Me encuentro en este momento de rodillas frente a las tres niñas que me observan fijamente, todas dan verdaderamente mucho miedo cuando están serias, incluso la inocente Zullah.
Liliam sostiene sobre su mano el cuchillo de verduras que utilicé, mientras que Derrien simplemente se limita a sonreír de manera aterradora.
—Muy bien Arthyr. Habla ahora si no quieres tener problemas con la directora Dalila.
La sola mención de ese nombre me mantiene de rodillas, es una amenaza que ciertamente no quiero que se cumpla. Principalmente porque desconozco el resultado, pues mi imaginación gira demasiado entre posibles escenarios aterradores para mi salud.
—¿S... Si les cu... cuento no le di... dirán a nadie?
Es hora de recurrir al parágrafo uno del teatro que yo mismo inventé, métete en el papel que estás interpretando esperando que el público lo crea incluso si no tienen una reacción favorable. Si tengo seis años debo utilizar la inocencia que irradio a mi favor, ella emanan un aura levemente madura debido a que son féminas.
Y si algo aprendí en mi vida anterior, es que las mujeres tienen un desarrollo temprano, por lo que su edad mental realmente puede ser de chicas de diez años o más. Los hombres nos quedamos un poco atrás a decir verdad, pero puedo sacar ventaja teniendo en cuenta que técnicamente tengo más de cuarenta años sumando mi vida anterior y esta.
—Claro que sí, no le contaremos a nadie si dices la verdad. Y para eso beberás una pequeña droga que guarda Zullah —, dice Derrien con una sonrisa de maldad leve que me recuerda mucho a villanas de los cómics como H*rley Qu**n.
Eso de verdad no me lo esperaba. ¿Qué clase de niñas de siete años guardan drogas de interrogación?
La niña de cabello blanco saca un frasco rosa de tamaño mediano, cuyo contenido está levemente reducido. ¿Cuántos han caído presos de este trío de diablas?
—Abre la boca.
La pelirroja metió el dedo en el frasco y puso el mismo dedo en mi boca. El líquido posee una contextura suave, casi dulce, pero puede perderse su sabor con facilidad. Lo que claramente indica que está hecho para camuflarse en alimentos cotidianos.
—Primera pregunta. ¿Mataste a un dragón?
La pelirroja definitivamente no sabe formular las cuestiones. Lo que me deja a mí en una situación ventajosa, pues puedo contestar de acuerdo a mi conveniencia. El verdadero problema es que desconozco el efecto de tortura que posee la poción, si fuera una de reducción de vida o salud sería más rentable mentir. Lo mismo aplicaría para una poción de dolor interno.
—No fui yo.
—Mientes.
La respuesta casi instantánea por parte de la pelirroja me hace cuestionarme el cómo lo supo, es entonces cuando ella me toma la mano y aprecio como una de las uñas tomó un tono azul.
—Bebiste una poción Término, nos permite hacerte diez preguntas y cada pregunta que respondas mal pintará tus uñas. Si el interrogatorio termina y tienes todas las uñas pintadas, estas te impondrán una maldición que arruinará tu aspecto. Pues sufrirás por siempre la marca del mentiroso.
La marca del mentiroso es definitivamente lo peor que puede ocurrirle a alguien, he visto en el pueblo personas que se ganaron la marginación por esa maldición. Prácticamente es una ley general no tratar, comerciar o siquiera hablar con alguien que posee esa marca.
Muchas veces se utiliza para arruinar a los nobles, un método macabro pero que funciona de maravilla. De esa manera el rey es capaz de gobernar todo su país sin temer la traición.
Lo que espera a la víctima de la maldición es una corrupción en la piel, con un tono violeta como si fueran hematomas, todo lo que come el maldito obtiene un desagradable sabor a lodo.
Resulta que estas niñas no solo tienen métodos de interrogación, sino también los de más alta categoría y castigo. Pues no es algo que se pase con facilidad como el dolor o la enfermedad, la marca del mentiroso es algo para toda la vida.
—Responde. ¿Mataste a un dragón?
No me queda otra más que responder adecuadamente, pero tendré que jugar mis cartas mejor si el interrogatorio continúa.
—Yo... Yo... sí, lo hice —. Las tres niñas observaron mis manos y al confirmar que decía la verdad se sorprendieron realmente.
—¿Lo mataste usando solo el cuchillo de cocina? —. Se apresuró a preguntar Zullah con un rostro de asombro.
Perfecto, eso me deja una gran variedad de respuestas posibles. Aquí puedo jugar un poco con su mente infantil, no obstante, debo encaminar adecuadamente el interrogatorio para que salga tal cual deseo.
—No.
Esto no les pareció descabellado a las chicas, lo descabellado sería que sí hubiera sido así.
—¿Qué más usaste para matarlo?
Es ahora que debo probar la eficacia de la poción, pues cabe la posibilidad de que funcione como la prueba del bolígrafo de la policía. Solo funciona si la persona expresa lo que siente, y a decir verdad contesté la primera pregunta mal de forma intencionada.
—Yo... usé una técnica que no puedo revelarle a nadie.
Esto es una verdad personal, que para ellas podría ser mentira. Pero ya que solo están teniendo en cuenta si digo verdades o mentiras, posiblemente respeten el secreto.
Cada familia, clan y sociedad posee un secreto, ya sea una magia personal o un linaje de sangre que se desea mantener como patrimonio. Teniendo en cuenta la madurez de las chicas probablemente no me cuestionarán al respecto, pero sí podrían mantenerse con una idea equivocada que me beneficiaría a futuro.
—¿Ahora qué hacemos? Es contra las reglas cuestionar secretos de habilidad patrimoniales.
Bingo, la pelirroja conoce las leyes. Posiblemente ella también tiene un secreto patrimonial y por ello sabe de dicha normativa mundial. Y en este mundo lo ético no se separa mucho de la moral, los dioses de la verdad que son venerados realmente pueden ser aterradores en sus castigos.
—No es necesario saber más. Yo solo tengo una cuestión importante y la razón por la que estoy de mal genio.
Liliam se acerca hasta donde estoy, pues se mantenía recostada contra una pared, y me toma del cuello con violencia.
—¿Fuiste tú el que mató al dragón de diez mil pies?
No lo entiendo, ¿acaso hay más dragones en la mazmorra? No lo sabía, pero su pregunta no me desconcierta mucho, pues desde el inicio yo pensaba que me preguntaban por ese dragón.
—"Oye Google, ¿cuál es el dragón más débil en la mazmorra de la Pedalja?"
[Afirmativo. Buscando... buscando... buscando. Encontrado. El dragón corteza es el dragón más débil. Posee una salud de 115, una defensa física de 150 y una defensa mágica de 130. Sus daños ascienden los 70 puntos de salud]
Ya veo, ellas nunca me preguntaron si había matado al más poderoso de la mazmorra, solo me preguntaban por un dragón. Ahora comprendo por qué no estaban tan sorprendidas como hubiese estado si la verdad les hubiera revelado, y si lo estuvieron solo fue levemente.
El problema es que no sé cómo voy a escapar de esa pregunta tan crítica que me hizo Liliam, ya que posiblemente sea grave para mí responder.
Supongo que ahora debo regresar a las técnicas de teatro, fingiré un desmayo.
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ROMUGUVI [Vol. 1]
FantasíaRenací en otro mundo con un gugoldúplex de vida, abreviado ROMUGUVI. Es una historia centrada en William Salinas, quien era un profesor de matemáticas muy respetado, con unas costumbres sexuales bastante activas. Este un día fue asesinado por uno d...