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Josh contaba la hazaña con orgullo y Ernie añadía los mejores detalles, luego de ser regañados por Debby y Brendon no se sumergieron en la vergüenza como Tyler, salieron a flote esa misma noche contando como fueron a recoger al joven de su trabajo, pero lo encontraron de regreso cruzando la pista y lo vieron algo somnoliento. Cuando vieron que Tyler se resbalaba Josh tomó impulso y se puso de pie para sujetarlo. Debby no dejaba de abrazarlo con efusiva alegría por el resultado de su tratamiento en las funciones motoras de su amigo.

—¡Volverás a caminar muy pronto! —decía.

Todos estaban felices menos Tyler.

—Oye —le llamo Josh— ¿Te sucede algo?

—Si

—¿Si qué? —preguntó ignorando lo que todos hablaban

—Si, lo hiciste —le dice Tyler

Josh, creyendo de que hablaban de lo sucedido se muestro orgulloso.

—Si, Tyler. Yo lo hice. ¿No es genial?

Y Tyler lo mira asustado.

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Josh agradeció a Debby, el trabajo de la muchacha era de reconocer, lo cierto es que el impulso de adrenalina fue el causante de tan admirable hazaña, pero estaba ahí, la posibilidad de mejorar ya no era una ilusión. La joven acogió la situación como una señal, conseguiría un abogado contactado por la red, sería adulta. Se pondría el grupo al hombro. Ella podía.

El almuerzo llegaba por manos de Brendon, a un paso de salir de casa, tenía asuntos pendientes. La madre de Tyler le había llamado muy temprano y fue muy clara, su hijo o el restaurante.

—Recen porque regrese —anunció el azabache.

—No —afirmó Debby llevándose el ordenaron escaleras arribas—. Regresa porque tienes que regresar. Y no lo arruines.

—Débora, si se incendia el restaurante, seguro y no me quemo, porque no me has dado permiso.

—Mejor así —anunció la joven asegurando la habitación del segundo piso.

Josh no le quitaba el ojo a Tyler, quién estaba mensajeando como un loco que despertó esa mañana. Había tratado de interrogarlo mientras hacían recortes de periódico para cubrir más las ventanas, pero el muchacho no le daba conversación. Se le aproximó con los hombros caídos cuestionando que le molestaba.

—Brendon conseguirá a alguien —dice Josh— Un abogado o algo, Brendon tiene dinero. Siento si salir con Enrie te puso nervioso, sabíamos que trabajas cerca, no íbamos a ir lejos, solo queríamos, darte una sorpresa.

—Ajam...—escondió las manos el castaño.

—¿Te estoy presionando?

—Ajam.

—Tyler, ¿Qué pasa?

—No quiero hablar contigo, perdona. —dejo Tyler y se levantó del suelo para abandonar la sala. Josh lo detuvo.

—Algo te está convirtiendo en esto. Si tengo que ser un loro en tu hombro para mover tus pasos lo voy a hacer.

Enrie los interrumpió pidiendo jugar con el celular de Tyler, y con sus muchas palabras empezó a interrogar a los mayores. Tyler le ofreció su habitación al niño para que se encuentre más seguro, la otra dónde todos compartían se quedaría con ello, el decidía dormir en la sala. La propuesta extrañó a Josh, pero no lo interrumpió.

—Nos volvimos peligrosos para ti —comentó Josh.

Tyler pensó en las necesidades ajenas y en la injusticia social. Si delataba a Josh, sería justicia para él. Si delataba a sus amigos les destruiría la vida. Y ahora estaba Enrie. Le dejaría solo.

—Yo pienso Josh —dijo Tyler— Que cada uno sabe el peligro le ofrece a los demás.

—Qué significa eso.

— Tenemos que proteger a Enrie.

Josh avanzó su silla hacía él. Nadie entendía a Tyler, nadie se preocupaba por preguntarle que había en su cabeza. Y entendía muy bien ese tipo de aislamiento. No quería que el castaño atraviese por ello solo. No.

—Si algo te esta preocupando, no dejes que te consuma. Todos podemos empezar de nuevo, se convierte en una nueva vida. Todos merecemos una buena vida

Tyler se hurgó el cuello, y saco un crucifico que cargaba ahí ocultó, observó entre Josh y Enrie, finalmente se lo puso al pelirrojo mayor. Le aseguro el crucifico al pecho.

—Todos merecemos una buena vida. Sin quitársela a nadie más ¿Verdad?

—Si, claro que sí, Tyler.

—Espero que seas muy feliz Josh —le dijo con calma. Le perdonaba. Tal vez porque su mente vacía nos conocía a nadie más que a su madre y a ellos, y aunque sabía que se iría del lado de su padre fallecido y pelearía por su justicia, no odiaba a Josh—. En verdad, quiero que seas muy feliz.

—Sigues con eso —dijo Josh con una sonrisa—. Lo decían antes, en Peterson. Me decías "Josh, ¿eres feliz?", nunca te entendí.

—Tal vez yo, era una buena persona. Creo que sigo siendo una buena persona que solo se preocupa por los demás, siento si no lo hago notar mucho. Soy una persona tímida aún ahora.

Debby descendió por las escaleras anunciando que prepararía una merienda y después llevaría a Enrie a la comisaría para que entregarlo a su familia adoptiva y no quería objeciones, ella lo trajo y ella lo devolvería.

—Ya sabes donde encontrarnos —le dijo Josh al niño que había conseguido el teléfono de Tyler para buscar juegos en el—. Puedes venir a visitarnos cuando quieras.

—No se va a escapar de su casa, Josh.

—¿Y si le gritan?


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Ryan sonreía con el teléfono en manos, la guardia baja y restándole importancia a la situación. Meneó la cabeza sonriendo. La situación eran la señora Joseph y Mendra Blind de pie en la dirección general del restaurante negándole el ingreso.

—Ya te lo dijimos niño. Brendon nos devuelve a Tyler o este restaurante no vuelve a abrir sus puertas. Es así de simple.

—Estoy en eso —decía el muchacho, temblaba la mano con la que sujetaba el móvil.

Jenna alargo el brazo para acariciarle el cabello.

—El pequeño Ryan, ¿Cómo no nos dimos cuenta antes? Tú también los estas apoyando. Muy mala elección Ry.

—Ryan, ¿Sigue ahí? ¿Ellas siguen ahí? —decía Brendon al teléfono.

—Si, ven rápido... ¡Dónde estás!

—En el aeropuerto más cercano, yo me largo de aquí.

—Brendon deja tus tonterías. Ellas están furiosas. La madre de Tyler está loca, mira lo que hizo con su hijo. A mí me va a matar.

—¿La dulce ancianita?

—¡Brendon!

—Ya, ya, ya llegué. —resonó la voz de Brendon a pocos pasos del lugar.

Todos voltearon a hacía la puerta para recibirlo.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora