Capítulo 10:8 - Batacazo

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—Así que les contaste que todos tenemos un compromiso, creí que me querías solo para ti.

Derrien, Liliam, Zullah y yo estamos formando un círculo, pues nos sentamos en el suelo a platicar, resulta que la pelirroja le reveló a las otras que había un compromiso de por medio conmigo. Creía que a estas alturas la albina y la azabache ya lo sabrían, pero estaba totalmente equivocado.

Y yo que creía que me buscaban solo por lo del compromiso, ahora sí que me siento muy culpable, pues lo que sienten es real, aunque desconozco la intensidad de sus emociones.

—Te quería solo para mí, pero me conmovió el hecho de que Zullah se llenara de valor por primera vez y dijera lo que siente sin reprimirse. Por si fuera poco fui la más débil entre las tres.

—¿En serio?

—Así es. A mí me eliminó Liliam y a Liliam la eliminó Zullah —, más o menos ya me imaginaba lo que había pasado, pero que me lo confirmen es realmente sorprendente. Eso solo puede significar una cosa, Zullah logró derrotar a Rytha y permaneció con la suficiente energía como para derrotar a Liliam, que es básicamente un tanque con gran ataque.

—Eso significa, que sientes justo el decirle la condición a las dos, ¿sentiste que era necesario por haber perdido?

—Así es, me confié demasiado de las habilidades que tenía y terminé siendo opacada por ellas —, por poco se me escapa una sonrisa burlona, pero logré permanecer en silencio.

—Y ahora, ¿cuál es tu plan entonces?

Cuestiono mientras me pongo de pie y me sacudo un poco el uniforme, posteriormente le doy la mano a Derrien para que se levante. Al girar la mirada aprecio a Liliam estirándome las manos con una expresión seria, por lo que también la ayudo a ponerse de pie. Casi por instinto miré a Zullah después y noté su rostro un tanto avergonzado, por lo que yo mismo me acerqué a tomar sus brazos para ayudarla a pararse.

—Les propuse algo sencillo, una especie de apuesta competitiva. Las tres celebraremos contigo fiestas de compromiso, cada una a su estilo y después nos separaremos por un tiempo, la que obtenga más éxito de las tres en su carrera tendrá el derecho a desposarte, ¿está claro?

¿Y dónde quedó mi opinión en este asunto? ¿Acaso no cuenta o qué? —Oye Derry, no crees que yo debería tener también una opinión con respecto a...

—No, tú eres un hombre, mi hombre, mi macho, y si yo no te doy permiso no puedes opinar. Ya se decidió, fue decisión unánime este método para ver quién será tu futura esposa, así que mejor espera con ansias el resultado.

Literalmente fui rebajado hasta el fango por esta colmilluda, supongo que tendré que atenerme a las consecuencias de no haber mostrado firmeza cuando se requería, aunque no está tan mal el resultado. Solo espero que no vayan a empezar a matarse entre sí como en esos programas policiales de misterio, eso sería demasiado perturbador como para soportarlo de alguna manera.

...

Tras salir a la superficie aclaramos que el asunto ya se había zanjado y no hubo más inconvenientes al respecto, así que solo proseguimos con la fiesta de celebración la victoria indiscutible de Zullah. Pasadas las once de la noche el evento por fin terminó y nos retiramos a tomar un merecido descanso, quizá haya sido por el agotamiento pero me pareció eterno el camino hasta el cuarto.

Después de todo está en el piso once, lo extraño es que cuando corrí hace unas horas no me pareció tan extenso el recorrido, debió ser por mi cabeza distraída y revuelta entre pensamientos que me sacaban de la realidad.

Pero dejando eso de lado, la situación que estoy viviendo ahora mismo es muy cómica. Me encuentro acostado en mi cama, a mi derecha está Derrien abrazándome y a mi izquierda... ¿Está Zullah?

¡Apenas me doy cuenta de que el busto de la albina está más desarrollado que el de las otras! Eso es por culpa de la forma en que se viste, verdaderamente deja todo a la imaginación, no deja ver nada.

Liliam por otro lado tiene pucheros pronunciados, porque frente a su cama están sus dos guardianas impidiéndole abandonar su propio lugar de descanso. —¿¡Pero por qué no puedo dormir con Arthyr como las otras!? —. Sí, ese es el motivo de su enojo, no la dejan venir a acompañarnos, aunque creo que con otra persona ya sería muy difícil estar cómodos.

—Ya se lo dijimos princesa Liliam, al ser de la realeza debe mantener su dignidad en un blanco puro. Por ello debemos impedir que intente ser profanada por el joven Arthyr, no importa si es su prometido, debe permanecer separada de él. Es precisamente por eso que se le mantenía oculta esa información.

El rostro de la princesa está rojísimo, parece que en cualquier momento va a explotar por culpa de la ira, no creo que logre contenerse demasiado. —¡Esto es injusto!

Ante su grito Derrien se empieza a reír, por lo que yo no puedo aguantar más y también empiezo a disfrutar del momento y por último fue la albina la que dejó oír su voz suave. Este momento es cálido, es por instantes como este que me he vuelto blando sin querer, no obstante, también tengo muchas dudas a decir verdad. ¿Cómo derrotó Zullah a Rytha?

Ni siquiera yo he podido vencerlo en un duelo de disminución de salud, pues todos los golpes que recibe se convierten automáticamente en unos o ceros. ¿Lo habrá hecho de la misma manera en que me eliminó a mí? Con una trampa disparadora de conjuro para forzar la activación del sello regreso sano a casa.

Lo único que yo conocía con esas propiedades era la barrera, pero que ella portara una conjuración así consigo era demasiado ventajoso. Debió prepararse hasta el agotamiento para ganar esta batalla y declararse ante toda la multitud, se ha vuelto demasiado fuerte y yo ni siquiera me percaté.

He estado con una venda en los ojos por mucho tiempo con respecto a ella, nunca la miré de otra manera más que como familia. Y ahora, me estoy fijan en sus pechos, en trasero redondo y en sus piernas largas; me dio un batacazo en el escritorio donde dormía y casi literalmente me gritó: "¡Estoy aquí! ¡Mírame también como una mujer!"

Hoy fue un día muy intenso, afortunadamente todo terminó y no tuve que involucrarme demasiado, sé que se arruinaron mis planes de hablar con ella seriamente para rechazarla, pero me gusta más este resultado que aquel que hubiese obtenido al darle un rotundo "No".

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora