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Las noches han trascurrido en silencio. Un sonido cualquiera, incluso el suspiro más débil de un ángel, podría hacer eco en este lugar donde cuatro paredes son suficientes para eliminar la cordura del mas fuerte y la esperanza del soñador. Estamos en la UCI, la unidad de cuidados intensivos. Josh llegó gravemente herido hace dos semanas, desde las cuales han trascurrido muchas noches donde su estado se encuentra fuera del diagnostico medico. ¿Fue un golpe o una lesión? Tal vez el segundo impacto de un auto sobre él o los giros que dio su cuerpo al caer a la distancia trazada por la velocidad del vehículo que lo embistió; tal vez sea producto de las balas que impactaron contra su cuerpo esa tarde, las que se alojaron en su rodilla y el muslo superior de la pierna quienes lo detuvieron en el peor momento; tal vez la sola impresión de que todo esto suceda al tiempo que sujetaba a un pequeño niño de dos años entre los brazos. No lo saben porque no había despertado hasta hoy.

¿Dónde estoy?

Es una habitación blanca con cortinas alrededor, donde yace inmovilizado sobre una camilla conectado a cables de colores sujetos a su cuerpo. El solo mover los párpados le resulta doloroso y bajar la mandíbula va costar mucho, piensa.

— Deja de llorar, estoy bien. —Es la voz de Josh, lenta, con difultad y muy poco audible. Después de tanto días sin oírlo murmurar ruido alguno el pecho de su acompañante se encoje. A su ser ha llegado el sonido grave que tanto necesitaba.
— Eres un hijo de puta egoísta, me has dado el susto mas grande de la vida. —dice Misty. El peliazul lo observa, ha estado con él todo este tiempo aya en sus sueños, está seguro de que si. Todo es muy confuso ahora, incluso pensar causa dolor.

La temblorosa mano del castaño recorre la mitad de su rostro en un descenso lento y minucioso: — Creí que no despertarías jamás.

— ¿Creiste qué había muerto?

Sus manos tratan de detenerse pero es imposible, no pueden dejar caer al igual que sus lágrimas:
— No. —niega con calma, ha tomado sus manos entre las suyas y ahora las eleva a sus labios. —Pensé que elegiste quedarte con él

Es una presión húmeda porque sus labios están cubiertos de sal.

Josh intenta sonreír, ojala no entendiera sus palabras pero lo hace. Ahora todo está claro, tan claro como mover los labios se torna fácil cuando  realiza largas pausas, él ha reflexionado su decisión las últimas noches junto al viejo Tyler, y esperaba que hablar con Misty fuera más difícil por sus reacciones imprevistas pero con su rostro frente al suyo, no ha sido nada desafiante encontrarlo, ha estado aquí todo el tiempo esperando. Desde que llegó a su vida todo se hizo un infierno y es tiempo de detenerlo.

— Hay algo que debes oír. —se adelanta Misty. — Y me alegra que estés de vuelta para ayudarme con eso.

— ¿eso?

No lo ha dejado hablar, no le ha dado oportunidad de soltar su mano, de soltarlo a él.

Ya -se sonríe el menor. —Creo que todos esos golpes te dejaron retrasado. Estamos en un lío Josh, no lo olvides.

Lágrimas de cocodrilo, piensa. Si pudiera hablar con mas fluidez, si se librara de esas tenazas con un solo movimiento, lo haría sin chispar. Esto es a lo que lo que ha provocado seguir los pasos incorrectos, la locura del de ojos rojos, su adrenalina sin medida y esa obsesión enfermiza por obtener lo que quiere le han quitado la vida a dos personas.

Suficiente.

—No —logra pronunciar: — No "estamos" en un lío. —su rostro está violáceo en la zona frontal pero sus músculos hacen un esfuerzo por erguir su posición, sujeta la mano del castaño con fuerza. — Tú, estas en un lío solo.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora