40 (A-Epílogo)

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Diciembre 13/07/22

Enrie estaba terminando de resolver un ejercicio en la pizarra con un poco de aliento, extremadamente avergonzado por su padre al lado, sonrió un poco y consiguió erigirse satisfecho.

—¡Lo hiciste! —grito su padre— ¡Lo hizo! Hey niños ¿lo vieron? ¡Mi hijo lo hizo!

Si señor Joseph —corearon los niños.

Enrie se acomodó los anteojos, limpiándose los pantalones desde la rodilla hasta la camisa. Era muy cuidadoso, siempre estaba con un ojo sobre sí mismo, le gustaba estar impecable como su abuela le había enseñado.

—Dame esos cinco —chocó los cinco con su padre. Y luego se cruzó de brazos.

—¿Pa, por qué demore tanto?, Los demás niños ya están en las ecuaciones.

Tyler le paso una mano por el cabello, tenía un corte hongo que, aunque vergonzoso en el pequeño le caía perfecto. Cargó su mochila sobre un hombro, y se lo ajusto a los costados. Haciendo que Ernie se llevara mano a la cara.

Le enorgullecían incluso las muecas de su hijo. Enrie cumplía doce años hoy y estaban en un concurso escolar, era aún un crío aún muy pequeño según Tyler. Pero aun así ya mostraba una actitud algo rebelde sin llegar a ser ofensiva.

—Camina Josh. —bromeó.

Siempre lo llamaba Josh, porque aparte de ser su segundo nombre, caía como gota al agua, Enrie tenía ese algo que lo hacía recordar a Josh. Estaba ahí, dentro de esos ojitos oscuros, cuando rogaba por algún videojuego o cuando lo retaba, ahí estaba su mini Josh.

Apresuro el paso con el pequeño caminado a la par de sus pasos sujeto de su mano. Hoy había llegado su madre de viaje y aunque le guardaba un resentimiento eterno no había podido alejarlo del cariño de un nieto. Zack había tenido gemelas, Enrie era el niñito de los ojos de su anciana madre.

—Pa, ¿Puedo cruzar la autopista solo?

—No —su decisión estaba tomada. No y punto. La calle era peligrosa

Enrie se disculpó solo bromeaba y siguió caminado. Empezó a hablarle sobre lo que había dicho su maestra en clases. Mientras Tyler recordaba aterrado a su difunto amante cruzar la calle, con esa sonrisa en el rostro y la con aferrado a esa silla eterna entre manos.

Sujeto más fuerte la mano de su hijo y este se quejó deteniéndose.

—¿Que pasa, pa?

Los ojos de su hijo estaban asustados, Tyler jamás lo había lastimado, Tyler era el padre más cuidadoso y alegre que conocía.

—¿Estas molesto con esa autopista otra vez?

Ahí estaba otra vez, ese episodio no se borraría jamás de sus vidas, pero Tyler no quería llenar de tristeza el corazón del niño. Le recordaban con una fotografía en casa, había desarrollado un sentimiento de orgullo hacia Josh, porque lucho hasta el último segundo y en verdad fue inocente de todo lo que un día se le acuso y aunque nunca se borraron los cargos, estos se limpiaron de todos modos. No se puede culpar por siempre a un inocente.

Un sentimiento de confianza renovó el pecho de Tyler, hasta se podría decir agradecimiento. No había noche en que no descubriera orando a Enrie una tercera oración para Josh, para el amigo que casi no recordaba pero que sabía que le cuidado de niño.

—No, ya no me enojo con esa autopista. Fue un accidente.

Enrie se volvió a cruzar de brazos

—¿Entonces por qué lloras cuando vemos los vídeos de Josh en las tele o cuando lo ves en los cuadros de las casa?

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora