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El instituto Peterson en Columbia abre sus puertas al enorme estado de Ohio, de sureste a noreste, pasando por Kentucky a Virginia Occidental. Dos mil trescientos alumnos entre adolescentes y niños, todos uniformados pulcramente, bajo el palpitante calor de Junio, arrastran sus cuerpos al interior  de lugar con la efimera alegría que encontrarse con sus cercanos mejorara su pesar. Entre estos, a pasos apresurados, se abria camino una delgada silueta de cabello castaño.

Tyler Joseph, tercer año, calificaciones perfectas, padres cristianos, cero amigos,  antisocial declarado, y vida sexual inexistente.

—¿Qué te parece? Al parecer el Reverendo consiguió un milagro este año. Todos estan aquí.

Ella es Jenna Black, compañera de todas las materias compartidas entre ambos, sus padres son mejores amigos asi que eso fue algo fácil de conseguir. Aunque estos adolescente no se consideran como sus progenitores cumplen con la costrumbre de los mismos. Los joseph y los black, firmes a su exclusivo circulo familiar. La madre de Tyler habia dicho una vez "Jenna es perfecta para ti, mirate, estan hechos el uno para el otro" La idea se alejo cuando sus zapatos tocaron los peldaños de la entrada.

La rubia se detuvo.

—Tenemos la primera hora en doce minutos. Te veré despues.

—Seguro— Sonrio Tyler, entonces Jenna también lo hizo. Complices de que deseaban alejarse lo mas pronto posible del otro.

Es como tener un feto adherido al tracero— pensó el castaño.

La clase del maestro Bhommer, Quimica, estaba siendo, al parecer de Tyler la clase mas básica del año. Repasaban la tabla periodica como una grave falta al intelecto de los alumnos. No cabia decir más, Tyler estaba seguro de que un buen número de sus compañeros, especialmente los que recien se sumaban, conocian por primera vez aquella baratija de la quimica.

Despreocupado, se aseguro a si mismo tomar un pequeño descanzo, no podia dormir estaba en una escuela religiosa, tampoco podia distraerse o algunos de los niños, a los que estaba seguro su madre sobornaba con entradas al teatro, lo descubririan y ahi si que se ganaria la reprienda del año. Su rostro se quedo firme frente al pizarrón, de soslayo divisó la ventana que daba a los jardines de las veatas. No habían columpios ni juegos de agilidad, regularmente lo agradecia, practicamente no habia nada en que distraer la mente. Atenderia la clase, seguramente conseguiria puntaje extra contestando algunas preguntas. Eso pensó, cuando algo ayá afuera empezó a cosquillar su atención. Una silueta deambulaba por los jardines de Sor Ronda. La veata Rusa, aquella mujer no dejaba que ningún bicho aleteara cerca a sus petunias.

  Atendiendo su repentina ansiedad seseo rápido y sus ojos descubrieron a un muchacho cortando las flores. Oh era solo eso. Regresó al pizarrón, nadie lo había notado. Los minutos transcurrieron lentos, e inconscientemente volvió los ojos al exterior. Era un muchacho delgado pero robusto, de cabello teñido y con tinta sobre su piel, toques claros que se elevaban desde la muñeca hasta el hombro...      

Hubo un grito.

¡Joseph!

El aula lo contempló, el señor Bhommer suspendió un plumón entre dedos, y Jenna Black calló avergonzada.

Suspiró profundo, alejando el cabello de su rostro.

—El maestro hizo una pregunta —dijo la rubia. —Tú sabes la respuesta.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora