VOICE // Joshler

33 (A)

Pensaba Tyler, como solía hacerlo con mayor frecuencia, por qué no le complacían las horas con la muchacha rubia. Jenna lo llevo a cenar con sus padres; comieron y rieron en compañía de los adultos. Los Blind tenían muchos recuerdos de los hermanos Headline, los conocían desde que eran pequeños y fue Tyler desde siempre su adoración.

—Pero que guapo estas. —decía la amorosa señora Blind—. Tan apuesto y alto. Ya alcanzaste la altura de tu padre.

Calló de las manos de Tyler la cuchara sobre su plato.

—Cuénteme sobre él. —dijo con rapidez—. Mi madre no habla mucho de papá. Supongo, que lo extrañaba demasiado.

La rubia jalo del brazo a su madre con una sonrisa e instó a esta a no responder. La mente de Tyler mejor tenerla mansita y sin alteración, el señor Joseph fue una larga temporada en su vida, fue su padre, le hizo vivir con un rey desde niño pero le condeno a una enfermedad que jamás le dejaría tranquilo. Le enfermo de la mente.

—Come la pasta Tyler.

Vigilaba la puerta cada que la rubia reía de alegría sujeta con presión de su brazo, como si este fuera a salir corriendo, vigilaba la puerta por si intrusos como ellos llegaban a la casa y le liberaban un poco. Si tanto quería a la muchacha por qué quería salir corriendo a buscar a sus amigos, a Josh. ¿Por qué le extrañaba tanto?

—¿Vendrá mi madre? ¿La llamaste? —pregunto a la rubia mientras sus padres abandonaban la mesa al terminar la cena.

—No —dijo ella—. Confía en mí, yo no te voy a delatar. Si quieres esto, yo te voy a cubrir, soy tu novia, en verdad puedes confiar en mi cariño.

Josh veía a sus amigos caer en la bebida, claro que ninguno era un consumidor frecuente, Brendon aún hacía caras cuando el agrio liquido pasaba por su garganta, fría y espumosa. Debbie bebía rápido y negaba con la cabeza riendo, estaban algo perdidos, habían descoritado contra la perfecta señorita Black durante horas y llegaron a la conclusión de que todo lo que hicieron en los últimos años para sacar a Josh del país se esfumada de sus manos, le querían mucho, eran sus amigos verdaderamente, y temían que esta vez si fuera el fin.

—Van a parar ¿ya? —pregunto el de silla de ruedas mirando la mesa llena de vasos de vidrio usados. Es que Brendon encontraba divertidísimo servirse en un vaso nuevo cada vez que quería beber más vino. Si, se estaban emborrachando con vino los niños perfectos que iban a la iglesia.

—¿Cómo vas al baño Josh?

Debby le lanzo la tapa de corcho a Brendon.

—Déjalo en paz.

—Amigo —hablo Brendon riendo—. Nuestra vida acaba de dar otro giro. No vamos a entrar en un coma etílico, pero tenemos que pensar en otro plan y yo, sinceramente ¡ESTOY POR VOLVERME LOCO CON TANTO GIROS EN MI VIDA! Solo eso amigo. Ve a dormir.

Josh viró los ojos. Si, ese era el Brendon que quería ser director de teatro en la escuela.

—Dramático.

—¡Si tú vida se fuera a la mierda por Tyler Joseph, también estaría enojado! Oh, perdona. A ti ya te arruino la vida dos veces. ¿Qué sucede contigo, sigues preocupado por él?

Debbi le quito la botella de la mano y meneo la cabeza, sus ojos pedían cordura.

—Yo no he mencionado a Tyler —se defendió Josh.

Brendon sabía que decir, pero la castaña se adelantó a taparle la boca con las manos.

—Basta Brendon, ya, basta.

Josh empujo su silla hasta la entrada principal, Debby le dijo que no lo hiciera que no salga, le aseguro que el vino volvía loco al azabache, que lo hacía hablar tonterías, que lo perdone por favor y que parte del nuevo plan, aunque no supieran cual fuera aún, debiera consistir en no dejarse al descubierto por su puesto.