Mi espalda choca contra la pared, mientras me sujeto el área donde impactó la espera de viento. Levanto la mirada y encuentro los ojos fríos de la directora a la que una vez consideré infantil y débil, verdaderamente nunca imaginé poder presenciar el estado más aterrador de Dalila. —Combustión espontá... ¡Ahhhhh! —. Levanté mi mano izquierda con el propósito de hacer un conjuro profano, pero de inmediato se extendió en mi cuerpo un dolor insoportable.
—Las conjuraciones profanas transmiten un dolor equivalente al poder que extraes de tu vida, deduje que no sentías dolor al ver que empleabas las conjuraciones de más alto nivel sin siquiera pestañear o lamentarte un poco. Eso confirmó mis sospechas desde la primera batalla que tuvimos, no, desde ese momento en que te enfrentaste con el príncipe Heilatt.
Estoy verdaderamente asustado, quise librarme del tormento físico a través del deseo para que mi vida fuera apacible, pero hay una forma de devolverme eso que tanto quería evitar. —Puede que seas inmortal, pero si petrifico tu cuerpo no podrás volver a moverte por el resto de la eternidad —, el solo hecho de pensar en la idea de terminar convertido en piedra me hace temer mucho más el poder que Dalila posee en su arsenal.
—Quieto como el tiempo y hermoso como en el primer momento, disparo de petrificación.
Cerré los ojos de inmediato por culpa de los reflejos instintivos, pero entonces apareció un rayo de esperanza para mí.
—"La corona de Lilith" —, con rapidez convoco el elemento en que pensé y me lo equipé al instante, entonces un portal mágico se abrió ante mí y de este salieron las chicas demonio, una de ellas cubrió el disparo de petrificación, muriendo por consiguiente. Las otras se arrojaron a la batalla con una ira que se retuerce notablemente en sus ojos, como llamas con un fulgor mortal.
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
Los disparos mágicos y la destrucción en el interior de esta sala era tal que incluso se propagó una llamarada de fuego. De repente, a mi lado se para Vicaria con su mirada seria. —A sus órdenes mi señor —, dice esto con una leve inclinación, a lo que yo le señalo la puerta que ella destruye con una sola patada.
Yo empiezo a correr y veo que ella se queda en la dirección peleando contra Dalila, no puedo voltear a observar, necesito pensar en un plan para poder sobrevivir hasta que se me pase el dolor. Empero, la importancia me ataca cuando observo una y otra vez los mensajes...
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
Una tras otra caen como moscas ante el colosal poder que posee la directora del primer peldaño. Con gran velocidad me meto en el coliseo, escondiéndome entre los pasillos oscuros a sabiendas del peligro que se puede llegar correr por fuera.
—"¿Cuánto tiempo dura esta poción?"
[Afirmativo. Buscando... buscando... buscando. Encontrado. La Doluta Adicia tiene un tiempo efectivo de 30 minutos aproximadamente]
Respiro profundo ante la respuesta de Google, mientras me siento en la arena, escuchando la destrucción que está causando Dalila en el otro lado del primer piso. Al levantar la mirada puedo ver cómo se suman a la batalla más profesores, incluso de pisos más superiores, los alumnos por otro lado están empezando a ser trasladados a un sitio mucho más seguro.
El interior de la Pedalja lentamente se está convirtiendo en un infierno, donde se extienden llamas interminables cuyo origen puede ser la peliazul o las súcubos de batalla.
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
Siento varias punzadas en el pecho cada vez que ese mensaje es emitido en mi cabeza, deseo ir y ayudarlas, pero estoy más vulnerable que nunca. Mi cuerpo infantil es extremadamente sensible al dolor y casi que todo está resultándome doloroso en este momento, incluso al caminar siento la tensión de mis piernas por la falta de descanso de la noche anterior por estar en la Tierra.
Sensaciones tormentosas como el sueño vuelven a azotarme sin piedad, todo se reunió en un solo instante con el propósito de hacerme sentir lo inútil que me he vuelto al depender de mi invulnerabilidad ante todo. El dolor es lo que forja el miedo, y el miedo es lo que provoca el crecimiento en una especie, lamentablemente dicho crecimiento no se dio del todo en mí en estos años de crecimiento.
Casi llego a arrepentirme de pedir aquel deseo, literalmente pedí una condición con la que algunas personas desafortunadas nacen, pero yo por lo menos podía manejar lo que mi cuerpo sentía correctamente debido al hecho de que servía como una especie de calefactor, donde acomodaba la sensación a mi antojo.
—¿Qué haces aquí Arthyr? Hay que evacuar la Pedalja.
Quien aparece en un rincón no es otra más que la albina Zullah, quien me agarra de la mano y tira de mí, sacándome de mis pensamientos y de la situación tan complicada en la que me encontraba.
Los mensajes de muerte se siguieron pronunciando una y otra vez, mis ojos se encharcan mientras observo aquella pirámide negra ahora humeante. El incendio se encuentra en la base y fácilmente puede extenderse el fuego.
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
[Ha muerto una de sus criaturas de pacto]
De repente, el mensaje dejó de escucharse, al igual que los impactos dejaron de generarse en el interior. Todo el revuelo se había detenido, es entonces cuando observo hacia la palma de mi mano y recuerdo esos momentos de pasión y locura que desencadené en aquella cueva.
Recuerdos bellos que son dignos de recordar, tal melancolía me ataca sin ninguna razón... ¿de verdad sin ninguna? ¿O es que acaso llegué a sentir atracción por esas súcubos?
—"Google, ¿cuánto falta para que el efecto del dolor termine?"
[22 minutos aproximadamente]
—Si no estoy mal, conté treinta y tres mensajes de alerta.
Tomo una larga bocanada de aire y empiezo a correr lejos de la multitud, en cuanto me alejo lo suficiente de todos, saco de mi inventario una hierba de Senectud zafral y también activo mi sangre de dragón... todavía tengo formas de luchar.
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ROMUGUVI [Vol. 1]
FantasyRenací en otro mundo con un gugoldúplex de vida, abreviado ROMUGUVI. Es una historia centrada en William Salinas, quien era un profesor de matemáticas muy respetado, con unas costumbres sexuales bastante activas. Este un día fue asesinado por uno d...