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Cuando más temía que las cosas huyeran de sus manos encontró a su cliente en estas condiciones: Arrinconado contra el muro en medio de un fogoso beso con otro prisionero, un peliazul algo más alto que él mismo, que lo sostenía firme contra su cuerpo. Podía esperar que sus intenciones de burlar a los oficiales y las medidas de vigilancia fueran necesarias para huir del lugar, pero no para esto. Si bien su primera impresión fue esa, ahora que agudizaba indreulo la mirada desconfiada sobre la escena podía encontrar que realmente la situación no era tan fogosa; estaba Tyler ligeramente inclinado sobre el otro joven, quien cual desconocido, había cerrado tímido los ojos ante el acto. Sumergido ambos en un beso casi inocente.

niños

Tratando de no ser muy hiriente, y recordando que se trataba de Tyler, a quien suponía nadie le importaba en este mundo más que su egocéntrica existencia, detuvo sus rabiosos pasos hacía la particular escena para dirigirse de lleno a los oficiales que lo acompañaban: — ¿Disfrutan la vista? ¡Separenlos ya! —rugió furioso.

Lo disfrutaba, el castaño sonreía autentico ante la delicia que era poder acariciar una posesión suya como lo era Josh porque aunque no sintiera más que apego por el joven su presencia le resultaba familiar y eso era suficiente.

El hogar no siempre es la familia, y él lo sabía muy bien.

— ¿Cómo llegaste Tyler? —logro preguntar Josh mientras tomaba distancia.

Acariciaba cuidadoso el rostro del mas joven, en su interior la seguridad daba paso a la ansiedad al evaluar la escena: —¿Po-Por qué, estas aqui?

Quebrando sus fuerzas.

El entusiasmo había sido grande al descubrir que ya no estaba solo en este lugar, tanto que sin notarlo lo había cegado de lo que en verdad significaba la presencia del menor en un lugar tan peligroso como este, tenía muchas preguntas en la cabeza ahora mismo; ¿Qué había sucedido con Tyler después de que huyera?, ¿Dónde había estado todo este tiempo?, ¿Quién lo había delatado?, ¿Cómo?, Y lo mas importante y doloroso, ¿Cómo acontecía su presencia a su propio encierro?, ¿Seria liberado?, ¿Habían condenado al menor?

Lo tomó de sus frágiles hombros, ejerciendo presión sobre estos. —¡¿Qué haces aquí, Tyler?!

Lo lastimarían, abusarían, se darían un festín con él, no le cabía duda alguna de ello. Tyler era pequeño, delicado y muy sensible, un ángel que había olvidado como volar. No habría visitado una cárcel ni en pesadillas, era puro ante sus ojos y con seguridad enloquecería en este lugar.

Se permitió observarlo. No podía permitir que esto le sucediera a la única persona que había apostado por él.

— Relájate, no esta tan mal —dijo. El castaño sonreía ante su desesperación. Y sé señalo el uniforme naranja propio del lugar: — No son mis colores pero me sientan bien, ¿Eh?

Negó

— Tyler, no deberias estar aqui, este lugar no es para alguien como tú.

Recordaba con claridad que había sucedido la noche que lo detuvieron. Sabía lo que había hecho el menor con su antiguo jefe, pero desde que había llegado se juro a todas fuerzas que Tyler lo hizo para defenderlo. Lo había visto con sus propios ojos; el pico de botella incrustado repetidas veces en el rostro del desgraciado y el agujero del que dreno sangre de su cabeza, eran imágenes que no borraría jamás así como el haber presenciado cambios en su personalidad que lo iban sorprendiendo cada día producto de la fuga. Y aun cuando recordaba que fue él, Josh, quien decidió dejarlo solo ese día, alejarse de él liberarlo, ahora que lo tenia al frente solo quería abrazarlo y pedir perdón.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora