Capítulo 14:2 - Paseo del rey

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—Ya veo, así que la verdadera detrás de su visita, es la esperanza de que su enfermedad sea curada por nuestro hechicero —. Dice mientras bebe un té bastante en una taza de porcelana bastante cara, se nota bastante sereno y de cierta manera agradece el hecho de que el mismo rey esté dispuesto a deberle un favor, eso en definitiva podría ser beneficioso.

—Así es, vine aquí precisamente para eso, pues escuché rumores de que habían logrado disipar la maldición del mentiroso en muchos habitantes —. Contesta antes beber té con serenidad, mientras que observa a algunos metros que la princesa juega en una piscina, cabe destacar que tiene puesto un flotador de tono rosado y el traje de baño femenino infantil le queda muy bien.

Puede parecer extraño, pero los niños juegan con ella sin ningún tipo de miedo, como si los estuvieran educando de una manera muy diferente a la habitual. —Noble Ricchie, los niños que juegan con mi hija, ¿hace cuánto están en Dalila?

—Ellos llegaron en los inicios, se trata de los hijos de nuestros policías. Tienen una educación muy diferente a la habitual, pues los formamos en valores fundamentales —. El rey asiente satisfecho, pues cree fielmente en las palabras de ese gobernador, confía en que la fe le salvará la vida a su hija. —Aunque no lo crea, muchos de nuestros hombres llegaron estando al borde de la desgracia, no tenía ni una pieza con a que comer, y lo arriesgaron todo al venir aquí.

—Eso quiere decir que sus caballeros son muy devotos a usted —, dice el rey, ante lo cual Ricchie o mejor dicho Teddier, permaneció callado. Le da tentación corregir al monarca, pues no son caballeros, son policías, no obstante, comprende que no se pueda acostumbrar en tan solo unas horas a una palabra que define los guardias del reino.

—No creo eso, considero pertinente decir que ahora luchan para proteger sus propios ideales, pues los formamos precisamente para que no necesiten presión en el trabajo que desempeñan. No tenemos una doctrina que puedan adorar, como un rey o una deidad específica, a cambio tenemos el pensamiento racional y el adoctrinamiento basado en el conocimiento individual.

—Vaya, eso parece realmente complejo. Pero, eso significa que en cualquier momento podría ocurrir un golpe de estado, ¿no le asusta eso? —. Teddier se queda en silencio por unos segundos, los cuales aprovecha para beber del té que le queda.

—Es cierto que puede llegar a ser aterradora la idea, por ello debo confiar firmemente en mis residentes. La disciplina que les hemos enseñado y el pensamiento son suficientes para satisfacerlos, además aquí tienen lo necesario. Nadie vive desempleado, ni siquiera siendo alguien carente de algún tipo de talento, tratamos de aprovechar cada valiosa persona, incluso nuestros presos forman un papel importante en la industria productiva.

—¿Enserio? ¿Incluso sus presos trabajan? ¿Eso quiere decir que no ejecutan a nadie? —. El monarca de Lanihí parece verdaderamente sorprendido al respecto, ante lo cual el gobernante simplemente asiente con seguridad.

—Creemos firmemente en la importancia de la vida, toda persona tiene un propósito y sería irrespetuoso con respecto a hilo de la vida eliminar su oportunidad. La redención es un valor que se puede desarrollar en los presos al encontrar un talento, es por ello que durante su encierro son capacitados en diversos ámbitos, para conocer aquello en lo que se desempeñan mejor —. La taza de té del gobernante de Dalila ya está vacía, empero, continúa en sus manos. —Incluso cuando el contenido de un recipiente se echa a perder, puede ser reemplazado por algo mejor, solo es necesario lavar con el frote adecuado.

Tal expresión de ideales hace que el monarca empiece a convencerse de tal pensamiento, incluso empieza a tener una leve influencia dentro de su raciocinio. —"Los presos pueden seguir trabajando y la confianza en los habitantes. Definitivamente es algo muy extraño, no, es claro que nunca había visto algo así, y a pesar de parecer un disparate parece estar funcionando muy bien".

Alvanir gira la mirada hacia su hija, y ver que se divierte con niños que no tienen ningún tipo de interés matrimonial es extraño. Está viviendo algo que no puede experimentar en su propio reino, pues todo es muy diferente, es reino de Dalila parece otro mundo con respecto a los otros sitios donde ha entablado conversaciones.

Incluso la forma de vestir de las personas es extraña, prefieren los colores opacos y vestimentas más cómodas por encima de prendas despampanantes que den boca de su estatus social. Todos caminan por las mismas aceras, y disfrutan de los mismos privilegios, es como un sueño hecho realidad aun cuando podría parecer imposible de todas las maneras posibles.

—Papá, los niños dicen que hay algo llamado Noria y quieren que vayamos allá —. La princesa salió del agua bastante entusiasmada, cosa que provoca que el rey mire directamente a Teddier, quien le dedica una sonrisa.

—Es cierto, incluso su majestad podría tener la oportunidad de montar en la Noria, es una de las atracciones que más genera ganancias, pues asisten parejas y familias por igual —. Él se pone de pie, dando a entender que irán de inmediato, por lo que el monarca se ve influenciado al instante.

Tras un cambio de ropa sencillo, ahora la princesa viste un vestido mucho más ligero que ese que tenía antes. Este tiene una falda más corta, pero su tela es realmente cara y su color hace juego con el cabello de la niña. —Parece muy feliz aquí —. Ante el comentario de Ricchie, Alvanir permanece callado, pensando en una posibilidad.

—Gobernante Ricchie —, la voz seria del rey llama poderosamente la atención del joven, quien se detiene al mismo paso. —En el caso de que no haya cura para la maldición de mi hija, me gustaría que pasara el resto de sus días divirtiéndose. Así que me encantaría formar una ruta comercial formalmente con Dalila, así estaremos transportándonos con más confianza entre nosotros.

—Sería un honor alteza, pero me gustaría pensar que la princesa sobrevivirá, pues nuestro curador es altamente talentoso y él sabrá qué hacer con la maldición que aflige a su hija. Puede estar totalmente seguro de que ella vivirá muchos años.

Las palabras de Teddier entraron en la cabeza del rey como una suave brisa refrescante que le hace tener esperanza, la resignación que tuvo tanto tiempo, empieza a desvanecerse en ese sitio. —"Estado Social de Derecho Dalila, un pueblo donde suceden hechos más allá de la imaginación".

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora