Capítulo 7:6 -De vuelta

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Me encuentro ahora mismo en la cama, mirando hacia el techo, no puedo evitar observar de vez en cuando la marca del padecimiento fase cuatro que hay en la palma y el dorso de mi mano izquierda. Estoy teniendo una especie de ataque melancólico, tengo una enorme cantidad de poder en mis manos, poder con el que podría tranquilamente cambiar el mundo a través de una dictadura donde el miedo reine.

Tengo lo necesario para ello, pero no puedo hacerlo, pues sé que hay unos dioses cuyos alcances desconozco. No me sorprendería que exista un poder inconmensurable en la tal Chirai, o algún hechizo capaz de borrar por completo mi memoria, ahí perdería todo rastro de mí mismo.

Los dioses ya saben quién soy, no obstante, se mantienen reacios a luchar por sí mismos. —Es extraño de muchas maneras este mundo, sus limitaciones y casi todo de sí. Casi parece creado por un niño, pero sé que lo hizo una entidad todopoderosa —, me levanto de la cama por un segundo, observando la marca del padecimiento, un eclipse de sol con tres lunas, ¿es eso siquiera posible?

En este mundo solo existen dos lunas, hay demasiadas inconsistencias en las profecías y leyendas que prefiero no analizar. Pero, ¿por qué me está atacando este pensamiento constante de mi existencia?

[Permiso para hablar]

—Permiso concedido...

[Usted quiere hacer algo, pero está dudando su posibilidad, cuestiona este mundo porque está recordando aquel donde vivió ya. Ese conjuro, portal entre planos de existencia, te ha dado ideas locas inconscientemente]

—¿Crees que sea así?

[Afirmativo]

—Dime algo, ¿qué posibilidad hay de hacer lo que estoy pensando?

[100%. Usted posee la energía suficiente en su contador de años para realizar un salto de esa dimensión, será un módico gasto de 31'''950.353''663.136'434.851 (treinta y un trillones novecientos cincuenta mil trecientos cincuenta y tres mil billones seiscientos sesenta y tres mil ciento treinta y seis millones cuatrocientos treinta y cuatro mil ochocientos cincuenta y un) años. Será su decisión asumir esa cantidad, aunque viendo lo que tiene de verdad no creo que le duela en absoluto]

—No, no me dolerá, ni siquiera significa un sacrificio para mí. Rómpete para mí y revela el camino hacia donde deseo llegar, portal entre planos de existencia —, sentí como se desprendía de mí una enorme cantidad de poder, creándose una brecha de espacio-tiempo por la que entré de inmediato.

...

El lugar al que imaginé en el portal, fue mi apartamento, de cuando era maestro, de mi anterior vida como William. Cerré los ojos estando en el espacio vacío que hay entre portal y portal, esperando que la magia pudiera funcionar en la Tierra. Cuando mi cuerpo se sintió nuevamente afectado por la gravedad abrí los ojos, y allí estaba, la puerta de mi antiguo apartamento.

La luz está encendida, lo noto por la irradiación que sale en la parte de debajo de la puerta. Extiendo mi mano y toco con suavidad, preparo mi garganta un poco para volver a hablar en mi idioma anterior, escucho pasos desde el interior y me atiende un sujeto de aspecto delgado con un traje. Aquí en la Tierra está de noche, al igual que en Siradel.

—Buenas noches niño, ¿en qué te puedo ayudar? —, por poco ignoro la voz del hombre, pues detrás de él se oyen niños jugando y una mujer riéndose con algún programa en la televisión.

—¿Vive aquí el señor William Salinas? —Ante mis palabras el sujeto pasó la mano por la barba pulida que tiene.

—No niño, nosotros vivimos aquí hace unos cuatro años, quizá fuera el anterior dueño del apartamento. Lamento no poder ayudarte.

—No se preocupe señor, que tenga una feliz noche.

Él cierra la puerta y de inmediato me retiro de allí, observando un poco los alrededores encuentro cosas que han cambiado, decorados, pinturas y demás elementos. Al llegar a una esquina abro un nuevo portal, esta vez imaginando el rostro de mi hermana mayor, entro con rapidez y salgo al otro lado, estoy frente a una puerta.

En esta hay un mensaje escrito: "Paciente grave con problemas del corazón, no molestar". Bajo tal escrito hay un nombre: "Helena Salinas, edad actual: 44 años". Con sumo cuidado ingreso en la sala y veo a mi hermana mayor llena de aparatos receptores de pulso.

A su lado hay una mujer joven que está durmiendo en una silla, sin lugar a dudas es su hija Juliana, viendo la edad que tiene Helena mi sobrina debe tener unos 19 años.

—"Google, ¿aquí en la tierra hay estadísticas que se puedan visualizar?"

[Así es, aunque solo los reencarnados pueden verlas]

—"Me permitirías ver las de mi hermana".

[Afirmativo]

Ante mí se abrió un cuadro de tono verde, con los grabados mágicos que caracterizan Siradel.

Helena Salinas.

Edad: 44 años

Tiempo restante: 2 días 13 horas 42 minutos

Ocupación: Diseño de modas

Fuerza: Poco desarrollada

Resistencia: Poco desarrollada

Inteligencia: Muy desarrollada

Esperanza: Desarrollada

Mi corazón dio un vuelco en el momento en que vi su tiempo restante, no está bien, nada bien. Ella morirá pronto. Me acerqué con desesperación a su cama e intenté tocarla, pensando en darle años de vida, recité el conjuro incluso, pero nada ocurrió.

[Los cuerpos de este mundo no están hechos para darle una buena recibida a tus conjuraciones profanas. No están hechos a partir de magia que pueda renovarlos, están hechos con bioingeniería básica y no es posible extender su período de vida tal y como tú quieres hacerlo]

Las lágrimas amenazaron con escaparse de mis ojos, por lo que rápidamente me moví hacia la puerta y cerré con cuidado, quedándome en la entrada llorando. Minutos después me puse de pie y decidí abrir otro portal, imaginando el rostro de Catalina esta vez.

Entré y me quedé nuevamente frente a una puerta, esta vez de madera. Doy una mirada a los alrededores y visualizo un entorno bastante hogareño, abro la puerta con cuidado y alcanzo a observar una enorme cama. Ingreso a hurtadillas hasta el fondo y veo a las dos personas que duermen ahí, una es Catalina, tan hermosa como siempre lo ha sido, y la otra es una niña de cabello negro.

—"Ella es mi..." —, le doy la vuelta a la cama y observo la niña con detenimiento, parece tener mi edad, o quizá es un poco mayor. Le acaricio un poco el cabello y le doy un beso en la frente, posteriormente visualizo las fotos que hay en la habitación, y observo su nombre en una de ellas. "Salomé en sus maravillosos 7 años".

—"Al parecer, tú sí pudiste salir adelante por ti misma, eso me hace saber lo fuerte que eres Catalina" —, veo un poco más las fotos y noto extraño que no haya fotos con otros hombres, parece que decidió quedarse sola o simplemente todavía no desea intentar crear una familia con alguien más.

—"Me alegro por ti Catalina" —, sin pensarlo demasiado me acerco a su rostro y aun con el cuerpo de un niño le planto un beso en los labios, recordando aquellos bellos tiempos cuando nos uníamos con pasión.

Antes de irme utilicé magia profana para crear una hermosa escultura de rubí, en la que están ella y nuestra hija durmiendo plácidamente. Y sin más, abro otra brecha para escapar de la escena del crimen.

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora