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- Enrie, ¿Reconoces a esta mujer?

El pequeño pelirrojo ha dejado de ver a la rubia para recibir confirmación y saber si puede o no contestar a una pregunta, ahora se limita a mirar al hombre con la gran placa. Bosteza un poco y se talla los ojos antes de descubrir a una mujer pelirroja que lo observa en otra sala a través de una ventana.

- No. -dice tallandose más los ojos y cansado se recuesta sobre una mesa metálica. Se permite observar nuevamente a la rubia que lo trajo aquí.

Hace unos días las enfermeras en el Hospital Social le pidieron que guarde su ropa en la mochila y que se ponga los zapatos nuevos que donaron los de la ONG de apoyo, le informaron que una joven pareja lo había adoptado y que ahora viviría con un papá y una mamá en una bonita casa cerca del hospital, al cual podría ir todos los días a visitar a Josh. Pero hasta ahora su nueva mamá no lo llevaba a casa desde que salieron del Hospital, solo ha visto oficiales y personas mayores, como la mujer mayor que está sentada con la rubia bonita, no hay ningún papá cerca, y extraña a Josh.

- Lo hiciste bien Enrie, ya puedes ir a casa. -dice el oficial más joven.

Sus bracitos delgados sirven de respaldo a su somnoliento rostro. -¿Iré con Josh?

La rubia ha llegado a su lado. Jenna se despide de los oficiales y anota un par de números que estos le proporcionan, luego toma de la mano al niño y empiezan a caminar hacia la salida, una mujer mayor camina junto a ellos.

- Te presentaré a mis padres, Enrie. Ellos son muy buenos con los niños, siempre quisieron un hombrecito en casa. - Ella habla y tiene bonita voz, como bonito rostro y usa bonita ropa pero Enrie solo quiere que lo carguen porque está muy cansado, aún a sus ocho años entiende que ella no es como Debby que siempre le daba galletas a escondidas, ni mucho menos como Tyler quien lo cargaba sobre su cuello, ni Josh quien lo hacía pasear junto a él en su silla de ruedas. Con todos esos pensamientos y la barrigita sonandole, el niño tropieza y accidentalmente hace que la rubia tropiece también.

- ¡Ten más cuidado! -se enoja la joven. - Estos zapatos son caros, niño tonto.

No, ella no como es como ellos, no es su hogar.

*-*-*-*-*-*-*-*-*

Josh despierta sobresaltado, su pecho está sudoroso, sus manos están temblando, y sus ojos buscan con mucho terror algo de luz en la inmensa oscuridad en la que ha despertado. Intenta girarse a la derecha, a la izquierda, todo es inútil. Su respiración empieza a acelerarse, necesita luz, necesita romper algo que destruya esta capa de oscuridad que se ha formado. Busca desesperadamente con las manos a los lugares que puede alcanzar.

- Malditas piernas .-se golpea. -Maldito inválido.

En ese momento, Tyler ingresa a la habitación abriendo ligeramente la puerta y observa el interior sin ver nada realmente porque la oscuridad lo opaca por completo. Tantea somnoliento las manos en la pared hasta dar con el interruptor y lo enciende.

Josh esta recostado sobre la cama pero su rostro esta rojo y su respiración es agitada.

- Siento que tuvieras pesadillas. -dice, empezando a adentrarse. Tyler está tan cansado que sin pensarlo se mete bajo las sábanas de Josh. - Lo siento, enserio. Mi madre dice que papá a veces vagabundea por aquí. Él murió en un accidente o algo. Tengo mucho sueño para recordarlo.

Musitando más divagaciones Tyler empieza a quedarse nuevamente dormido junto a Josh, quien ha abierto los ojos un poco ante sus palabras ¿un fantasma? la idea no lo atemoriza, no hasta que oye los pequeños ronquidos del mas joven y sabe que esta solo. Solo en una casa antigua del demente ese, y que encima tuvo el descaro de decirle que ahí había muerto su papá.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora