ROMUGUVI [Vol. 1]

Capítulo 13:4 - Recreo

—Si te parece tan atractiva, ¿por qué no la invitas a salir? —. Lo instigué con una voz que solo escurre maldad pura, lo que le sacó una sonrisa de complicidad a Salomé, quien me apoyó totalmente con el reto que propuse.

—¿Qué? ¿Cómo crees? —. A pesar de que posee tantas cualidades que lo hacen resaltar, no solo por ser un habilidoso deportista, sino también por su forma de ser, sigue teniendo ciertas inseguridades con las chicas, o tal vez es porque ya le gusta la profesora. Lleva ya dos años sin tener novia por estar con la mente puesta en esa maestra, supongo que me sacó ese gusto por la inteligencia femenina.

—Si tú no lo haces lo haré yo entonces.

—¿Qué? ¡Pero si tu eres ga...! —. Salomé se tragó sus palabras, por poco crea un conflicto. —Digo, ella no se acomoda a tus gustos, a ti te gustan otro tipo de personas —. Yo le dije a ella que no revelara la orientación sexual falsa que tengo aquí, lo que le dio un poco más de credibilidad a la historia que intenté para que dejara su enamoramiento hacia mí.

—Soy capaz de hacer cualquier cosa para ganar un reto —, ante mis palabras Dylan se puso de pie, mostrando una determinación fulminante en sus ojos, él tampoco está dispuesto a perder incluso si su nombre entra en tela de juicio.

Él se retiró hacia la mesa donde estaba la rubia, rodeada de varios chicos y chicas que le preguntan sobre su vida, ella al ser el centro de atención responde a todo con una sonrisa en el rostro, pues esto dispara su ego a niveles estratosféricos. —Lo hiciste para que él se atreviera, ¿verdad?

—Sí, por lo menos sé que de esa manera puede sacar algo de ese valor que a veces le falta.

—De verdad me sorprendiste, por poco se me va la lengua —, dice Salomé mientras consume su almuerzo, algo que se nota demasiado saludable, ¿a quién rayos le gusta la comida vegana desde tan temprana edad?

—Deberías comer carne, no sabes la cantidad de nutrientes que te estás perdiendo por seguir la dieta de tu madre —. Lo dije casi por instinto, fue entonces que me percaté de mi error.

—¿Umm? ¿Cómo sabes que es de mi madre la dieta? —. Sí, creo que ya queme el fogón, olvidé que no la conozco demasiado, de las pocas veces que hemos intercambiado palabras en este nuevo cuerpo ella no ha revelado muchos detalles sobre la forma en que mantiene su figura. Tengo que inventar algo rápido o de lo contrario va a sospechar cosas extrañas que no quiero que piense. —Intuición femenina amiga.

—He, he. Es cierto bebé, sabes muy bien como es —, contesta divertida mientras se manda un bocado de ensalada. —Pues la verdad es que quiero tener el cuerpo de mamá cuando crezca, a pesar de su edad sigue atrayendo a una gran cantidad de muchachos, pero los rechaza a todos olímpicamente, la admiro mucho por eso.

—Yo creo que no necesitas ser vegana para eso, puedes comer carne y hacer ejercicio, tendrás el mismo resultado.

—No vamos a discutir sobre esto otra vez, ya lo hemos hablado muchas veces y no considero pertinente seguir contestando lo que me dices —. Es una muchacha bastante testaruda con lo que se propone, se nota que fue criada por Catalina, una mujer muy estricta con su propia determinación.

Nuestro intercambio se detuvo cuando volvió Dylan con un semblante de derrota, incluso prefirió esconder su rostro antes de tener que decirnos cómo le fue. —Déjame adivinar campeón, te rechazó sin pestañear —, digo con una sonrisa burlona, ante lo cual él levanta la mirada y deja ver su extremo enrojecimiento.

—Ni siquiera fui capaz de decirle, me quedé paralizado cuando por fin me prestó atención —. Respondió antes de volver a ocultar la cara, casi como si quisiera desaparecer en ese mismo momento.

—Vaya, creí que por lo menos fracasarías habiéndolo intentado, pero fracasaste sin siquiera intentarlo, eres más patético de lo que pensé.

—¡Oye! ¡No me hables como si fuera escoria!

—Eres escoria...

—Ya, ya, chicos, paren. Sé que no se llevan mal, pero cuando empiezan a intercambiar argumentos parece como si fueran los peores enemigos —. Mis labios no pudieron evitar fruncirse un poco, realmente me la paso bien cuando estoy con ellos, y saber que puedo protegerlos de los peligros de la sociedad me hace estar más tranquilo. —Por cierto, ¿ya hicieron la tarea?

—¿Cuál tarea? / ¿Cuál tarea?

Respondemos al instante en perfecta sincronía, debido a que me ausento constantemente y corto la comunicación por varios días ocurren cosas como esta, me pierdo trabajos, calificaciones y exposiciones que me veo obligado a reponer en horas extras, aunque no es que me preocupe. Seis réplicas con mi misma inteligencia se pueden encargar de todo en tanto que yo descanso.

—¡Ustedes están pintados definitivamente! —. Exclama mientras se golpea el rostro. —Hay que exponer frente al salón una historia escrita por sí mismos, afortunadamente tienen todavía una hora antes de que tengamos clase de Castellano.

Ante ello se me ocurrió una fantástica idea, por lo que de inmediato saqué mi celular y empecé a escribir una historia en el blog de notas. Dylan al verme empezó a hacer exactamente lo mismo, por lo que Salomé vuelve a golpearse el rostro con resignación. —Ustedes no tienen remedio, ¿verdad?

Cuando se acabó el descanso partimos al aula de clase, durante la clase de Ética y Valores ignoramos todo lo que decía el profesor, nos centramos de una manera brutal en la escritura de nuestras propias historias, hasta el punto de alcanzar la paz astral sin desearlo.

—Por fin terminé —, dijo él mientras se recostaba satisfecho en su pupitre, yo por otro lado continué, más que todo por culpa de un golpe de inspiración que mi incitaba a continuar con la producción literaria.

—Yo también terminé, ¿de cuántas palabras quedó la tuya?

—Setecientas palabras, no más ni menos, definitivamente fue demasiado para mí.

—¿Enserio? Yo escribí mil quinientas palabras en el mismo tiempo.

Su orgullo de inmediato se vio herido por mí, no era mi intención pero fue realmente cómico ver su expresión de puchero infantil. Minutos después el maestro se retiró, y en su lugar llegó una maestra muy bonita, casi al nivel de Juliana de algebra.

—Muy bien chicos, hoy veremos algunas páginas de "La divina comedia", así que saquen sus cuadernos...

—Profe, pero había tarea... —. EL pobre chico que dijo eso se ganó las miradas de muerte de todos sus compañeros al instante. Menos mal no fue Dylan, de esa manera puedo unirme al colectivo que le profesa odio.