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—Tyler, come toda la pasta.

—Estoy retrasado.

—Come todo hijo.

—Estoy retrasado.

—¡Qué te lo comas!

El señor Joseph y su hijo soltaron los cubiertos al mismo tiempo. Los ojos asustados del menor buscaron a su madre con la boca ligeramente abierta. Era una mañana normal en la casa de una de las familias cristianas más respetables de Culumbia. Hasta este momento.

—Cariño tranquilízate.—El señor Joseph se aproximó a la mujer ayudándola ha abandonar el asiento.

Kelly, su madre, a quien jamás creyó tener una reacción así solo por rehusarse a comer, lo observó inquieta antes de desaparecer al interior de la cocina. Tyler encontró su mochila a los pies de la silla y observándola se pregunto si abandonar la casa en este momento era necesario. Su devota madre, siempre tan cariñosa y razonable había estallado, tal vez sin querer estaba creciendo demasiado, eso quizá la tenía algo estresada. Era bueno pensar eso porque cuando cruzó la puerta principal recordó que su última charla íntima con ella había sido hace tres semanas.

Si las personas enloquecen con los hijos, Dios me libre de tener alguno.

***

Debby había estado observándolo tanto que, el ahora encargado de los postulantes al teatro, tuvo que abandonar su puesto en la primera fila para subir a grandes pasos hasta el escenario.

Cuando estuvo frente a ella se ergio preocupado.

—¿Sucedió algo con la utilería? —dijo, a lo que la morena lo tranquilizo con una sonrisa.

—Houston, estamos sin problemas.

Era un día normal en Peterson. Hoy, estudiantes de todos los grados venían a postular por los puestos vacantes para formar parte del cuerpo teatral de este año. El Reverento Morgan había decidido, con apoyo de su cuerpo administrativo sacerdotal, confiar a Josh el puesto de director del teatro, a fin de no ajustar los gastos anuales de la financiación de Peterson.

El joven la observo sin comprender, y al fin pregunto. —¿Qué estoy haciendo mal?

Fue estudiado de pies a cabeza por la castaña. La muchacha era muy detallista pero no estaba juzgando al joven, solo estaba algo preocupada. Para Debbie este cargo en el teatro era muy importante, le servía de incentivos para poder enviar cartas a todas las universidades del país. No conocía a Josh pero tampoco lo juzgaría sin intentar conocerlo.

—Todo esta bien, Boss.

Josh permanecio de pié observando a los mas jóvenes, un pequeño grupo se apresuraba en sus diálogos para tomar escena cuando las audiciones culminaran. Encontro el vestido amarillo, al cual le había cambiado el carril dos noches antes, estaba muy desgastado y las puntas se arrastraban por el suelo. El Reverendo Morgan podría pedir donaciones pero consideraba que el incremento mensual era codicia, eso pensaba Josh masticandose los nudillos, hasta que sus ojos se encontraron otra vez con la sonrisa de la mujer.

—¿Qué?

—Estas avanzando muy rápido Josh. —dijo ella, y en su cabeza Josh escucho otra voz. Un sonido no tan agudo como para confundirlo con el de Debby u otras alumnas del instituto, ni tan grave como para serle indiferente.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora