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Josh había estado dándole vueltas al asunto. Tal vez pudiera sacar alguna ventaja. No quería ser egoísta pero le gustaba mirar las cosas por ambos lados.

Por un lado estaba su amada Lovely  aquella de la cual, estaba seguro, se había enamorado. Y no solo porque hubieran mantenido contacto sexual, ni porque ella lo hubiera encontrado en una fiesta y no tardo en ponerse en contacto con él, mucho menos porque tenía algo que lo hacía débil. Era eso, Josh se sentía débil por ella y le gustaba admitirlo, ella tenía algo nuevo, era muy segura de sí misma y de lo que podía alcanzar. Lo tenía en la palma de su mano. Ni siquiera había llamado aún se sintió desfallecer.

Como siempre el otro lado de la moneda era Tyler. 

Tyler que voy a hacer contigo.

Le gustaba Tyler, también, pero no se admitía ser homosexual. Le gustaba porque era frágil, hablador, inteligente, tímido, presumido, nuevo, y hombre. Le gustaba porque jamas había estado con un hombre y quería experimental con él. Le gustaba como Tyler reaccionaba a su tacto, eso era lo mas lo había atraído en un principio, también se sentía en deuda con él, lo había llevado a una cita y lo había abandonado, encima casi había muerto por defenderlo. Tenía que recompensar al niño, y de paso quitarse las ganas que le tenía, porque Tyler era casto y Josh no podía solo respirar cerca a él sin pensar en tenerlo bajo su peso, oírlo gemir y gritar su nombre. Siempre había sido así. 

Era sucio y obsceno, y si pudiera se quedaría con ambos. 

Convencido de sus reflexiones decidió dejar de lado su móvil, ella no llamaría así que se concentraría en aliviar su carga, Tyler.  

Josh estaba bajo sus sabanas intentando conciliar el sueño y regañándose por haber llegado pensando en Tyler durante la ducha que se dio esa tarde. Podía incluso sonar divertido pero cada vez que había intentando alejar al menor lo había atraído más, la idea de la cita fue para poder llevárselo a la cama y había terminado endeudado con él. Lo de evitar el mensaje ya no sonaba un peligro ahora que no lo había visto el fin de semana completo estaba seguro de que sí lo veía llorando tampoco le afectaría. Que raro era, no se conocía esa faceta pero por alguna razón pensaba que podía lidiar con las pataletas del menor  luego de que éste se aleje cuando ya hubiera tenido suficiente. Podía con eso, estaba decidido, dos no podían quedarse. Había que echar a uno, y la elegía a ella.

Sin siquiera pensarlo, había caminado hasta la puerta, la cual abrió de par, dejando a alguien ingresar con rapidez. 

Tengo miedo Josh el menor se aferró a su pecho sollozando. 

Ligeramente sorprendido lo observó con curiosidad, Tyler no levantó la mirada en ningún momento. Se aferró con mucha fuerza. 

Aún estaba adormilado, sentía el frió de la mañana chocar contra su pecho desnudo ¿Cómo había entrado Tyler? ¿Ya habían empezado las clases? De entre tantas preguntas recordó que corría peligro si alguien lo veía con el menor así. Alarmado, ingresó a Tyler dentro de su pequeña caseta. 

No tenía tiempo para avergonzarse por como vivía, Tyler estaba llorando. Tratando de no ser muy brusco y conseguir respuestas al mismo tiempo lo tomó de los hombros y lo puso frente su rostro.

¿Que te hicieron? ¿Te golpearon? —preguntó asustado de la respuesta que podía oír. Se sentía muy enfadado, Tyler estaba temblando y no dejaba de llorar. Golpearía a quien sea. —Tyler, di algo. 

El menor hipo un poco tratando de dejar salir las palabras, su rostro estaba muy afligido y su labios no dejaban de temblar. 

  — Ry-yan Ryan — logró decir.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora