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— Bien, vamos a poner las piezas sobre la mesa. —El ruido en el salón bajó con intensidad, miradas curiosas se dirigieron al emisor.

Tyler había rechazado la idea de su madre, sobre invitar amigos a casa, hace un año cuando la presencia de extraños empezó a retrasar su recuperación. La Sra. Joseph, aconsejada por amigas de la iglesia y abogados, encontró conveniente reunir a su hijo con compañeros cercanos que tuvo en la escuela, chicos y chicas que a su juicio ayudarían a "enderezar" el camino torcido que tomo en primera estancia. Anticipada había sido la observación de su hijo mayor frente a esto, Zack estuvo en contra del método por la instintiva confianza en la cual, a criterio fraternal, su pequeño hermano no era un tonto. Que el menor de los Joseph olvidará gracias parte de su vida no significaba que podían crearle otra. No era una rama de árbol que al quitarla nacería igual.

Si le traes desconocidos que juran ser sus amigos ahora, en poco tiempo el traerá amigos jurando que son desconocidos. había dicho Zack.

Con recelo y desconfíanza. La madre de Tyler acerca una taza de té al invitado de éste, demorando más de lo necesario en abandonar la habitación.
— ¿Necesitan algo más? —pregunta en cortesía.

— No mamá, gracias. Cierra la puerta antes de salir por favor.

No recordaba última vez que vio a su hijo más joven tratarla como estorbo. Tal vez cuando estaba influenciado por el sujeto culpable de sus desgracias, que era como reconocia a Josh. Pero no sé lo permitiría.

— Tyler. Creo que no me has presentado a ti amigo. Han subido volando las escaleras y se han encerrado de inmediato. ¿Puedo saber quién es?

Es cierto. Abandonar el Hospital Social provocó en Tyler un pequeño estado abatido de ánimo. Aún se sentía reemplazado. Más que eso, si era sincero consigo mismo, en su interior se sentía usado. Durante estos últimos dos años en recuperación, Tyler no frecuentaba personas que él conociera de primera persona, siempre eran amigos de su madre o amigos de su yo pasado que debía conocer, vecinos y familiares, que estuvieron antes, nadie quién eligiera. Brendon era lo único que recordaba con fuerza, y este lo había llevado a conocer a Óscar, el primer amigo que hacía por su cuenta y ahora resultaba que ya eran amigos. Todo en su cabeza era un lío que trataba de despejar. Para añadir, su estadía en Hospital Social, estadía, que él eligió. Personas que eligió apoyar y ahora sólo lo echaban porque había encontrado a alguien mejor.

Si de esto se trata vivir. Quisiera saber si se puede renunciar. —pensó. A tientas que se acercaba a su madre.

— Él es un amigo que he hecho. Se llama Óscar.

¿Óscar? No había oído del chico, eso la alteró.

— ¿De dónde se conocen?

— Por Brendon, realmente... ellos son amigos. Yo me metí en la relación.

Ryan ríe un poco, y se disculpa después. Extiende la mano a su madre. — Soy Óscar, mi amigo Brendon ya nos había presentado. Disculpe por venir sin avisar.

Haber ingresado a rastras de un Tyler, que se repetía haber descubierto lo que tenía que hacer, no fue buena idea. Ahora que tenía a la mujer frente a él, la recordó con claridad. Un par de años atrás, esa misma mujer que ahora lo miraba con recelo y desaprobaba su vestimenta, lo había abrazado agradeciéndole ser tan valiente como para ser amigo de su hijo.

Joder, el conejo. recordó. Alejando la mano con rapidez luego de saludar a la mujer.

La habitación de Tyler era diferente a como la recordaba, no estaba Josh para empezar, bien eso no. A diferencia de los libretos que siempre reposaban inválidos por sobre los estantes entre libretos, ahora descansaban robustos tomos de novelas de ficción, que estaba convencido Tyler , con seguridad, ni los había ojeado. Y si Ryan fuera más confianzudo hubiera descubrierto que estaba en lo correcto.

— Eso fue extraño. —dijo a modo de comentario. Cuando la puerta de la habitación se hubo cerrado y los pasos de la madre de Tyler cesaron. — Siempre imaginé que si me volvía a ver cerca de ti, gritaría.

Aturdido en sus pensamientos. Tyler ni lo escucho.

— Bien. Ryan. —dijo. —Concentrate. ¿Cómo puedo desprestigiar a Debby?

— No lo entiendo. Si ya sabes que mi verdadero nombre es Ryan. ¿Por qué decirle a tu mamá el nombre falso?

— Creí que "Óscar" era tu nombre de cariño, no tu nombre falso. Me has hecho mentirle a mi mamá. —resoplo confuso. — ¿Sabes Ryan? Esto es demasiado para mi. Soy malo con las mentiras.

— Y yo soy malo tratando de pasar las cosas por alto. ¿Cómo que desprestigiar a Debby?

La idea consistía en ocuparle labores a Debby con la seguridad de que no podría cumplirlas y así asignar un pequeño juicio de valor moral a la morena a fin de que está, por decisión propia, abandonará la labor.

— ¿Y qué ganarás con eso?

—  .....

Debby le había quitado lo único que lo hacía sentir útil; hacer algo por lo demás, ayudar, independencia, respeto, admiración, aunque sólo fuera por parte de unos niños que no pasaban de los 6 años. Le había quitado esperanza a ser más que el recuerdo de los demás.

— No se trata de ganar algo.

— ¿Entonces es por celos?

— Claro que no. Debby estudió, es su profesión. Yo solo no quiero ser arrinconado por ello.

— Bien. Entonces por qué solo no le pides ser su apoy así puedes estar en el Hospital igual que ella y haciéndo lo que ella te designe. Claro sin pago y perdiendo tiempo. — Ryan tomó lugar sobre un sillón pequeño que daba frente a un ordenador apagado. Se cruzó de brazos.

Tyler empezó a hablar.

— Me gusta hacer las cosas solo...

— Entonces me voy.

— No, quédate. Ayúdame. No se qué hacer.

Si alguien le hubiera dicho que Tyler Joseph perdería la memoria para volver a ser Tyler Joseph, no lo hubiera creído. Pero aquí estaba, frente al chico que una vez empezó a seguirlo como abeja por la miel, quién lo hizo su amigo aún cuando desbordaba prepotencia y genialidad. No temia de este Tyler Joseph porque era identifico al anterior, solo con menos aventuras. Si de algo se arrepentia era de haberlo abandonado con los locos de sus padres hace tres años. No cometería el mismo error otra vez.

— Solo dime lo que quieres obtener de todo esto. Y yo te apoyaré.

Tyler lo sabía muy bien.

— Quiero saber quién fui.

A veces, como ahora, todo lo que no tenía explicación se veía más claro.

— Está bien lo descubriremos, pero debes prometer que dejaras de atormentarte por quién eras y no vas a juzgarte por quién te has convertido.

No recordaba nada de este chico pero al parecer confiaba más en él que él mismo. Tyler supo que tomo una buena elección con él. Tal vez no recordaba quién fue, pero era bueno.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora