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El blanco de los francotiradores sobre su rostro colorearon de rojo su panorama, un detalle que no paso desapercibido, uno que lo deleito en sobremanera. El rojo le recordaba a Josh, rojo como la sangre que derramaron y rojo como la luz de las sirenas que se lo llevaron.

Tal vez volvería a verlo pronto.

Abrió la boca, pero de está no salio palabra alguna. Respiró con dificultad adaptándose al ambiente y murmurando para sí, hizo circulitos sobre sobre el piso con la punta de los pies. "¿Qué hacemos?" preguntó al vacío de su mente "Vamos Tyler, dame alguna idea. Tú eres el listo", el ruido de las sirenas y el sonido de las voces se elevaba a su alrededor pero el muchacho castaño, de pie con calcetines claros, solo no podía oír nada. No sentía el frió que corría a esas horas, tampoco ya el calor del fuego que era apagado por los bomberos parecía importarle. Para el buen espectador Tyler estaba petrificado, para quienes observaban sin entender nada, estaba asustado. 

 "¿Por qué no hablas?" empezó a impacientarse, "Se qué estas ahí, Tyler" Su rostro no lo denotaba pero estaba empezando a enfadarse. 

Los oficiales lo observaba atentos, las armas empuñadas en su contra, los ojos fijos en sus movimientos, en sus pasos, en su respiración. 

"Haz tu parte. Necesito las lagrimas para decir que él nos atacó" Mientras mas debatía con su interior, su impotencia crecía. Su piel palidecía y el temblor en sus manos volvía. 

Un sollozo interrumpió su debate. Encontró entre todos, un rostro conocido y a él se dirigió:

—¡Mami, viniste!

No hubo respuesta, solo sollozos y más de ellos, gimoteos perceptibles que se elevaban al cielo. Seguro de sus palabras, se dirigió al oficial que tenía en frente. Un robusto hombre de mirada fría y movimiento calculados. 

—¿Puedo conversar con ellos antes de que me mate?

El sollozó se hizo más perceptible e incluso un par de murmureos empezaron a fluir. El oficial al que se había dirigido, se volvió hacía él, del cinturón tomaba un juego de esposas. Sus piernas por fin se flexionaron parecía que estuvo esperando por hacer esto hace mucho.

—Tiene derecho a guardar silencio, cometió delitos mayores y será juzgado como uno.

El menor se burló:

—No sabía que matarlo tenía castigo ¿Qué sigue? ¿Él era inocente?, ¿Yo soy culpable? Es estupidez. 

Fue escoltado al interior de un vehículo blindado. Aunque era oscuro  su interior, las luces sobre él lo convertían en una patrulla oficial. Misty no se vio trasladado en un feo vehículo policial, se vio trasladado en una hermosa nave espacial con pilotos feos que guardaban distancia de su divinidad, el sonido delirante de las sirenas se fundió en el vacío porque su divertida mente quiso reproducir un poco de Something Just Like This para confortarlo, siempre quiso ser un superheroe y ahora se sentía como uno. La velocidad a la que  se traladaba el vehículo y el viento acariciándole el rostro no lo dejo parar de reír, era divertido volar sin dejar el suelo a veces. Había matado a su padre y ahora lo llevaban a pasear, que lindo pensó. 

***

Cuando llego a la comisaria atravesó la puerta con dos oficiales resguardando sus pasos, eran enormes hombres uniformados y al menor le encanto el contraste. A cada rincón que avanzaba con ellos veía la coordinación de sus pasos y reía de las miles de cosas que se podrían conseguir con esa ventaja de altitud y musculatura. Pensaba en un orgía cuando su mirada, siempre calmada, descubrió a su familia ahí  bueno al resto que quedaba. Estaban: Zack, su madre y los buenos vecinos Black, les sonrió a todos y con mucho respeto ofreció la mano a su hermano.

Los oficiales aún avanzaban, y él quería irse con ellos — ¿Sin rencores? —preguntó estirando su cuello, sus piernas trataban de alcanzar los pasos de los otros. — Sé que eras su favorito pero debo confesar,...   —resbalo, uno de los oficiales lo ayudo a conseguir el equilibrio.

  — Gracias, grandulón —le regalo una sonrisa coqueta.

Zack, que se aproximaba a ellos, se quedó de pie a cortos pasos de Tyler, su madre llegó por detrás.

  — Confieso — se volvió hacia su hermano— Que aunque los quiso más a ambos, el gordito no se acordó de ustedes en sus últimos minutos, solo de mi.

Su madre, a quien las lagrimas parecían no terminárselas jamás, lloraba en los brazos de su amiga, la señora Black al igual que su esposo y su hija ya había llegado al encuentro. Estaban todos aquí. Podía ver a la rubia Jenna  junto a estás, la menor tenia la mirada fija en él, una mirada que lo hizo olvidarse de todo por un segundo. Reconocía esa mirada, había visto muchas así en el hospital. Con una sonrisa lo recordó. Jenna Black se preguntaba, en su estúpida cabecita, si era él de nuevo divertido o había vuelto ser el patito feo Tyler.

— Jen —se dirigió a ella. El guardia que lo escoltaba dejó que hiciera los movimientos que deseaba. Tyler se veía entretenido, no había causado problema alguno con su detención, en el trayecto fue divertido y dirigiéndose a ellos un descarado muy respetuoso. El menor dio dos pasos a ella: — Estas hermosa— alagó— Muy bonita, haz crecido mucho. — desvió la mirada como avergonzado— Sobre el beso la ultima vez...

Una sonrisa apareció en el rostro de la mujer, y él sonrió más.

— Déjame darte un consejo, si es posible.

Los ojos azules de la mujer lo encontraron, y el castaño notó que esta quería oír, eso lo ánimo:

— Tyler, vamos a sacarte de aquí —se adelanto ella. — Ya verás, todo será como antes. Solo tienes que curarte.

Él se burló.   

— ¿Cómo antes? ¡Que injusto! Solo tú podrás seguir saltando sobre penes maduros, ¿Y yo no?, No—negó efusivo— No quiero, no se vale. Tú realmente no puedes contener ni el de Josh. Imagina que uno explote dentro de ti y ¡bum! explotes también. Sería un vídeo muy malo esta vez.

La rubia quiso hablar pero él fue más rápido esta vez.

— No es un mal vídeo Jen, pero mientras Josh y yo lo veíamos no nos despertó nada. Y eso es triste. Estoy decepcionado de ti, mi consejo es que revises los vídeos de Zack, son mejores. En uno hasta da instrucciones. 

Lo oficiales lo alejaron a tiempo que esta iba abofetearlo. No tardo mucho para que de entre las sombras apareciera el rostro de su madre, quién luego de una par de miradas llenas de dolor y no poder controlar su llanto, se abalanzo a rodearlo del cuello desesperada. 

  — Mi pequeño —lloriqueo— Mi pequeño, y dulce bebé. ¿Qué haz hecho?

Se sostenía con ayuda de los oficiales, el peso de la mujer lograba desequilibrarlo. Esperó a que el abrazo se profundizara repitiendo palabras de aliento que Zack incentivaba tratando de alejarla, y cuando está escondió el rostro en su cuello, dolida por los acontecimiento, instintivamente, Tyler sacó la navaja que guardaba en su cintura y apunto su cuello.

— Suelta eso—el oficial que lo guiaba golpeo su hombro y la navaja cayó— Camina.

— Lo siento —Tyler se recompuso, sonrió al oficial y a su madre— Realmente no. Soy un monstruo, y ahora actuó por instinto. Como dijo papá. Voy a matarte tarde o temprano así que no dejes de venir a visitarme mami. 


"Cuando la locura comienza las aves rezan"

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora