Vergald, mi prestigioso pero avaricioso clan, nuestra sangre de comerciantes ha existido desde hace muchas décadas, tantas como para haber recibido una maldición por parte de la diosa Eilin antes de ser encerrada.
Según el enorme registro de historia familiar, cierto día se estaba realizando un homenaje de respeto a la diosa Lilith, para ello cada clan debía ofrecer su mejor vino y ofertar a la diosa la virginidad de la hija más bella en la familia.
El problema es que en aquel momento era el cumpleaños del patriarca del clan y tal mandato fue ignorado por la familia entera, pero ello hubiese sido perdonable, de no ser porque el vino que era para la diosa fue usado para la celebración de la fiesta.
Aquel día mis ancestros se embriagaron y bailaron, pero al día siguiente notaron con suma extrañeza la aparición de moretones en todos los miembros, huesos rotos, labios partidos, dientes faltantes, y demás lesiones, como si hubiese participado en una riña masiva de la que no había tregua ni siquiera para los más pequeños.
Las propiedades y bienes estaban dañados, como si hubiere tenido lugar una batalla de bestias sedientas de sangre, como un carnaval de horror donde lo que prima es la promoción del dolor físico y la destrucción de los enseres.
Muy confundidos acudieron a una oráculo del templo que podía comunicarse con los dioses, y les dio la más horrible noticia que pudieron imaginar, había sido maldecidos por la diosa de las fiestas Eilin como castigo por faltarle al respeto a Lilith.
La maldición consistía en la privatización total del alcohol, o de lo contrario pasaba algo demasiado malo como para que fuera afrontado de manera sencilla. La más mínima dosis de alcohol hace que sean poseídos por un revoltoso espíritu de los problemas que no hace más que daños sobre las propiedades y la integridad de los más cercanos.
Por más que se disculparon mis ancestros la diosa no cambió de opinión con respecto al castigo, y hoy en día ya no se puede retirar, debido a que la divinidad que nos maldijo ahora está encerrada. Ese es mi verdadero objetivo, quizá, si libero a esa diosa de su prisión podría considerar liberar a todo mi clan de esa maldición que nos impuso hace ya tantos años.
Pero antes debo ocuparme de los problemas que ya me gané. Hace ya un año que ocurrió, pero ninguno de mis compañeros podrá olvidarlo en corto tiempo, fue en una fiesta de celebración. Todos estábamos alegres por haber superado las pruebas del maestro Bernard, así que decidimos hacer una fiesta en el coliseo del onceavo piso.
Por más que advertí que solo podía beber jugos y agua, no faltó el gracioso al que se le ocurrió echar alcohol en una de mis bebidas, la conclusión fue espantosa al día siguiente. Varios compañeros lesionados y yo casi al borde de la muerte, por más que intenté explicar mi situación no me quisieron escuchar, no se dieron la tarea de ponerse en mis zapatos.
Ni siquiera la chica que tanto me gustaba me observó con buenos ojos, y eso fue lo que me rompió definitivamente, fue entonces cuando decidí enfocar mi proyecto en las magias profanas, pues sabía que según la profecía de Lithoria tarde o temprano me llevaría hacia la diosa Eilin.
Tengo muchas ventajas al respecto, debido a que la Lithoria fue recitada por Eilin nosotros, como malditos directos de ella podemos comprender sus escrituras a la perfección y sin necesidad de pactar con la oscuridad. Sin embargo, de vez en cuando hay chicos que quieren golpearme, como si fuese un simple saco con el propósito de desquitarse por lo que alguna vez hice sin querer... y eso me enfurece.
Ver a Arthyr saltar por mí fue de alguna manera un alivio, pues me sentí amparado por alguien cercano por primera vez, y si me pongo a ver todos los sucesos desde hace una semana, desde que apareció ese niño todo ha mejorado enormemente. Las ganancias en mi tienda han crecido exponencialmente y ciertas personas que antes me dejaron de lado volvieron a hablarme, pero ya sé que solo lo hacen por interés.
Vienen por la creciente riqueza que ahora está llenando mis bolsillos o en un ridículo intento de tener información sobre el misterioso campeón, ni siquiera yo tengo el privilegio de hablar con alguien tan poderoso, el único que tiene un lazo directo con él es Arthyr, un chico demasiado brillante para su edad, yo en cambio soy todo un fracasado que no ha podido hacer nada bien.
Ni siquiera en mi familia quieren verme, ¿qué podría esperar yo de simples desconocidos? Solo puedo hacer negocios con alguien a quien no le conozco ni siquiera el rostro, solo sé su nombre por la batalla que tuvo contra el engreído de Heilatt, el grandioso campeón Aqwl.
Me encantaría saber de qué peldaño es, para así poder estrechar su mano y agradecer todas las ayudas que me ha brindado, pero supongo que todavía no estoy preparado para ello, si ni siquiera puedo tratar con dos maleantes de mi peldaño cómo pretendo ser digno de hablar con él.
—¡Déjamelo todo a mí Arthyr! ¡Estoy cansado ya de que esos dos idiotas o sus amigos vengan a fastidiarme el día por sus traumas del pasado!
Ese grito, es la primera vez que doy uno así desde que tengo memoria, siempre me reprimí ante los ataques de los demás. Estar con este niño me llena de seguridad, como en aquella ocasión en el restaurante, cuando me incitó a gritar promociones sobre mi tienda cuando yo me sentí rodeado y oprimido por todos.
—¡Ahora resulta que te vas a hacer el valiente solo porque un niño vino a salvarte! ¡Eres un maldito perdedor fracasado de mierda! ¡Es por eso que ni siquiera tu familia te quiere desgraciado!
—Eso no les incumbe en lo más mínimo, estoy harto de ustedes, de su arrogancia y de su abuso contra mí. No volveré a agachar la cabeza, ni me volveré a dejar patear por ustedes.
—Demasiadas agallas en tus palabras, las creería si no fuera porque el que las dice eres precisamente tú.
—Puedes comprobar mi determinación maldito, te aseguro que te arrepentirás de subestimarme en sano juicio.
Es una locura, es la mayor locura que se me pudo haber ocurrido, pero es mejor que agachar la cabeza y recibir golpes... gracias Aqwl y sobre todo a ti... Arthyr.
ESTÁS LEYENDO
ROMUGUVI [Vol. 1]
FantasyRenací en otro mundo con un gugoldúplex de vida, abreviado ROMUGUVI. Es una historia centrada en William Salinas, quien era un profesor de matemáticas muy respetado, con unas costumbres sexuales bastante activas. Este un día fue asesinado por uno d...