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¡Quemados!
¡Quemados!
¡Quemados!

No no

El reboteo del balón incrementó su fuerza, casi podía sentir el impacto contra la parte posterior. Doleria, claro que doleria. Lo había lanzando Ruby, la niña mas fuerte del segundo año. ¿Qué hacía ella aquí? Claro, era la hija del entrenador. Aquel hombre musculoso que se ergia como un monumento sólido, lanzando a diestra y siniestra contra su equipo.

—Gracias Joseph —mascullo Maykol el muchacho nuevo, desde hace unos dos años, muy apuesto también. —Si llevó sangre a casa en mi camiseta hoy. Tú llegarás sin nariz.

Un grito se oyó desde la tribuna, Jenna estaba de pie reclamandole algo al entrenador, el chico volvió a dirigir sus ojos verdes contra Tyler. —Tu noviecita no va defenderte siempre.

El entrenador se acerco a grandes pasos —Lander, estas fuera.

Maykol avanzó golpeando su hombro, un golpe sordo. —No he hecho falta entrenador —se quejó.

—Haz sido atrapado por el último balon.

—No es cierto. ¿Qué balón?

El entrenador estrelló su balón contra la cara de Maykol, su ondeado cabello cayó sobre sus hombros. El muchacho cayó al suelo, el golpe lo había tomado de improviso.

—Mi balón —sonrió el hombre. Y sé hinco de cuclillas frente a Tyler, quién cerro los ojos muy tarde.

—Quemado, por llorón.

Ellugar estalló en carcajadas, Maykol salió testarudo por la puerta principal,empujando a quién se lo impidiera. Tyler sólo se hinco en tocar las gotas queempezaban a descender de su repentina hemorragia nasal.    

—Muy bien, gran partido. "Ganadores" ganan, "Perdedores" vuelven a perder. Lleven sus pequeños cuerpos a las regaderas y los quiero calentando en gimnasia en menos de 6 minutos. ¡Ya! ¡Ya!

La camiseta blanca del castaño ya se había arruinado, suerte que los Sport deportivos eran azules, o estaría luciéndo como un zombie ahora mismo. Divisó a la rubia aproximarse con algodón y alcohol en las manos.

—Tranquilo, vamos a curar esto. Nuestros padres se enterarán.

Incomodado el castaño la aparto sin ser tosco —¿Y de qué vas a quejarte? Todo el equipo tiene huevos para estar enojados conmigo. Fue por mi culpa que perdimos.

Antes de añadir algo la rubia se adelantó. — No hables así, no tienes que ser grosero.

— ¡No estoy siendo grosero!

Lospasos se habían alejado, el lugar quedo abandonando. Uno que otro balónrebotaba contra el suelo. Pronto sólo se escuchó el chirrido de la puertacerrándose. Los ojos de Tyler ya estaban arrepentidos, y la rubia empezó anegar muy lento hasta que ambos dieron un respigón. Un grito muy grave se elevósobre el silencio.    

—¡Tyler Joseph! Creo que nos debes algo..

Su mirada se detuvo rápido sobre la rubia, él seguia de espaldas y no necesitaba ojos ahí para saber quién era. La tomo de los hombros. —Vete, rapido. La rubia empezó a negarse, no lo dejaría solo. Era la golpiza, la golpiza al perdedor, y no era por el equipo ganador, claro que no, era por el orgullo del equipo perdedor. No podía ser un mal equipo tenía que tener un defecto, ese defecto era Tyler.

—Vete, vete.. —Tyler la llevo a empujones, nada rudos, hasta la puerta que conectaba el interior de la escuela —No vayas a entrar por nada del mundo —dijo Tyler. Ella iba a protestar, lo haría, si el castaño no hubiera azotado la puerta tras está. Entonces, en el reflejo de la puerta se encontro a sí mismo, tan asustado que incluso la sangre que le brotaba de la nariz parecia un presagio de lo que vendría después.

Pasados ya cuarenta y cinco minutos trotando sobre el pavimento Jenna visualizo a la pandilla de Maykol, llevándose a tirones a Tyler al ala oeste de la escuela. No iría tras ellos, si había algo en lo que Tyler debía hacerse responsable era en sus peleas, ya pasaría. Serían un par de puños, alguna que otra patada tal vez. Aquello la hizo enfurecer, habría traído su camara consigo hoy, le tomaría fotos al demacrado aspecto de Tyler luego de encontrarlo por ahi deshecho, las fotografías irían a parar al despacho del reverento y esos muchachos recibirían detención, si eso haría. Segura de sus pensamientos, abandono Peterson.

Cole, Henry y Maykol, los tres daban enormes pasos alrededor del castaño, ya le habían aplicado la justicia masculina, Tyler había sido encerrado en el baño de chicas y su cabeza había permanecido dentro de un retrete por mas veinte minutos. El castaño traía todo el uniforme empapado, las manchas de sangre se habían corrido por el agua, ahora todo era una mancha rosa, muy muy grande.

—Si lo golpeamos el llorón irá quejarse al reverento y su gorda madre ira a nuestras casas a hablar con nuestros padres.

El castaño le dirigio una mirada de odio a Cole. Cole era un chico asiatico muy destacado en los deportes. Al principio Tyler no sabia porque se juntaba con Henry y Maykol, los mas malos en deportes. Tú pensarías que uno se quedaba con los mejores. Luego entendio que el grupito de dos necesitaba un cerebro, o por lo menos alguien que pensará en voz alta, ese era Cole.

—No diré nada—aseguró. Tratando de convencerlos.

Claro que diría algo, se quejaría en todos lados de ser posible. Era mimado por mamá y sobreprotegido por papá ¿y qué?

—Ya dejenme ir, no dire nada.

Pero si Cole le habia creido o no, no lo dejo ver. Se ahínco junto a los otros dos y  dialogaron de hombros apilados, unos sobre otros, formando algo menos un círculo. En un momento Cole señaló la mochila pesada que había cargado consigo todo este tiempo. Henry se separó ahogandose con su propia saliva. Daba carcajadas tan fuertes que Tyler creyó que se habia puesto loco.

—Si, hagamos eso —dijo burlon Maykol. Su nariz estaba igual de roja que la del castaño. —Tyler es bonito como un bebé.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora