Desde el inventario Rytha convoca una espada curva recortada, mientras que yo saco el estoque con el que me he estado dando a conocer. Él entonces inicia una carrera hacia mí, por lo que de inmediato esquivo los ataques con una facilidad tremenda, no puede ni siquiera llegar a tocarme un cabello.
—Como era de esperarse del caballero intocable.
Escucho a la distancia los murmullos de las señoritas, mientras que sigo evadiendo los diversos cortes que me quiere propiciar el chico lindo. Esto no lo hago con puro talento, es gracias a un anillo que me regaló mi padre cuando cumplí los nueve años, anillo de instintos felinos.
Le permite a mi cuerpo reaccionar ante cualquier daño antes de siquiera conocerlo racionalmente, dándome un estatus de invulnerabilidad de acuerdo a mis estadísticas. La única manera de recibir daño con este anillo tan roto, es que mi contrincante supere ampliamente mi velocidad y destreza.
—Eres muy lento Rytha.
En cuanto evado un corte horizontal con un giro acrobático hacia atrás, tomo postura y me impulso directamente hacia mi contrincante con el estoque listo para impactar. No obstante, de la nada aparece una barrera que me impide hacerle daño, el conjuro básico de muro de fe; ante esta brecha el pelinegro aprovecha para arrojarse nuevamente en mi contra, trazando una secuencia de cortes que mi cuerpo evade con una precisión escandalosa.
Incluso pude ver el filo de su espada pasando a tan solo un par de centímetros de mi ojo izquierdo, Rytha es muy talentoso y sería mucho más poderoso si no tuviera esa maldición que lo restringe tanto. Retomo postura al estar seguro y con un simple movimiento de mano hago tres estocadas que él logra esquivar usando su espada.
Retrocedo un par de pasos y pongo mi estoque en posición de alineación, con la empuñadura en mi pecho y el filo apuntando hacia el cielo. El chico lindo de falda se da un tiempo para recuperar el aire mientras me observa con fiereza, esa irada me encanta en él, significa que va a arriesgarse en el próximo ataque.
—"Está usando la técnica de respiración, debo tener cuidado con el próximo golpe, solo tengo 250 puntos de salud con el anillo que me limita y sería muy sospechoso que mi vida se acabara y yo no muriera." —. Ese es el rompedor restrictivo del anillo, que esos 250 puntos de salud se acaben desata mi verdadero poder, porque básicamente estaré ante un enemigo que quiere matarme.
Pero con Rytha es diferente, él ataca usando todo sin importar contra quién esté luchando, puede llegar a ser aterrador enfrentarse al travesti lindo sin tomar las debidas precauciones en su contra. —Ahora —, me digo a mí mismo al ver que él se arroja con rapidez, por lo que yo espero con paciencia su ataque.
—Toma esto —, un tajo vertical pasa justo a mi lado en el momento en que eludo con un movimiento corto pero eficaz, ante esto el chico queda desprotegido y con la velocidad de una avista le doy un pequeño punzón en el brazo derecho. —¡Auch!...
—He, he, he, he. Me disculpo cariño, no quería que te doliera tanto, por eso solo metí la punta.
—¡Deja de hablar así que me avergüenzas! —. Bueno, cómo explico este tipo de reacción. Rytha era demasiado frío antes y se mantenía demasiado solo, así que empecé a juntarme con él y lo instigaba a que hablara por lo menos con las niñas.
Un día lo llevaron a una pijamada en un cuarto solo de chicas y allí se dejó maquillar, quedó tan maravillado con el resultado que incluso empezó a asistir vestido como una femenina. Sigue siendo tan inteligente y calculador como siempre, pero ahora tiene sonrojos y actitudes que no deberían estar en un hombre. Esta nueva forma de ser me llevó a empezar a ignorar su aura repelente y simplemente quedarme lo más cerca de él, para molestarlo un poco en plan cachondeo.
Yo no me tomo enserio las cosas que le digo, pues tengo un grado de gusto muy inclinado hacia las mujeres, cosa que no ocurre con él porque de verdad cree que lo digo enserio y eso es lo que lo saca de sus propias casillas. Debería de parecer más masculino al entrar en modo serio, pero solo consigue ser más adorable con sus mejillas infladas y la voz femenina que ha desarrollado en estos años.
—¡Toma esto! —. De la nada empezó a disparar varias bolas de energía no más grandes que pelotas de ping-pong, por lo que me limito a esquivar la andana de esferas azules que provienen de su parte.
—Bailen sobre mí relámpagos del cielo y tumben los límites de mi movimiento, electrificación —, rayos de tono dorado empiezan a cubrirme, dotándome de una velocidad tres veces mayor a cambio de reducir tres veces mi fuerza.
El estoque empieza a mostrar las runas restrictivas debido a mi falta de fuerza, pero entonces lo tomo con ambas manos y la restricción desaparece. Así es, agarrar algo con las dos manos hace que el sistema interprete que tienes el doble de fuerza.
El estoque víbora necesita 8 puntos de fuerza y 16 de destreza; con el anillo restrictivo yo tengo normalmente 12 de fuerza y 20 de destreza, empero, cuando uso electrificación mi fuerza disminuye a 4 en tanto que mi destreza llega a 60. A cambio de tener que sostener mi arma con las dos manos gano una velocidad de 30 m/s o básicamente 108 km/h.
Si en este momento decidiera usar respiración daría un poder extra al estoque de 128, por lo que sería un arma de gran calibre con 203 de daño. —Pero no me gusta hacer las cosas a ese estilo —, prefiero ser elegante con mis luchas, tal y como lo he aprendido en estos siete años de constante lectura. Da mucho mayor prestigio culminar las batallas con estrategia e inteligencia que usando simple poder bruto.
Muchos hablan de aspirar la cima tal y como lo hizo la cortesana del pináculo, pero los más inteligentes hablan sobre el guerrero que luchaba hombro a hombro con ella, el sol eclipsado que la acompañó en su odisea. Está registrado en los libros de historia como el único ser vivo que posee inmortalidad física, Tarnakas Brosniia de Koss.
Ser como él es mi aspiración, alguien elegante, misterioso y con unas intenciones poco claras ante el mundo.
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ROMUGUVI [Vol. 1]
FantasyRenací en otro mundo con un gugoldúplex de vida, abreviado ROMUGUVI. Es una historia centrada en William Salinas, quien era un profesor de matemáticas muy respetado, con unas costumbres sexuales bastante activas. Este un día fue asesinado por uno d...