VOICE // Joshler

8

—Quiero que recuerdes cuántas personas están tras nosotros cuando vuelvas a hacerlo.

Los ojos de Tyler lo descubrieron, y con expresión aburrida negó. . . —No seas dramático, solo fue una vez. —comento de brazos cruzados. 

—No vamos a sumergirnos en esto, no es justo para mí —se señalo el mayor—.   Estas siendo egoísta Tyler. 

Todo lo que había escuchado antes por parte del mayor, se esfumó con la misma facilidad que se lo había confiado él hace pocos días atrás. Fue fácil asimilarlo, porque estaba solo en esta realidad diferente a su mundo, y Josh era solo otro enemigo más del niño al que debía proteger. Lo observó enfurecido, retrocediendo pequeños pasos hasta conseguir distancia. 

—Tú dijiste que necesitábamos el dinero. —gritó, el castaño— ¡Lo hice por ti!

Apenas percibía sus palabras cuando una botella lo impacto de pronto, apareciendo ante su visión por una partícula de segundos a tientas de que con un rápido giro y a duras penas logro escapar de ella. Un par de maldiciones murieron en su boca al descubrir que castaño corría lejos de él. 

—¡Tyler!  —se incorporó—  ¡Vuelve!

Sus gritos se perdieron en el lugar. La música disminuía los sonidos de terceros, su respiración corría a mil por hora, necesitaba guiar mejor sus palabras, estaba comportándose como un verdadero egoísta. El suceso en cuestión: Tyler había robado un par de botellas del mostrador y estuvo comercializandolas en el bar a diferentes precios. No lo hubiera descubierto a no ser que en el control de mercancía el jefe, quien se había presentando con formalidad ante ellos hace pocos días bajo la tutela de "el rojo",  lo culpo a él. Alejando, a que, antes de su llegada no se había suscitado situación de similar índole. Josh estaba seguro de que debió haber sido algún otro, pues no sospechaba de Tyler hasta ahora, no antes de que él mismo se lo contara con una gran sonrisa, barajando los billetes que ganó, ante su rostro.

Cuando se hubo tranquilizado, lo espió a la distancia y lo descubrió descansando cerca al escenario, aquel pequeño teatrín donde mujerzuelas ofrecían su show erótico todas las noches. Su corazón grito que fuera a disculparse pero su cerebro, ese lado qué lo había mantenido distanciado del menor, al cual adjudicaba esa maña delincuencial que ya había dado frutos hoy, gritó que se lo merecía. Era cierto que en su interior le guardaba cierto rencor aún, por aquella situación humillante a la fue arrastrado en aquel acto sexual tan salvaje que no previó lo lastimará, como lo hizo. 

Una vez más, Josh se sumergió en sus propios deseos y los echó lejos de sí. Camino lejos de la barra.

—Tyler —toco su hombro, cuando hubo llegado junto a él— Lo siento. 

Tyler lo ignoró, jugaba con sus manos tambolireando con la planta de los pies, creando mas ruido que el presente con tal de ignorarlo más.

—No me hagas esto —rogó— Ty, no te enojes conmigo, no quise decir eso. Claro que lo hiciste por nosotros, pero robar no es la forma correcta, ¿me entiendes? No voy a decir que eres egoísta por hacerlo porque me lo terminaste contando ¿no? Eso no hacen los egoístas. 

 — ...mhm.

— ¿Me perdonas?

— ...mhm

— ¿mhm, qué?

— ...mhm —continuó impacientandolo, hasta hartarse y girar— ¡Me gritaste!

Josh se asombró pero no retrocedió. —Y ahora me gritas tú. ¿Ya estamos a mano?

Tyler abrió la boca y no salió nada, luego empezó: —Eres un débil y patético ser, Josh. No se como pudiste joderlo tanto —tomó aire— Terminare con esto de una v....