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Claro que no se fue, ni se inmutó. Tan siquiera se molestó en abandonar la habitación del castaño. Recorrió sus pesados pasos en derredor por cada pequeño rincón del lugar, justificándose en lo delatadora que había sido su ausencia todos estos días, luego de haber estado gimiendo sin razón alguna por la cercanía de su cuerpo cuando lo descubrió desnudo en las regaderas. Pero Tyler no sé molestó en contestar, estaba más preocupado sintiéndose intimado por la presencia del mayor en un lugar tan privado como era su habitación. Había llorado y reído ahí,  hasta planchado una peluca rosa en ocasiones. Josh no tenía derecho de penetrar tanto en su intimidad, sin quisiera intentarlo. Tenía que poner fin a esto.

Decidido, el menor se encamino hacía el joven, que supervisaba con sumo recelo un cuadro del más chico, uno que lo mostraba cuando este aún tendría unos once años. Lucía reluciente con su trajecito del ejército en una noche que con seguridad databa de algún 31 de octubre.

—Josh, quiero que salgas de aquí —empezó— Si la estas esperando (por Jenna) puedes hacerlo desde la planta baja.

—¿Intimidado? —se burló.

—Nada de eso pero si aún lo fuera, tendrías que obedecer. Estamos en mi casa.

El aludido se sorprendió — ¿Estás dándome órdenes?

Otra vez esa frasecita "ordenes". Cabía en Tyler haberse preguntado más de una vez a dónde los iba llevar eso. Porque a Josh le brotaba humo por las orejas cuando lo mencionaba.

—Si tanto te molesta deberías cambiar de empleo, te recuerdo que vives recibiendo órdenes todo el tiem...

Y no continuó, no pudo porque una presión impidió que las palabras siguieran fluyendo. Con las muñecas pálidas intento zafar las tenazas garras de su boca.

—No vuelvas a decir eso —grito Josh. Sus ojos, siempre cálidos cuándo la veía como ella, ahora se tornaron despiertos. Inclusó intimidantes. —Yo no recibo órdenes de nadie.

Para Josh era frustrante ser como era, lo suficiente como para que un niño engreído viniera a juzgarlo. Que extraño era Tyler, primero se presentaba como un agradable niño, luego sus saltones ojos lo seguían por doquier, y ahora se burlaba de él, lo hacía sentir inferior. El mayor solo había preguntado, solo eso, y si lo asusto por tomarlo de los hombros eso tenía justificante. Lo siguió por curioso y había saltado contra él porque creyó que se desmayaría y caería al suelo. Si había preguntado eso, era en parte también porque se había quedó en blanco al ver que Tyler estaba fuera de peligro, fue una reacción reflejo.

Josh abandonó el lugar sin esperar por la rubia, volvería de pie así se ganará la reprienda del año. Que tonto había sido, quién pensaba que era el menor, ¿diferente? todos los de su clase eran igual. Si se metían en situaciones bochornosas luego no había explicación que debieran ofrecer. Tyler era así.

***

Tyler aseguró la puerta debilitado, su pálida mirada se perdió en el paisaje que lograba evocar tras el cristal. Josh caminaba calle abajo. Mientras subía las escaleras devuelta a su habitación su pecho se contrajo, tosió un poco y siguió, pronto una fuerte sacudida lo hizo desplomarse contra la madera, estaba mareado. Tosió tanto que pequeñas lagrimillas se derramaron por sus ojos. Con la garganta congestionada, y los ojos ya hirviendo de la gripe, se hecho un rato a sollozar. Josh lo había lastimado, sabía con seguridad que si ahora se veía en el espejo del baño encontraría pequeñas marcas rojizas sobre su mentón, como si las fuertes tenazas se alojaran ahí. Al parecer dijo algo que el mayor no quería oír pero que más habría podido hacer, no conocía sus reacciones. Josh había gritado impidiendole a él defenderse, porque cubrió su boca con sus manos.

"—Los cuervos", pensó. "Eran la señal"

***

Jenna Black dejó las medicinas que había adquirido, sobre la mesa del televisor, aludía a que el Señor Joseph prestaría particular interés por algo que sabía no pertenecía a su centro de relajación, y se las administrará a su hijo. Había encontrado a Josh a pocas calles de la casa y no tardo en traerlo devuelta. Escuchó que el menor  había abandonado la sala hace ya un buen rato para alojarse en su habitación, aludiendo a su cansancio, por lo que está no vio necesario ir a despertarlo por nada. Luego de asegurar bien la entrada mensajeo a Zack, el hermano de Tyler, para que esté se paseara por casa antes de ir a algún partido con sus amigos y cuidará a su hermano.

Josh no había querido volver, pero aquí estaba otra vez. Agradeció que Tyler se hubiera ido a dormir no quería verlo después de esa discusión. Si había vuelto fue porque las rubia aseguro que lo llevaría devuelta a Peterson si la acompañaba a dejarle las medicinas al menor.

—Te preocupas mucho por él —dijo de pronto Josh —Si Tyler fuera una mascota llevaría tu dirección en su placa.

—Eso no sonó tan retorcido como piensas —río ella.

Caminaron largos minutos por las principales avenidas hasta conseguir un tranvía. Minutos en los cuales Josh descubrió aquel lazo tan íntimo que unía a Los Joseph y Los Black. Esos cotilleos por los pasillos no eran sobre los muchachos, eran sobre sus padres. Al aparecer los negocios iban mejor si en los nuevos ingresos del otro iba la firma de uno. Interesante. Los Joseph eran los principales beneficiarios de la Iglesia, y de Peterson, no le sorprendió descubrir que tenían una línea de hoteles muy bien reconocida en América, ni que Tyler hubiera pasado muchos años de su vida en diferentes retiros espirituales internacionales por la creencia de los mismos.

— ¿Y Los Black? —preguntó con burla—¿Cuál es su historia?

La rubia lo miro curiosa — ¿Qué es tan gracioso?

—"Los Black" "Los Joseph" suena a familia de vampiros.

Aquello al parecer no resulto gracioso a la rubia, y cuando se disponía a ofrecer disculpas por ello, ella se hecho a reír. —Vale suena anticuado ¿a qué no? —entonces ambos rieron.

Luego de poco, cuando se hubo relajado. Ella continuó. —Cuando yo era muy pequeña, creía que Tyler y Zack eras mis hermanos. Siempre estuve sola ¿Lo entiendes? tenía una excusa para todo a la hora de ir a casa de Los Joseph. Quería volver pronto, regresar a penas había llegado. Hubo un tiempo en que anduve de berrinches por todos lados. —recordó — Un día papá mato mi ilusión. La verdad es que solo quería que vengan con nosotros, todo el tiempo ¿Entiendes?. No queria viajes, ni salidas todos los fines de  y semana. Quería que todos vivamos juntos en una gran casa.

—Vaya...

—Solo quería una familia completa.

—Tienes dos, voy  entendiendo...

Hubo un silencio, un largo e inquietante silencio en el que se procesaban las historias. Al fin la rubia encontró sus ojos.

—No necesitas entender.

Habían llegado a la estación cuando ella se volvió hacía él. Jenna Black no era como imaginarias que fuera la hija de una familia poderosa, pero si se decidía podía ser intimidante.

—Son mis hermanos Josh. —dijo frente a sus ojos —Si a Tyler le pasa algo, o alguien le hace algo voy a saberlo. Estas advertido.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora