ROMUGUVI [Vol. 1]

Capítulo 14:7 - Larga vida al rey

Se puede ver a una chica de cabello plateado en el medio de un aula de clase, junto a ella camina un profesor notablemente afeminado que la mira de arriba abajo. Ella está vestida de una manera extremadamente agraciada, posee adornos de oro o diamante adornando todo su cuerpo, incluso tiene una enorme corona de campanillas que sale de los márgenes normales de tamaño.

En su boca tiene un trozo de manzana y sus ojos están vendados con la más fina tela blanca, dándole un aspecto exótico y casi inalcanzable. —Vos, que habéis aguantado dos semanas sin vuestros sentidos primarios, sin moveros, sin hablar, sin ver, sin oler, sin escuchar; ahora soy digna de tomar la prueba para realizar la prueba de realeza —.

El sujeto le quita la venta de los ojos y posteriormente la insta a abrir la boca, en esta la manzana está completamente derretida, entonces él agarra un frasco y vierte esta sustancia viscosa en el recipiente, mezclando con vino este químico. —Este es, el vino de la realeza, el más caro que se puede cosechar. En tres ya podréis ofrecerlo a vuestro futuro esposo, ahora salid princesa Liliam Noahí de Pacifae. Nacisteis para devoraron este mundo, así que espero grandes cosas de ti.

La pelinegra se pone de pie, con una calma excelsa, y con ello todas las uniones de sus huesos traquearon después de quince días de total quietud en esa silla, denominada el trono de la dignidad. —Sir Boitok, llevadme a mis aposentos, no siento las piernas —. Ante las palabras calmas de la futura monarca, el hombre la tomó cargada y empezó a llevarla hacia el sitio indicado.

—"Ya estoy lista, ahora sí podré empezar a luchar por ti Arthyr, solo espérame" —, piensa, antes de caer dormida completamente agotada por la aterradora experiencia que es pasar tantos días sin siquiera poder comer el trozo de manzana que tenía en la boca. Ya puede iniciar sus clases formales de educación real, y con ello, ya puede enterarse de que su reino fue atacado durante la federación de milicias.

...

—Shhh... —. Como un depredador acechando su presa, una chica de cabellos plateados se mueve por el techo de un palacio sin provocar la mínima perturbación, ella es uno con el ambiente y el ambiente es uno con ella, uno para otro en una perfecta sincronía. No está ahí por una misión, o por una prueba de coraje que le haya impuesto su maestra, lo que hará es su propia voluntad.

El príncipe de Venuem está celebrando su compromiso con una noble doncella de familia altamente adinerada. —Fray Grahj, espero que todavía me recuerdes —. Ella susurra, casi deseando que las palabras lleguen a los oídos de ese cruel monarca que casi destruyó por completo a su familia.

Por una de las ventanas del palacio ingresa a la fiesta, pero de inmediato sube hasta unas vigas en lo alto del techo, la hierba camaleón del cielo cumple una labor excelente, especialmente para alguien que ha elevado sus capacidades de asesinato hasta el límite, esa es la Zullah Ficcama que se formó por siete años, con la esperanza de cumplir su venganza y ser finalmente reconocida por el chico que empezó a querer sin darse cuenta.

Con un avance cuidadoso, ella se posiciona justo encima de los tronos, donde el príncipe y su prometida. —Quiero brindar por mi compromiso con la noble dama Beatriz Fur, que me ha dado los instantes más felices de mi vida —. Por la mente de la albina no pueden pasar más imágenes que esa chica rubia succionando el miembro asqueroso del príncipe para ganar su favor, incluso fue posiblemente obligada por miembros de su familia, a eso se refiere él con momentos felices.

—Brindo por ti —, dice en voz baja ella, mientras saca un diminuto con un líquido rojo que se puede confundir con el vino que hay en la copa del monarca. Tras destapar el frasco, deja caer una solitaria gota que de manera milimétrica se cuela en la copa del dueño de la corona y por culpa del enorme ruido de la multitud no pudo notar el pequeño goteo.

Solo unos segundos uno de sus hombres ya había bebido de la misma copa algo del vino traído, con la intención de descartar cualquier tipo de envenenamiento. No saben que su trabajo habrá sido inútil en contra de la nueva asesina que nació por la necesidad de venganza, y por el perseguir continuo de reconocimiento, solo ese día sabrían lo inútiles que pueden llegar a ser en contra de lo que no pueden ver.

—¡Salud! —. Y entonces bebe todo el contenido de la copa, realmente feliz por haber alcanzado lo que quería desde hace tanto, más poder del que ya posee. La chica pertenece a una familia que hasta hace poco deseaba abandonar la nación, en conjunto con sus riquezas, afirmaban que había un mejor futuro en la nación vecina. —"Lo conseguí, conseguí lo que mi padre no pudo hacer en todos sus años de reinado, soy el mejor rey que esta pocilga pudo haber conseguido".

—Larga vida al rey —. Dice ella antes de retirarse del mismo modo en que llegó, el efecto no es inmediato, ya que está diseñado para ser efectivo y al mismo tiempo conveniente. Como una araña letal que es cauta ante la posibilidad de ser letal, completa y hermosa, una viuda blanca entre luces y focos que sin querer la ocultan.

La única araña que prefiere ruido antes que silencio, pues los insectos que caza son vulnerables mientras más distraídos se muestran por aquello que les atrae, de las pocas presas que ingresan caminando hacia atrás en el interior de la telaraña donde aguarda la muerte paciente por tener sobre la camilla a su nuevo paciente que está inquieto por conocer el otro mundo.

—¡Larga vida al rey! —. Exclaman todos los presentes, levantando sus copas para brindar por el rey que les ha mejorado la calidad de sus egoístas existencia, empobreciendo al pueblo en el proceso para poder financiar las fiestas de gala en las que no para de asistir. —¡Larga vida al rey! —. Celebran el poder tenerlo todo a manos de ese joven rey, que aprendió a ganarse a los nobles y es odiado por el resto del pueblo.

—¡Larga vida al rey! —. Es irónico, como entre esos gritos que desean que viva más, ahora el corazón del príncipe empieza a fallar, y para desconcierto de todos los presentes, tras un grito de total sufrimientos por parte del monarca, cae sin vida a los pies de su prometida... Larga vida al rey.