. —Qué práctico —, susurro sorprendido ante el cambio inmediato del elemento.

Al abrir su primera página la conjuración que encuentro es "Trunca con tu brillo oscuro el camino de mis enemigos y haz arder sus carnes por la eternidad", según los escritos debería crear una combustión espontánea de llamas profanas, cuya finalidad oculta es poder herir a los dioses.

Entonces, un resumen adecuado para ello podría ser simplemente "Combustión", de ahí en adelante todo dependería de mi imaginación.

—Combustión.

Extiendo la mano con la marca y entonces una llama tono púrpura apareció de repente, pero tal y como lo hizo se extinguió con velocidad. Después de todo es una combustión instantánea, curioso observo y practico otros conjuros en el interior durante un rato, hasta que me siento satisfecho con los resultados. Feliz por la consecuencia planeaba llevarme el tomo, no obstante, percibo un aura demasiado ominosa que proviene desde su interior, lo que podría hacerlo fácil de detectar.

—Dejaré el libro aquí, te lo encargo, es hora de retirarme Vicaria, procura evolucionar rápido, vendré pronto para jugar nuevamente.

—Como ordene mi señor.

Le doy una sonrisa a la sensual súcubo y me retiro por el pasaje, llego a la sala principal de la cueva donde duermen las otras chicas, doy una mirada hacia todas ellas y finalmente me retiro.

Con velocidad empiezo a subir los pisos, evitando confrontaciones con enemigos, pues me quedan tan solo seis hierbas de adultez en el bolsillo, lo que me da por ende 30 minutos más en estado adolescente, sin contar con la que acabo de consumir.

—¡Alto ahí!

Una voz femenina de repente interfiere con mi recorrido, estoy en el piso once, no debería haber muchas personas por este lugar. Giro la mirada y encuentro un pequeño equipo de estudiantes, unas gemelas de cabello verde y un joven con un sombrero en punta.

La que me gritó sostiene una espada de aspecto fuerte, mientras que su hermana está tensando una flecha con su arco, el sujeto por otro lado blande una alabarda hecha con hierro negro. Cabe resaltar que los tres tienen sus uniformes de la Pedalja, aunque portan piezas extras de defensa como grebas, guantes y hombreras.

Deben estar preparados psicológicamente para la batalla, después de todo parecen pertenecer al último peldaño, aparentan entre trece y quince años de edad. Yo por otro lado solo llevo conmigo la daga que le compré a Teddier, y un nuevo uniforme de estudiante para adulto que le pedí al mismo.

—¿Qué haces en este lugar tú solo?

La misma chica me habla, mientras se pone al frente de su equipo apuntándome con la espada.

—Solo estoy de paso, no tengo tiempo que perder con ustedes.

—¡Un momento! ¡Es imposible que vayas de paso sin armas por el onceavo piso, tienes algo entre manos! ¿¡Eres acaso un cambia-formas!?

Vaya, me están confundiendo con un monstruo de este piso.

—Si fuera un cambia-formas no sabría hablar, son muy pocos los monstruos capaces de entablar una conversación, y si no estoy mal los cambia-formas pertenecen a la familia de los slimes, lo que significa que no tienen un cerebro.

La guardia de la espadachín disminuyó un poco, pero aún continúa con la incertidumbre en sus ojos.

—Eso no explica cómo llegaste hasta aquí sin equipamiento, mucho menos sin compañeros.

—No tengo ninguna defensa al respecto...

—Esta aura... —, la arquera es ahora quien habla, mientras acorta la distancia con su hermana. —... definitivamente tu presencia es la misma del misterioso campeón.

Ante la declaración el alabardero se puso rígido y adoptó su posición de combate, al igual que la espadachín, mientras que la arquera regresaba a su colocación original.

—Así que saben quién soy...

—Hump...Así es, es una gran fortuna encontrarte por aquí. Si te derrotamos, deberás acceder a comprometerte con nosotras, eres el campeón después de todo y tu poder está comprobado desde que derrotaste a Heilatt en la arena.

—Sabes, ya tengo una prometida, no quisiera meterme con más chicas.

—Pues entonces deberás cancelar ese compromiso, somos dos chicas y conocemos secretos en la cama que muchos clanes envidian.

—Suena muy interesante, pero no las necesito, si se trata de secretos en la cama ya tengo a 34 chicas que me hacen llegar al paraíso.

Ante mis palabras la espadachín se quedó congelada, al igual que su hermana, mientras que el sujeto solo permanece callado y en guardia. Se prolongó durante algunos segundos un incómodo silencio que me empezó a molestar, así que pretendía ignorarlo y continuar mi camino, empero, de repente una flecha me cortó el camino.

—No tan rápido, la oferta sigue vigente aunque no lo quieras. Pertenecemos al clan Hedzulle y para nosotras el honor de la familia lo es todo, así que te casarás con nosotras quieras o no.

Ante las palabras de la arquera, la espadachín sintió una descarga emocional tan dramática que se arrojó a la batalla de inmediato en mi contra, su espada realizó un tajo en arco que esquivé con un veloz salto, desafortunadamente no pude prever la flecha que se dirigía a mi pecho.

Lo único que vi fue cómo la espadachín se agachaba para no recibir el impacto, como si fueran...

—"Ataques combinados".

[Advertencia. Usted acaba de recibir 250 de daño]

—"¿250 un simple flechazo? Definitivamente son estudiantes poderosos".

Es entonces cuando sobre mí se alza una figura masculina.

—"¿En qué momento...?"

—Dadme la fuerza de la energía del mundo en la hoja de mi arma, pues mis propósitos para con ella son puros, arma de energía.

—"¿¡El alabardero acaba de imbuir en energía mágica su arma!?"

BOOOOOMMMM...

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora