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¿Hospital Mental? 

¿La mente se resfría?

La delgada silueta del menor se adhería a los pasos del más alto y a medida que lo alcanzaba éste se apresuraba más por perderle. Estaba harto, de poderlo se sentaría en el suelo para no seguir, ya lo había intentando hace un par de minutos pero apenas inclino un poco su cuerpo uno de los oficiales que lo resguardaban lo golpeo con el bastoncillo idiotas. Gerard no dejaba de caminar y él hasta quería llorar de impotencia. Hace poco habían discutido por el traslado pues el castaño se negaba a abandonar su carceleta por otra prisión, si ya habían ganado el juicio lo correcto sería tomar la aprobación del juez que lo dictamino INOCENTE e irse a casa, pero no, ahí estaba Gerard como todo gato gordo persiguiendo a un ratón más grande; había echo un par de llamadas y en solo un par de segundos consiguió los treinta días para el segundo juzgado en otro penal, ahora lo trasladaban hasta ahí.

—¡Gerard! —gritó. Un oficial lo estaba obligando a caminar más rápido. —¡No te permito esto, vuelve aquí ya!

Fue de locos pero Gerard no se volvió. Siguió caminando.

—¡Gerard! —el castaño forcejeaba con uno de los guardias, se negaba a seguir caminando. —¡Me esta molestando haz algo!

Tenia niños en casa, una pareja de gemelos que no olvidaba por nada del mundo y amaba con furor, una pareja de infantes de seis meses que no le había sacado tantas maldiciones como Tyler. Apreciaba al muchacho, era económicamente un ángel para él pero como todo cielo resultaba ser demasiado no podía estar más de media hora con él sin empezar a tirarse de los cabellos, se quedaría calvo si pasaba más tiempo con Tyler lo hacía sacar de su zona de confort, era obsceno y muy divertido también debía admitirlo pero cuando abría la boca jamás estabas seguro de lo que oirías, como ahora que estaba amenazando con matarlo frente a un escuadrón de policías.

Se detuvo antes de atravesar la salida del lugar, los gritos del menor hacían que todos se girasen sobre él, oficiales, secretarias, gente que iba por algunas formalidades a la oficina. Por qué Tyler era tan bipolar hace poco estuvieron celebrando su inocencia ante el juez y ahora esto:

 —¡Voy a matarte Gerard! —grito a todo pulmón, enfurecido— ¡Sabes que hablo enserio!

A veces oírlo le provocaba querer robar su voz. Tyler era ruidoso, mimado y muy muy idiota. 

—¡Ya cállate Joseph!

—¡No me callo!

No se alejaría de él por nada del mundo.

***

Josh observó a los demás reclusos abandonar sus celdas, realmente no podría hacerlo aunque quisiera. Era siemple; nadie lo recordaba. 

Se dispuso a tomar asiento sobre el frió cemento que hacía de piso en el lugar, su celda la compartía con otro recluso un fortachón que no lo dejaba olvidar que su lugar era ese, el suelo. Se supone que como recluso con derechos debiera dormir en la cama de abajo, pero no, al parecer su compañero había decidido que era tan insignificante que no merecía ni eso y así fue, desde el tiempo que llevaba el suelo había sido su parte. 

—Horario de visitas —bramó un oficial caminando por los pasillos. — Llegaron sus visitas, patéticas escorias de la sociedad.

Josh se encogió bajo sus brazos, estaba apoyado de espaldas contra el trípode de mural, junto a él descansaban las zapatillas mugrosas de su compañero, no podía alejarlas porque son su lugar por citar al susodicho.

—Horario de visitas, mascota —oyó la voz del oficial. Sabia que se dirigía a él—Fuera de la celda.

No tenía más salida, tocaba bagar por ahí. Buscaría algún rincón y mantendría el perfil bajo por varios minutos hasta que terminen los horarios de visitas para volver a su celda. A veces, cuando oía burlas como las que le ofrecía Kady el oficial a cargo, se sentía culpable realmente culpable, ahora ni podía oír su nombre en este lugar era la simple mascota de los demás . No era nadie y era verdad, no iba a la sala de visitas porque era verdad que nadie había venido por él, pero a veces la culpa no alcanzaba para hacerlo sentirse mejor, a veces había más y eso lo enojaba. 

Tyler

Ya no le gustaba pensaba en Tyler.

No pensaba en Tyler porque el menor lo deprimía mucho, no pensaba en su sonrisa ni en como sonaba su risa porque entonces quería golpear a alguien y eso solo lo arrastraba a peleas que sabia que no podía ganar. Estaba siendo inmaduro cuando sabía que debía parar. Tyler no era para él, el heredero de los Joseph era eso un heredero, un joven prodigio para gran actor, alguien con futuro y una vida por delante. No era para él porque Josh era lodo,  estaba sucio y ahora olvidado ¿Es que alguna vez pensó que Tyler iría a visitarlo? ¿Acaso las primeras semanas esperó ansioso los horarios de visita por ver su rostro? ¿Por qué haría eso? Tyler no pertenecía a este mundo, él estaba limpió.

"Somos tóxicos"

Recordó

Que sonrisa le había robado esa vez, que sonrisa tan bonita se había dibujado en su rostro solo para después romperse en una gran carcajada que lo llenó de orgullo por ser él quien le provocará tales reacciones.

"¡Me gritaste!"

Como se había enojado esa vez. Hasta las orejas se le habían coloreado y que no hablar de la punta de su nariz roja como un tomate. Podría jurar que lo descubrió soportando la respiración como autocastigo por haberse robado las botellas del bar. 

"¿Y si enojamos a Dios?"

Que inocente le había resultado esa vez, que dulce había sonado su voz como  un susurro personal que le compartió. Que inocente era entonces. 

Antes de que él lo quebrara.

Se culpaba, Josh se culpaba todos los días. No había fecha en la que cualquier trivialidad no le recordara al Tyler del teatro corriendo por llegar puntal, enroscado en los brazos de Ryan, practicando sus lineas, últimos en abandonar el auditorio. Lo recordaba con cariño, huyendo de la hija de los amigos de sus padres, la chica Black que tanto lo acosaba. No había día en ese encierro que Tyler no lo visitara en su recuerdos para recordar los viejos tiempos, los buenos días. 

"Debí haber alquilado un traje"

Estaba de acuerdo, aunque nunca se lo dijo. ¿Por qué lo hubiera hecho? Él sabía que alquilo el traje solo para poder perderlo de vista en cuanto llegarán a la fiesta. 

¿Cuando empezó a fijarse en el chiquillo?

"Disculpas eso es Tyler, quiero disculparme contigo"

 ¿Fueron sus ojos? 

"Buscabas mi número"

¿Su presencia que brillaba contra los colores en el sol?

"¡Tyler tú no bebes!"

¿Su voz?

"Quiero tú voz Tyler"

 ¿Su mirada curiosa?¿o su mano cuando la estrecho, por primera, segunda, tercera vez...?

"Empezamos otra vez, Tyler. Hagamoslo bien"

Estaba encerrado en la cárcel ya no podía seguir engañándose, no era sano querer ocultarse cuando nadie te estaba viendo. No queria cambiarle los colores al arco iris, el cielo era azul y las nubes blancas. 

"Lovely, me llamo así"

 Era así y se quedaría así porque habría sido siempre así.  

"Responde Josh, ¿Eres feliz?"

Tal vez se había enamorado desde antes de descubrirlo.









Tal vez se había enamorado desde antes de descubrirlo

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VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora