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Cuando Josh despierta lo primero que ve es a Tyler, quién no deja de gritar sobre lo peligroso que fue cruzar una autopista en su estado. Debby interrumpe disculpándose de que la silla se haya malogrado en ese momento y no entiende cómo eso pudo suceder, Brendon también está ahí y Enrie. Y Josh les pide a todos que lo dejen hablar con Tyler un momento. Están en una sala de hospital porque Josh logro ponerse de pie para empujar a Tyler y él fue arrojado por el vehículo un par de metros en la autopista.

—No creo que vuelvas a caminar —dijo Tyler, empezando a ponerse verdaderamente triste y afligido—. Lo siento tanto.

Josh noto que seguía con su misma ropa y se buscó en los bolsillos un viejo recuerdo que tenía. Saco el vasito rojo aplastado con la última palabra.

—Ese vaso...—dijo Tyler.

Un fuerte dolor de cabeza le sobrevino.

—Ese vaso, Josh. Yo, yo recuerdo —se le iluminó la mirada. Empezó a recordar— Yo lo aplaste ¿No es verdad? En la escuela, en la última función de teatro, luego de ver el vídeo de ustedes, de tú y ella.

Tyler tuvo que sentarse porque recuerdos golpeaban su mente. Se llevó las manos a la cabeza.

—Después de eso. Yo atrapado, dónde estuve atrapado. Yo, yo destruí este vaso —aseguro Tyler

—Pero jamás el juego.

—¿Cuál fue la última palabra?

Los ojos se le llenaron de lágrimas.

—Yo te quería mucho —recordó Tyler— Yo, yo. Yo estaba...¿Josh? ¿Por qué cierras los ojos?

—...

Producto del impacto y por estar tan débil, Josh se desmayó otra vez.

Cuando Josh abrió los ojos no se sorprendió de encontrar un pequeño cuerpo apresándolo. Dolía, dolían los huesos y se sentía muy cansado, como si cada respiración llegará a su pecho sin fuerza alguna para mantenerlo despierto. Intento mover al castaño, pero no eso lo conseguiría estaba demasiado débil. Ahora sabía porque se le dificultaba la respiración, Tyler se había adherido quedado dormido sobre su bolsa de oxígeno. Dejó de luchar, cayó sobre la almohada, y se permitió una última sonrisa. Si iba morir que no fuese a manos de un accidente estúpido, ni de unas voces apocalípticas, decidió que si moría ahora lo haría así. Con los inocentes brazos de Tyler a su alrededor.

—"end" —susurro—. La última palabra es end.

Sus ojos estaban llenándose de lágrimas porque se sentía dichoso, bendecido con la oportunidad de despedirse.

—Gracias, Tyler por todo. Gracias por recordarme.

Jamás creyó que merecía tan inmenso placer, en sus últimos segundos de viva mando al diablo todos los placeres que en vida creyó poseer y disfruto de ese pequeño instante. Vio los ojos de Tyler sellados y entendió, entendió que jamás le habían pertenecido y que fue egoísta por desearlo así, vio sus mejillas contra su pecho privándole de colorearlas porque ese era otro logro que jamás debió obtener, y alcanzó a sentir el latido de su corazón al instante que permitía a una lágrima recorrer su rostro. Y eso le permitió un último respiró, uno largo que permitió la fuerza necesaria para confesar.

—Tú me hiciste feliz, Tyler. Me... mantuviste...con v-i-da.....-----------

Cuando Tyler despertó, por el agudo sonido del aparato cardiovascular, se aferró al cuerpo de Josh experimentado el miedo más horrible que puede sentir el ser humano, ser abandonado. Tocó las mejillas de Josh su rostro pálido sus labios resecos y acariciar su cabello cubriéndolo de lágrimas, llamando, exigiéndole que vuelva, que deje de ser tan cobarde que regrese.

—Josh, recuerda tu promesa.

Por unos segundos gritaba como un loco a la puerta llamando a las enfermeras, luego volvía al tintado y se aferraba a su cuerpo tratando de darle calor, tocando sus labios sus ojos empapándolo con sus lágrimas.

—Regresa, por favor. Josh regresa ¡No me dejes! ¡Te lo prohibido! —golpeó su pecho, una, dos, tres veces casi hace volar los aparatos que le conectaban—: ¡No te vayas sin mí! —golpeó contra su pecho.

Asustado, bajo de la camilla empezando a caminar por todo el lugar, escuchaba el sonido de los tacones de las enfermeras, unas ruedas, vendrían con algo, seguro se lo llevarían. No lo permitiría. Corrió a asegurar puertas, y apago la luz. Estaba por desconectar todos los enchufes cuando vio a Josh.

Recordó las medicinas de Josh y sonrió, una sonrisa temblorosa. Muy rápido se encaminó a la chaqueta oscura de su amante y la zarandeo hasta dejar caer muchas bolsitas de la farmacia, siguió zarandeando a tientas que escuchaba el forcejeo en la puerta y muchos gritos. Las pastillas cayeron y él las sujeto antes de que cayeran.

El lugar estaba a oscuras y ese condenado aparato no dejaba de pitar. Subió a la camilla y se concentró en Josh, habría querido decir tanto, habría querido decirle que no avance muy rápido que lo espere que ya iba en camino.

Pero su corazón estaba brincando como un loco, los gritos, el pitido, la piel pálida y fría de Josh. Todo estaba empujándolo a una decisión.

—Vamos a hacerlo —vacío las pastillas. Eran alrededor de treinta. Que importaba si hace media hora estaba regañando a Debby por comprar tantas. —Bien Josh, esto es por nosotros. —las lágrimas no dejaban de caer y cada que veía a Josh se le encogía el pecho, solo quería tomarse las pastillas. Había un vaso a su izquierda, un vaso medio vacío. Lo tomó en una mano y en la otra la mano de Josh. Cerró los ojos y con manos temblorosas repasó su tatuaje, ese que le gustaba tanto que abrió los ojos.

"—Ernie"

Esa simple palabra, ese nombre logro que las pastillas rodarán al suelo, se abrazó al cuello de Josh.

—Oh Josh, ¿En verdad lo quieres así?
—se permitió escuchar su voz, rota, irreconocible. En la oscuridad de la habitación y con la seguridad que ese último golpe que oía rompería la puerta, se permitió un último beso, un beso a esos labios que su no dejaban su calidez.

"—Quiero una respuesta, Josh Dun"

"—Tyler, tengo miedo"

"—Creo que eres el anticristo, niño presumido"

"—Tú serías el mejor padre del mundo"

"—Se llamará Enrie, y no me mires así de feo. Mi abuelo se llamaba Enrie, fue la única persona que me quiso. Y después estás tú. Dime cristiano, ¿Es pecado tratar de hablar con las personas que te amaron, aunque se hallan ido para siempre?

"—Tyler, sonríe. Este niño es como mi hijo"

Con la voz de Josh fresca en su mente, liberó su mano. Lo dejó ir.

Tenía que vivir, por Enrie, por Josh. Porque Josh hubiera sido feliz así. Aunque se entristeció al recordar que jamás obtuvo respuesta alguna a esto. Lo anoto mentalmente para cuando lo volviera a ver

"—Tyler, ya no tengo miedo"

— Ya nunca volverás a tener miedo, Josh.



Fin


VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora