Capítulo 5:5 -Conclusión de piedra

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—A pesar del daño que recibes no te lamentas nunca...

La directora se aproxima hacia cuerpo quieto de Arthyr, quien intenta moverse de algún modo, pero su organismo está inmovilizado de alguna manera por el ataque eléctrico que acaba de recibir, además sus ideas no se están procesando del modo que deberían.

—Drena el motivo de vida de estos cuerpo endebles y enseña lo que es la agonía antes de la muerte, ahogo.

Una especie de burbuja encerró al azabache y le arrebató todo el oxígeno que debería poder respirar, pero este permanece con el rostro estoico, casi como suspendido en un mismo estado.

—Ni una muestra de sufrimiento...

Dalila entonces hace levitar el cuerpo del mensajero, crea un muro de tierra con picos afilados y lo lanza hacia este, dejándolo empalado. La sangre se escurre por todas las heridas en su cuerpo, pero todavía permanece en silencio, ni un leve quejido se escapa de sus labios que parecen sellados con cera seca que cae de una ardiente vela.

—Había escuchado por parte de mis antecesores que los mensajeros y mesías eran muy fuertes... pero no sabía que fueran inmortales ya que se supone que deben ser humanos, a excepción de ese sol eclipsado que ayudó a la cortesana del pináculo.

La directora saca de su bolso una poción de tono azul pálido, que empieza a beber hasta dejar el recipiente vacío, posteriormente se lo arroja en la cara a su objetivo haciéndolo sangrar por la frente.

—Cortad en dos los cielos y dejad pliegos de mis sacrílegos enemigos, disparo eléctrico.

El aura de la peliazul empieza a crecer, mostrándose de un tono dorado, y desde este empezaron a surgir docenas de lanzas relámpago que impactaron de forma sincronizada el cuerpo de Arthyr, generando una luminosa y escandalosa explosión eléctrica que concibió un gran escándalo.

La nube de humo que levantó fue tan alta que alcanzó el techo de ese piso, el daño provocado fue enorme hacia el individuo que recibió todo el detrimento. Pero cuando el polvo del ambiente se despejó, el pelinegro seguía allí, casi intacto y únicamente paralizado por el efecto nocivo de la conjuración eléctrica.

—... de lo mucho que he estudiado, nunca había visto en persona a alguien casi tan invulnerable como los dioses. ¿Acaso tienes su sangre en tus venas? No, no es posible porque entonces la electricidad no te afectaría en lo más mínimo, tú lo que tienes es una cantidad de vida antinatural.

Mientras que la joven directora habla, el azabache acerca como puede su antebrazo hasta la boca. —"Solo un poco más" —. Está demasiado inmovilizado como para realizar acciones libres, es como si cada centímetro de su cuerpo estuviese debajo de una enorme roca.

—¿O es que acaso eres un semidiós como aquellos que aparecen de vez en cuando en la historia? No, es imposible que lo fueras pues en ti habría alguna marca por parte de tu madre o padre, y lo único que siento que proviene desde tu interior es una energía profana.

—"Por fin".

De la nada una gigantesca explosión surge desde el cuerpo de Arthyr, provocando que Dalila deba cubrirse los ojos para evitar que le entre algo de polvo. Incluso su sombrero se cayó por la extensa ráfaga de viento que apareció repentinamente.

Para cuando se despejó el panorama, frente a ella había un Arthyr muy cambiado, de cabello blanco y piel oscura, con dos cuernos sobresaliendo de sus sienes y largas garras por uñas.

—"Había olvidado la sangre asimilada de dragón".

Fue el pensamiento de la peliazul antes de tener que cubrirse los oídos ante un atronador rugido que nació desde la garganta de su contendiente, fue entonces cuando recordó aquella ocasión en el pasillo del coliseo cuando la golpeó desprevenida, justo después de la batalla en contra de Heilatt.

—Bailen sobre mí relámpagos del cielo y tumben los límites de mi movimiento, electrificación.

Rayos dorados empezaron a rodear el cuerpo de Dalila, como si danzaran sobre los poros de su piel y con el entorno. Es entonces cuando el pseudo-dragón se arroja contra la directora, posee una impresionante velocidad a decir verdad, debe moverse a unos 82,8 km/h, lo que le brinda una distancia corta efectiva de 23 m/s.

No obstante, ella esquivó con una extraordinaria facilidad el impacto al moverse hacia un lado, como si su organismo se hubiese visto estimulado en la estadística destreza por los rayos que ahora la bañan.

Un punto de destreza brinda 0,5 metros por segundo de velocidad, y el hecho de que ella se esté moviendo al compás de un pseudo-dragón con prácticamente 46 de destreza significa que su electrificación posee un ratio de incremento envidiable, pues su destreza base es tan solo de 16 puntos. Lo que en deducción significa que electrificación triplica la estadística de destreza, pero al costo de reducir por tres la estadística de fuerza.

—"Por poco y no alcanzo su nivel de velocidad, es demasiado peligroso el mensajero, y su daño es también muy elevado".

Los pensamientos de Dalila se ven asediados por andanas de golpes dadas por el mensajero llamado Aqwl, quien está entrando en estado de frenesí por la influencia de la sangre de dragón en su salud mental.

—"Por eso es mi deber acabar contigo".

Tras esquivar un último golpe ella empieza a levitar con gran velocidad en dirección al techo, a lo que el desenfrenado Arthyr la sigue con un veloz salto. Dalila entonces observa como el ingenuo mensajero le siguió el juego, en aquel momento saca de su bolso de cadera otra poción para reestablecer su magia y la bebe con apuros.

—Arreboles de pájaros caerán por las gotas frías de mi cántico torrencial, tempestad.

Desde el bastón de la directora surgió un tornado que impactó sobre un Arthyr que no tenía posibilidades de evadir la conjuración, tal hechizo lo arrastró nuevamente hasta el suelo arrollándolo como un tren hasta chocarlo y provocar un huracán de gran escala que incluso estaba empezando a afectar otros pisos.

El paisaje se vio enormemente cambiado con un solo ataque "serio" por parte de la directora del primer peldaño, y se supone que no es tan hábil con los hechizos ordinarios. Empero, desde el epicentro de ese destructivo tornado surgió una agresiva llama profana que modificó el elemento original del huracán, transformándolo ahora en un espectáculo de llamas púrpuras que se expandieron más y más.

Hasta el punto en que Dalila tuvo que convocar una cúpula de fe para proteger su integridad física, es entonces cuando Arthyr sale de entre las llamas violetas y empieza a manipular su imaginación en las llamas que creó con la conjuración profana, cuerpo en llamas tormentosas.

—Lo siento mucho directora, pero no puedo quedarme demasiado, se me está agotando el tiempo —. El fuego en forma de tornado empezó a rodear la cúpula de Dalila, quien se vio obligada a beber otra poción de magia para poderla mantener por más tiempo. —Quieto como el tiempo y hermoso como en el primer momento, disparo de petrificación.

En la mano izquierda de Arthyr nació una esfera de tono verde marino, que salió disparada hacia el tornado, convirtiéndolo en su totalidad en piedra, dejando así una gigantesca escultura con forma de huracán.

—"Será mejor que me vaya mientras pueda" —. Piensa el mensajero mientras emprende huida de aquel lugar.

—"No puede ser" —. Dalila desactiva la barrera de fe, y ahora está encerrada en piedra sólida. Ella entonces aprieta los dientes con ira mientras que sus ojos se fruncen al extremo. —¡¡¡MALDICIÓN!!!

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora