Capítulo 7:3 -Cuervo de llamas

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Aqwl y Dalila se miran fijamente, con tensión hasta en la última fibra de sus cuerpos, cualquier movimiento puede suponer el inicio de una batalla que no se va a detener tan fácilmente. —Tu aura ominosa ha crecido bastante desde la última vez que nos encontramos, lo que significa que has estado siguiendo la ruta del mensajero —, mientras habla, la peliazul se quita el sombrero de bruja que tiene en la cabeza y luego suelta el bastón que sujeta en su mano.

—Viniste hasta el lugar más peligroso para ti, aquí no tengo la necesidad de restringir mis poderes —, desde el inventario ella invoca un nuevo bolso con pociones, pero estas no parecen ser de tipo mágico. —Te haré pedazos cueste lo que cueste.

De repente, la palma de su mano empieza a brillar en un dorado divino, del cual surgieron varias cadenas que simulan algún tipo de sello restrictivo. Cuando se rompen, se ve cómo aparece en la palma de su mano la circunferencia roja que caracteriza la marca del padecimiento, lo cual hace que Arthyr retroceda sorprendido.

—Incluso si tengo que poner mi vida en el hilo flojo te mataré, pues es el deber que han tenido mis ancestros desde que la profecía de Lithoria fue cantada por los labios de la mismísima diosa Eilin.

El pelinegro la observa un segundo estupefacto, y después se retira el guante que mantiene puesto en su mano izquierda, revelando su marca del padecimiento en cuarta fase, con las tres lunas eclipsando la estrella roja. Él sabe que no conoce demasiados conjuros de tipo profano, pero debe luchar como si los hubiera aprendido o de lo contrario estaría en el peor problema imaginable.

—Tienes un esclavo bastante fiel, incluso tras hacerlo beber una poción término fue capaz de mantener tu identidad en secreto y no parece estar mintiendo en ninguna palabra. Pero lo que más me molesta, es que estés utilizando al hijo de Ariadna para tus planes.

Ante la mención de su madre se alteró, pues de alguna manera Dalila había atado un cabo muy cercano a su círculo inicial, pero la única que conoce su identidad es Derrien, aunque Teddier también podría verse en problemas por la venta de los productos que él le lleva.

—¿Qué esperas? Libera tu poder de dragón y ven a atacarme —, la peliazul intenta hostigar la mente del mensajero, pero este permanece imperturbable, pues en realidad se encuentra teniendo una conversación con Google.

—"¿De verdad puedes comunicarme con Vicaria a través del pacto?"

[Afirmativo. Los lazos son lo suficientemente fuertes, además, ella está a solo dos sub-pisos de distancia, no será complicado poder conectarlos]

Mientras que Dalila libera sus declaraciones, el pelinegro averiguaba la manera de utilizar conjuros más poderosos de tipo profano.

—{Mi señor, ¿a qué se debe este honor}

Gracias al dominio sistemático de Google la conexión se forjó de inmediato, uniendo la mente de la súcubo y del mensajero sin ningún problema. —"Escúchame atentamente, la directora del primer piso de la Pedalja tiene conjuros profanos y probablemente es más que claro que quiere exterminarme, necesito que seas mis ojos y lengua en este enfrentamiento, ¿tienes a la mano las conjuraciones profanas?"

—{No mi señor, en este momento estoy haciendo aseo de la caverna, pero de inmediato las buscaré}

—"Muy bien, avísame cuando las tengas a la mano, mientras tanto ganaré tiempo con lo que he aprendido".

Dalila parece preparada para todo, pues la batalla será mucho más difícil que antes, ya que su objetivo se fortaleció desde la última vez, tanto que ni siquiera pretende emplear la sangre de dragón. Además, parece mucho más centrado que antes, pues no ha movido un solo músculo de su lugar inicial, estando a la espera.

—Trunca con tu brillo oscuro el camino de mis enemigos y haz arder sus carnes por la eternidad, combustión espontánea.

Ella es la primera en atacar utilizando una de las conjuraciones bases de la primera fase de la marca del padecimiento, a lo que él responde inmediatamente. —Combustión —, las dos olas de fuego se devoraron entre sí hasta cancelarse mutuamente.

Pero al despejarse todo no se encontraba ninguno de los dos en su sitio original, a cambio se escucharon relámpagos en la zona, moviéndose a toda velocidad, se trata de Dalila que activó la electrificación para luchar físicamente también. Por otro lado, Arthyr no está potenciándose a sí mismo, simplemente está corriendo con sus 11.5 m/s de base.

—Extingue a mis adversarios sin miramientos o favores, bola de fuego oscuro —, desde las manos de la peliazul empezaron a surgir decenas de esferas de incandescente fuego violeta que persiguen al pelinegro sin descanso. Él está poniendo todo su esfuerzo en la carrera que realiza, pero la magia es mucho más veloz que sus piernas y termina siendo envuelto en una enorme explosión de llamas profanas.

Dalila por otro lado observa desde la distancia, flotando con su magia mientras la envuelven los relámpagos dorados. Es entonces cuando empieza a toser con mucha violencia, tanto como para tener que cubrirse la boca con la mano, y cuando se detuvo aquello pudo apreciarse la sangre fresca que se les escapaba de los labios.

Ella no le prestó atención y simplemente agarró de su nuevo bolso una poción de tono rojo, una para curar su salud física, pues probablemente desgastó bastantes puntos de salud con el ataque que acaba de realizar.

—Descontrólense y den forma a mis pensamientos más oscuros, cuerpo en llamas tormentosas.

Desde el sitio en donde se encontraba el residuo de la explosión nació una llamarada mucho más potente que tomó la forma de un enorme cuervo, que se abalanzó presuroso hacia la directora, quien haciendo uso de su velocidad logró esquivar el cuerpo ignífugo.

No obstante, este en vez de estrellarse con el suelo al seguir una trayectoria recta, abatió sus alas y cambió de ruta, buscando nuevamente atacar a Dalila. Ella de inmediato convoca una cúpula de fe que se ve azotada por el gigantesco cuervo de fuego, quien al pasar por ella solo atraviesa y deja daños a su paso.

El ser de fuego abatía alas para modificar su trayectoria y redirigirse, pasando a través de esta, dañando su superficie en gran medida. La cúpula incluso estaba empezando a resquebrajarse, pues el daño de ese hechizo es proporcional a la cantidad de vida sacrificada, y Arthyr no se contuvo con los números.

El cuervo estaba por dar otra ronda de daño, pero desapareció de la nada. Mientras tanto, de entre las llamas apareció Arthyr. —"Muy bien Vicaria y Google, vamos a ponernos serios".

ROMUGUVI [Vol. 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora