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— ¿Lo sostienes? —pidió el mayor. Tyler se rehusó, no tomaría por ningún segundo a ese pequeño productor de baba. Observó al pequeñito estirar  los brazos hacía él y en compensación le sugirió al pelirrojo dejarlo en el suelo. — Serás idiota, no puedo dejar a mi bebé en el suelo es inhumano. 

— ¿No es ese que va allá el juez a quién vas a sobornar para raptarme?  

Misty observó indiferente al pequeño niño balbucear incoherencias acercando sus manitas hacía su pierna pero se alejó. Vigilaría al niño desde una esquina, tenía todo el pasillo para gatear tranquilo.  Gerard había corrido tras el Juez dejando a su hijo en el suelo. 

Inhumano

Volvió pronto, la cuantiosa suma que había ofrecido al Juez fue su mejor carta en el asunto. Ahora  rellenaba formularios y sellaba contratos al mismo tiempo que trataba de sostener a su pequeño con las piernas, el castaño mantenía su distancia. Estaban alojados en una oficina pequeña. 

— Pronto pasaremos por tus pertenencias, y eso será todo.  —decía Gerard— No tienes que llevar todo lo de tu celda, en casa lo tendrás todo igual. Tus madre me ha dejado tres tarjetas recargadas para ti, es más espera mantenerse en contacto contigo después de ...  

 Admiró el interés del pelirrojo, hace meses cuando le prometió liberarlo no creyó que llegaría treinta días después, Gerard era un buen hombre pero algo estaba mal, algo no cuadraba. Se sintió observado como si olvidara algo. Ignorando la platica que le confería su amigo, descubrió lo que pesaba sobre sus hombros, los ojos del niño que tanto lo buscaban. Era el hijo de Gerard ¿qué hacía aquí? ¿Por qué lo estaba conociendo?

Intrigado, se acercó a ambos: —¿Cuántos años tiene? —consiguió ponerse en cunclillas frente a al bebé.

— Dos

— Es muy bonito.

— Gracias, me esforcé en eso.

— Idiota —golpeo su pierna  

Gerard bufó. Tenía en manos los documentos más importantes del caso pero no pudo darse el lujo de regalarles su tiempo, Tyler estaba dejándose atraer por el infante, el pequeño pelirrojo babuceo para él e intento tocarle la nariz.  

 —Le caes bien. 

El castaño alejo las manos del bebé. —No creo que entienda que esta tocando a un asesino.

No le importó, Gerard tomó la mano de su hijo que miraba expectante al castaño e hizo que esté tocara otra vez el rostro del joven. —Los niños no juzgan— sonrió—  Además, es un bebé y te tiene confianza, por algo será.

Tyler cerró sus ojos mientras las manos pequeñitas del infante viajaban por su frente donde desordeno un poco su cabello,  luego volvió y palmeo su nariz con alegría.

— ¿Lo quieres mucho? —pregunto el castaño aún con los ojos cerrados. El bebé acarició su rostro y luego miró a su padre con curiosidad. 

— Lo amo.


El ritmo acelerado del día no disminuyó,  dentro de muy poco estuvieron frente a la ventanilla recogiendo las  pertenencias del castaño. Eran armas peligrosas pero llegaron con él y se irían con él, así es la ley. Misty sonrió al tener de nuevo en manos su preciosa arma y con un gesto casi infantil señalo al pequeño pelirrojo. 

El pulso del abogado se detuvo: — Baja esa mierda, a los bebés no se les apunta con un arma. 

Resentido, el castaño tuvo que esconder el arma en sus bolsillos. Recuperó también sus balas y un poco de dinero que llegó con él.  Se volvió a Gerard con una sonrisa reanimada, no podía quejarse la adrenalina volvía a su interior.

Se retiraban cuando recordó que una navajada también llegó con él ese día. La obtuvo de vuelta con rapidez.  Tyler sostuvo su afilada navaja bajo las miradas intimidadas de los oficiales y la aproximo al mas pequeño, que le sonreía desde el hombro de su padre, esté balbuceó alegre como si el castaño estuviera ofreciéndole un juguete y se apresuro en querer tomarla.

Misty sonrió. — Buuu

Gerard no se giró. Mantenía el paso apresurado con todos los asuntos aún pendientes en su mente. Aún así se permitió bromear: — Ustedes harían una bonita familia. Ambos se ríen solos. 

***

Quería ir a ver Josh, contarle todo esto que sucedía y como las cosas habían mejorado de manera increíble, contarle como pronto saldría libre y podría sacarlo a él también pero habían tantas cosas que hacer, tanto que simplemente no pudo. Había ya perdido el ritmo acelerado de su abogado, ahora lo seguía a la distancia a pasos perezosos y bostezando. Iría a buscarlo cuando caminado por las oficinas sin resguardo, disintió a un reo desde el otro lado de la sala. No era usual ver hombres con el uniforme naranja por aquí, no por donde hay tantos oficiales cerca . Su aburrimiento lo hizo burlar la seguridad y aproximarse a la oficina, intrigado se adelanto con rapidez e ingreso a la pequeña oficina de interrogación. Lo que vio lo dejó intrigado. 

— ¿Josh? ¿Qué haces tú aquí?

No creía que encontrárselo fuera tan fácil pero se alegró por ello. A gusto con su hallazgo, aseguró la entrada como pudo y camino hacía él con una enorme sonrisa mientras palmeaba sus bolsillos emocionado.

— No importa porque estés aquí, tengo buenas noticias que te van a hacer sonreír. —llegó a él, acarició su avergonzado rostro que se ocultaba de sus ojos, aún con la sorpresa de haber escuchado la voz del más joven, Josh no pudo mirarlo a los ojos— Vamos a salir muy pronto de aquí. —canturreó. 

Con una depresión agobiante, el peliazul no pudo reaccionar más que para poner las manos como puños y restregarse los dientes.

— ¿Escuchaste Josh? —volvió a oir la voz de Tyler— Vamos a salir muy pronto de aquí, bueno yo primero claro —lo oyó reír— Pero saldrás tan rápido después que todo será mejor. Le voy a decir a Gerard que me de el número de un abogado mejor que él y yo mismo sobornaré a un juez, ya vi como se hace. —al no obtener respuesta, misty se calló. De pronto, sostuvo el rostro del mayor y lo examinó— ¿Estás oyendo? Vas a ser libre, como mereces. Tú jamás hiciste nada malo, tú no mereces estar aquí Josh, ni por Tyler ni por mí.

Josh se permitió observar al menor y mientras sus lagrimas caían se acerco a su rostro, permitiéndose depositar un beso en su mejilla. 

— Estás muy guapo, Tyler —trató de sonreír—¿Alguna vez te dije que no necesitas alquilar un traje?

Sin comprender el castaño trató de interrumpirlo pero no pudo, Josh continuó: —Estas limpio y muy cuidado —aspiro un poco— Incluso usas fragancias caras otra vez, ¿has pensando alguna vez, que debes volver a casa Tyler?

Confundido, el de ojos café frunció el rostro. — No entiendo de que hablas.

Josh cerró los ojos y lo atrajo hacía su pecho, pronto las delgadas manos lo abrazaron y esa fue toda la confianza que necesitó para desnudar su alma frente al más joven. 

— Hice algo malo, Tyler —empezó— Yo, yo ahora pertenezco aquí.

Gerard una vez le dijo que en este pabellón habían muchas oficinas, que aquí había una muy famosa, estaba oficina donde ingresaban los sentenciados a la ejecución. Ahora que abrazaba a Josh podía distinguir por detrás suyo un dibujo algo extraño, sobre una puerta asegurada de metal, había un hombre sentado sobre una silla con algunos cables en la cabeza. 

—¿Qué hiciste? —llegó la pregunta a su labios — ¿Qué pasó?

Josh tomó sus manos y se permitió observarlo nuevamente. 

— Me quedare aquí por siempre Tyler. Lo que vez ahí detrás  —dijo aún sin girarse— Es mi nueva celda, entraré ahí y ya no voy a poder salir nunca más Ty. 




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yes....

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora