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— No vas a seguir durmiendo en el suelo, sube.

— No.

Josh observó al menor cubrirse los pies con ayuda de los mismos, con cuidado, como si de un universitario que acaba de conocer a su compañero de cuarto se tratará, intento comprender su mundo recordando que el chico frente a él no era el Tyler que en algún momento conoció.

Este Tyler no era ninguno que había conocido antes, no era un niño ni un amante, era solo un amigo.

— Ven súbete a la cama, te aseguro que no voy a tocar.

La habitación ha quedado a oscuras. Tyler no ha logrado librarse de las palabras de Josh que regresan después de una pausa.

— Llevas días huyendo de esta conversación. —dice Josh. — Si quieres puedo explicarte.

— No. —se apresura el menor. — No necesito saber más de lo que dijiste, estabas teniendo pesadillas ese día y yo fui un irresponsable al quedarme dormido, solo reaccionaste a mi presencia cómo reaccionaría cualquiera que ha estado acostumbrado a dormir en compañía... ¿Josh, tu dormías con alguien, antes?

Josh miraba el techo. 

— Olvídalo. —no sé identifica nada fuera de lo común en sus palabras. — Muchas personas abrazan a otras cuando duermen.

— Yo no solo te estaba abrazando... 

— Josh, descansa por favor.

Las semanas transcurrieron haciéndose pesadas. Debby tenía los pensamientos muy ajenos para compartirlos, se mantenía cerca a la ventana, siempre desconfiando de cualquier persona que se acercara a la puerta lo suficiente, dejaba las conversaciones al aire y cuando hablaba trataba de decir algo más, callaba. Sabía algo y lo ocultaba.

Los problemas con la justicia estaban en su mente, antes nunca fue necesario traer una cartera de primeros auxilios, ahora no podía prescindir de esta a cada momento. Tenía todos los números de emergencia anotados en una libreta que se ajustaba a sus bolsillos traseros

Josh por su parte no solo estaba condenado a la inmovilidad de sus piernas, las pesadillas habían incrementado con frecuencia y no había noche que no despertara gritando, lo que solo incrementaba la preocupación sobre los demás.

Tyler no podía eliminar de su mente la idea de que Josh necesita ayuda psicológica, las pesadillas de las últimas semanas no solo lo han dejado sin poder dormir, también esta empezando a temer de él, piensa constantemente en su madre y en lo furiosa, preocupada y angustiada que debe estar, también pensaba en Enrie porque su mente y su preocupación eran grandes y quería pensar en más personas para sentirse mejor. La pronosticada ausencia de los medicamentos que necesitaba el mayor, lo preocupaban. Piensa que es mejor volver a conseguir un trabajo y, comprar un auto.

— ¿Un auto? 

— Si, siempre quise manejar un auto.

Debby se aleja.

— Tyler no creo que tú puedas comprar un auto. 

— ¿Por qué, no?

Cuando se hubo percatado de que la castaña se encerró en su habitación josh se acercó a tyler, no hablaban con frecuencia por presencia de la mujer.

—No hagas nada peligroso.

Tyler intento prometerle que no pero las palabras no salieron

— por favor. —fue lo último que escucho.

Muy temprano la mañana siguiente. El rumbo del menor fue desconocido, Debby lo espió por la ventana sin emitir pregunta alguna, estaba muy enfadada con él por la falta de confianza, por lo que se dedicó a espiarle; observó de peculiar que estaba preocupada por el castaño, pero lo segundo que llamó poderosamente su atención fue que el menor caminó rodeando la pista vehicular, no la atravesó, Tyler no cruzó la pista y llegó hacía el otro extremo por un puente peatonal.

— ¿Sabes a dónde fue? 

Preguntó Debby al retornar al interior. 

Josh estaba frente a ella, observando también la ventana, preguntándose a dónde ha ido el castaño, preguntándose si es importante. Preguntándose por primera vez si Tyler volverá.

— Espero que no haga algo estúpido. —comenta ella.

Esta vez no será la última en enterarse, no desea ser condescendiente, ya las cosas han empeorado, necesita que Josh se recupere pronto y necesita saber que está en el bando correcto, que lo está haciendo bien.

— Josh.

Pero el chico no está listo, aún no.

Josh, rueda su silla poco a poco hasta alejarse lo suficiente. Si pudiera caminar se iría corriendo a buscarle, a preguntar a dónde va, por qué tomó otro camino. Vivir recluido te llena de sentimentalismo, otros deciden refugiarse en el enojo otros simplemente están queriendo llorar todo el tiempo. 

Las semanas pasaron. Tyler tuvo que renunciar al trabajo con Brendon, de todos modos descubrió que su amigo ya lo había reemplazado. Consiguió un pequeño empleo en un puesto de comida rápida, empezó a llenar la despensa de la casa, comprar el medicamento que la castaña pedía para tratar a Josh pero no fue suficiente. Los días se convirtieron en un diálogo repetido, Tyler se volvió un extraño para todos en poco tiempo, no solo para sus amigos, también los clientes comenzaron a incomodarse con su apariencia más decaída cada vez , era un simple mesero pero pronto dejó de sonreír a sus compañeros, saludar, despedirse. Un día los clientes notaron que  aquel tipo de rasgos cansados, pesados pasos y ojeras cada vez más oscuras nunca cruzaba la pista, algunos dijeron que lo vieron rodear calles enteras para evitar cruzar las autopistas, aquello empezó a darle más mala fama, seguido de que nadie sabia nada de él en la ciudad, nadie lo había visto antes.  

Tyler se ausentó un día, nadie supo con seguridad donde durmió aquella noche pues no habló de ello al día siguiente, ni al siguiente de este. Empezó distanciarse poco a poco, nadie lo esperaba al llegar, primero no hubo cena luego la puerta estaba cerrada con llave. De un momento al otro ya no se notaba mucho su presencia en casa.

Sin enterarse empezó a perderse de mucho. Llegó una tarde temprano del trabajo y escuchó que Debby estaba hablando con alguien, estaba riendo y las voces se oían a la perfección. Estaban en la cocina.

La castaña lo saludo con una sonrisa. 

— Hola. 

dijo Josh 

Observó a Tyler cuando ingresó a la casa y el menor no le respondió el saludo, por primera vez en todo este tiempo Josh descubrió que Tyler estaba mal.  Tyler solía hablar fluidamente con él, ahora simplemente lo vio arrastrar los zapatos a las escaleras, gacho y algo perdido en sus pasos. Josh buscó sus ojos y la mirada que encontró le fue totalmente ajena, busco en su figura y no se veía lastimado ni electrocutado pero notó algo nuevo, había una hoja doblada que sobresalía de su bolsillo trasero. 





///

— ¿Qué hacemos con el niño?

— Se lo entregaremos a su madre, ya no tiene sentido que lo usemos para atraer a Josh, él no va venir corriendo. —rió la joven mujer.

La Señora Joseph, la escuchaba. El pequeño pelirrojo estaba jugando con otros niños en los juegos mecánicos del parque de diversiones, en una banca no muy lejana las mujeres lo observan con cuidado. La pelirroja mujer también ha asistido pero ella se encuentra lejana, su cercanía con el niño no es la mejor pero ha conseguido dejar de ser una extraña para él.

— ¿Y Tyler? —pregunta la rubia. —¿Ya sabe dónde está su hijo, Sra Joseph?

— Por supuesto cariño hablé con la policía local, envian una patrulla a vigilar nuestra casa todas las noches, incluso me enteré que empezó a trabajar en un puestillo de Burger King, es realmente penoso hablar de las condiciones de mi hijo ahora.

— Lo siento por usted. —comenta Jenna. — Tyler es muy imaginativo, con seguridad cree que está jugando a la cocinita. 

— Lo sé, lo amo.

— Lo amamos. —sonríen. — Lo amamos tanto.

La madre de Enrie observa amorosa a su hijo, deseosa de poder cargarlo en sus brazos pronto, cuidarlo, protegerlo, como debió ser siempre pero ambas mujeres que rien familiares tienen planes muy diferentes para ella.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora