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El corazón es impredecible. Bajo la ventisca congelada, un Lamborghini blanco rueda a través de la carretera sin limite alguno, dobla en repetidas ocasiones y no se detiene en los altos rojos, el vehículo no sabe a donde se dirige pero acelera. A la distancia es seguido por dos patrullas con oficiales armados entre los cuales hay hombres con megáfonos pidiendo que se detengan, seguido de estos hay un vehículo blindado de ultima generación, los suburbios aseguran que es la familia del adinerado adolescente que horas atrás a huido de la cárcel.  Las ruedas oscuras no se detienen, los gritos al interior se elevan, hay dos hombres en el interior y un bebé.

— ¿Lo quieres callar? No soporto a los niños —comenta el castaño con las manos sobre el volante. El vehículo acelera una vez más y da un giro hacia la izquierda sin previo aviso.  

El sonido de las sirenas no es lejano, están tras ellos. 

  — ¿Dónde aprendiste a conducir? —se elevó la voz de su cómplice—  Vas a matarnos.

Un risa aparece en el relajado rostro del más joven. —Solo calla al maldito niño, Josh.

Lo intenta, el de cabello azul acoge al pequeño asustado entre sus brazos y busca tranquilizarlo con palabras dulces.  Pronto encontró entre el basurero de frituras que había en el interior del vehículo un gran vaso rojo y se lo regalo al niño que empezaba a entretenerse.—Solo es un niño.

— Todos lo somos realmente. 

Josh lo observa. Dicen que el tiempo vuela pero no es cierto, las aves vuelan, el alma de las personas cuando se desprenden de su cuerpo físico vuelvan y los ángeles si crees que existen vuelan, pero no el tiempo.  Lo curioso de observar a los ojos a alguien es que puedes detener el tiempo, conservarlo y guardarlo en tu interior por tu protocolo de eternidad.

— Gracias.

— ¿Por qué agradeces? —pregunta el conductor.

 — Porque no se despedirme

Hay una verdad en el ambiente pero ambos prefieren ignorarla con esperanza. Con una negación los ojos café se alejan de los cristalinos. El tiempo no vuela para los amantes porque es injusto que el latir de dos corazones se detenga al apartarse. Aún cuando todo se esta destruyendo enamorarse es impredecible, tal vez lo único que nos trasforma. 

 La policía no ha dejado de cerrar sus pasos, hay una patrulla por delante de ellos ahora. 

— Mierda —Tyler suelta el timón y observa sobre su hombro—Si corremos entre los vehículos podemos distraerlos, podemos...

— ¿Para huir solo uno? 

— El otro puede alcanzarlo después.  

Por primera vez en largas semanas Josh siente que una sonrisa amenaza brotar en sus labios, pero la retiene. —No —sostiene la mano del pequeño niño, es un niño muy impredecible ya esta con sueño.  —Esto es por mí, tú haz sido liberado, huye con el niño.

— No te dejaré aquí. —el vehículo logra abrirse paso entre los demás, avanza un poco pero el conductor se tiene   —Josh, no.  —lo dice porque el mayor ha detenido el timón. — Siempre hay una salida, las personas siempre encuentran una forma de solucionar sus problemas, salir bien parados y vivir felices por siempre.

— Eso le cuentan a los niños, Tyler.

— ¿Por qué mienten? —grita enfadado.

Josh observa al menor que se esta haciendo el fuerte pero reconoce que ha entendido sus palabras, no hay marcha atrás, esta vez no.  Lo observa alejar el timón y acercarse, no lo detiene. 

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora