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Es un día nuevo, el sol brilla con fuerza y los problemas se quedan en casa, eso para todos lo demás. En cuanto a nuestro personaje, sus ojos se esfuerzan por mantener la mirada sobre el pavimento su ánimo está sobre las nubes . El descanso a terminado muy rápido, los días fueron cortos y la rutina abrumadora. Jamás pensó que tomarse un descanso fuera tan agotador. Tyler camina entre la multitud con una lista en mano, los garabatos distinguen una escritura veloz, ágil y poco comprensiva. Hoy presentará el nuevo cronograma de actividades en el Centro Social, ésto lo tiene muy ilusionado. Poder incluir para los más pequeños actividades innovadoras en sus rutinas diarias es alentador, sesiones de pintura al aire libre. Estuvo pensando mucho en esas actividades, la función principal del Hospital Social es cuidar de los huérfanos pero él está convencido de que esa estadía puede mejorar, además que tiene un haz bajo la manga, el cual es  incluir a Josh en estas actividades extras. 

El Hospital está a unos pasos de su encuentro cuando una brisa lo nubla, la ansiedad lo entorpece y está a punto de caer sobre sus talones pero se repone.

— Vaya, eso estuvo cerca. — su caminar retorna. Con agilidad Tyler recupera su camino sobre el pavimento. Las calles están húmedas por el rocío diario que dejan las noches de Diciembre. Dentro de unas semanas la navidad volverá a reclamar su alegría rebosante y otra pequeña alegría invade su pecho, si todo va bien, será su primera navidad con más personas que solo su madre y conversaciones sobre hechos que no recuerda, puede pasarlo aquí con los niños. 

La última navidad que registra su memoria fue un año antes de perder la escuela. El reverendo Morgan había anunciado que el verano siguiente las clases empezarían en Enero, ese año aprendería lo que era la rutina en los días del sol. Recuerda esa promesa porque era la temporada donde las flores son traicionadas por sus colores, los bichos acampan sobre el polen y el sol te obliga a hacerte de ojos ciegos. Recuerda quejarse por eso pero no recuerda nada de ese último año. 

— ¿Sonríes por qué piensas en Jenna Black?

Se sobresalta. Una voz masculina a mencionado aquello muy cerca. Está por tropezar por segunda vez en la calle cuando descubre a un muchacho castaño detrás suyo. Uno familiar. 

— ¿Qué? —pregunta.

El muchacho castaño que está parado junto a él, esboza una sonrisa tranquila. — Lo siento, verte sonreir con Jenna Black todos los días en el restaurante es aterrador, y añadiendo que no sonríes con nadie más. 

— Me asustate Oscar. 

— Lo siento.  

Fue Jenna quien convenció al Reverendo  Morgan en cambiar las fechas para estudiar en verano ese año, de eso estaba seguro de lo que no es por qué su amigo del restaurante lo había seguido hasta aquí ¿Por qué? 

— ¿Por qué preguntas por Jenna? —cuestiona Tyler a la defensiva. No le había presentado a su novia aún. 

El rostro de Oscar es sereno, siente el calor en sus manos antes de acercarse y cuando lo hace pone un dedo sobre su pecho.— ¿Por qué no dijiste que Jenna Black era tu novia?

— No entiendo por qué tendría que decírtelo.

— ¡Por qué somos mejores amigos!  

No oyes una disputa matutina en una calle tan frecuentada como la St. Moon a menudo. Para Tyler la reclamación es extraña, conoce a Oscar hace poco de tres semanas, se han vuelto amigos si, pero no lo suficiente para aceptar un reclamo así.

— O lo éramos, antes de que perdieras la memoria y me olvidarás.   

— ¿Qué? —pregunta en total desconcierto. Óscar, tiene con las manos dentro de los bolsillos, balanceado ligeramente el cuerpo hacia delante. No contesta. 

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora