Capítulo 11:4 - A pocas horas

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—Muy bien reclutas, es el momento de demostrar de qué están hechos. Esta misión se llamará "Aullido de lobo" y ustedes 20 serán los responsables de que se cumpla perfectamente.

Falta un día para que seamos convocados a participar en la federación de milicias, y el exsargento Nicholas está preparando todo con exhaustividad. Ante nosotros hay un plano del estadio donde se llevará a cabo el evento en el reino de Pacifae, específicamente en la Ciudad de la Flores, estaremos prácticamente en el interior del castillo real.

El estadio tiene un diámetro de 640 metros en total, pero el área de combate posee solo 480 metros de diámetro, por lo que él área total de combate en que nos desempeñaremos es de 723.822 metros cuadrados. Tendremos un rango efectivo de tiro que supera el espacio disponible, debemos poner todos estos componentes a favor, mientras demostramos nuestra efectividad como policías.

—La federación se divide en tres evaluaciones tipo torneo. Tenemos la fase individual, la fase por equipos y la fase grupal. Estaremos empleando tecnología y magia de punta para cada uno de los encuentros. Ustedes serán los Alpha, debo tener por supuesto que eso ya lo prepararon antes, ¿o me equivoco?

—¡Señor, no señor!

—Eso espero, no quisiera tener que mandar a alguno de mis reclutas ligeramente indispuesto a la guerra. Así que, decidiremos el rol de ustedes a la suerte, confío con plenitud en sus capacidades y no creo que sea menester seleccionar a unos cuantos para que cumplan una misión en la que todos son aptos, ¿entendido?

—¡Señor, sí señor!

—Perfecto, ¿quién de ustedes es Alpha siete?

Ante la mención de mi asignación de inmediato me puse firme y levanté la mano, antes de gritar a todo pulmón. —¡Firme mi exsargento, ¿qué ordena?!

—Señor Yura, usted será el responsable de manejar la fase individual, no nos decepcione.

—¡Señor, no señor!

—Esa es la actitud recluta, arrójese al suelo y haga cincuenta flexiones para que esa voluntad se reafirme con sus músculos.

—¡Cómo ordene mi exsargento! —. Con una desbordante energía me arrojo al suelo, y tal y como fue la orden, empiezo a contar en voz alta las flexiones. —¡Una mi superior, dos mi superior, tres mi superior, cuatro mi superior, cinco mi superior, seis mi superior, siete mi superior...!

—Muy bien, los Alpha uno, diez, once y veinte se encargarán de la fase por equipos.

—¡Señor, sí señor!

Solo puedo escuchar los gritos, ya que estoy en el suelo haciendo flexiones sin descanso. Ni siquiera sé a quiénes seleccionaron a decir verdad, ya olvidé el Alpha de mis compañeros, solo aprendí el mío, que era lo más importante, ya tendré la noche entera para memorizar el resto.

—No me decepciones, pulan su voluntad de acero con cincuenta flexiones tal y como lo está haciendo Alpha siete.

—¡Cómo ordene!

—¡Los otros ya saben dónde les toca, así que no se hagan los maricas y tírense a tierra también!

—¡Cómo ordene mi exsargento!

Tras un rato de sudor haciendo flexiones nuevamente estamos en formación, solo que esta vez tenemos los morrales de campaña con todo el equipo que necesitaremos en el interior. Frente a nosotros hay once dragones emplumados de color negro, cada uno mide unos tres metros de alto sin contar la cola, solo parados en sus patas delanteras.

—Quisiera ser más sofisticado con ustedes y llevarlos en un avión, pero el líder dio órdenes directas de limitar las muestras tecnológicas ampulosas, así que tendrán que apretar el culo y aguantar seis horas de vuelo hasta la Ciudad de las flores. ¿Alguna objeción?

—¡Señor, no señor!

—Muy bien, ubíquense de dos en dos, en el mismo orden de sus Alphas. Yo llevaré al alcalde, así no se les ocurra dormirse, porque cumplirán el rol de guardia, el que la cague mientras estamos representando al Estado Social de Derecho Dalila me las pagará al regreso, ¿entendido!

—¡Señor, sí señor!

—Entonces monten sus dragones y emprendan ruta hacia el punto de facción.

...

Mientras tanto, ya en la Ciudad de las flores, se pueden ver a muchos caballeros blandiendo sus pesadas y brillantes armaduras, esas que solo sacan cada que lo requiere la ocasión. Es notable el nivel de las mismas, son de la más alta calidad de fabricación.

Estos se lucen demasiado delante de las doncellas solteras que están buscando marido, es más que obvio que la oportunidad está vigente y deben aprovechar a esos hombres hambrientos de sexo.

Aunque muchos señoritos no se quedan atrás e intentan seducir a las mujeres rudas de la caballería, aunque es más que claro que sus posibilidades son mucho más bajas.

—Estoy seguro de que este año la victoria se la llevará el reino de Pacifae.

—¿Estás de broma? Lanihí será el reino que se alce con la gloria este año.

Dos ancianos están discutiendo sobre el reino que ganará, y mientras eso sucede la mujer que atiende el bar en que se encuentra solo piensa en la suerte de poder reunir tantos clientes durante ese evento. Hacía mucho tiempo que no se realizaba en Pacifae, después de todo los reinos se rotan para darle recursos a sus propios territorios, funciona por un acuerdo hecho hace varios años ya.

—¿Recuerdas a la chica que participó a nombre de Lanihí en la fase individual hace dos años? He escuchado rumores de que ya es miembro de Orquídea y que está a cargo de la protección de la princesa Yrina.

—¿Enserio? Creí que había vuelto a su reino, aunque no me extraña, con lo poderosa que es era imposible que no le resultaran propuestas jugosas.

—Así es, la princesa en persona fue la que veló porque trabajara en el castillo como su escolta. La princesa es muy pura, no permite que un solo hombre se le acerque, quizá esté reservando su virginidad para el caballero adecuado.

—Es posible, ella es una chica recatada, no como las jovencitas solteras que aprovechan eventos como estos para salir detrás del primer caballero que les de la talla.

En medio de la discusión de los dos hombres, empieza formarse un gran revuelo por fuera del local, por lo que todas las personas empiezan a salir para curiosear el suceso. Se trata de once dragones emplumados que llegaron, portando una extraña bandera de color verde oliva, en cuyo centro está escrito con letras blancas Estado Social de Derecho Dalila.

De los dragones se bajaron veintidós personas, que no pudieron evitar ser el centro de atención, debido a sus armaduras tan extrañas, de hecho, ¿eso siquiera eran armaduras?

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora