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Brendon llego a la casa de Tyler. Debby fue muy instructiva con Josh sobre abrir la puerta a quien tocaba, pero a él poco le importo con los ánimos que cargaba. No solo iban a abandonar a Tyler, también se iban a ir lejos y no dejarían indicio alguno de su nuevo paradero. Por momentos Josh estaba tranquilo, se irían a otra ciudad Debby tenía amigos que lo recibirían en una clínica para personas en recuperación motora, sería atendido en un tratamiento eficiente que le prometía recuperar el 40% de su capacidad muscular para poder movilizarse con un bastón, estaba asustado por ello, pero no más por lo que ocupaba todos sus pensamientos.

— ¿No vamos a decirle nada a Tyler? —pregunto Josh a un Brendon que aseguraba la puerta entre murmullos.

El azabache saludo a su amigo. Y con cuidado aseguro. — Nada de nada.

Josh impulsaba las ruedas de su silla, tras los pasos de su amigo que empezó a adentrarse a la casa con rapidez. — Pero sabes como es de insoportable Tyler, él va preguntar qué paso.

— ¿Y a quién? cambiare de móvil, Debby lo hará también, no nos podrá ubicar.

Era buena idea, pero Josh conocía a Tyler como la palma de su mano, incluso para predecir el accionar de sus pasos o eso creía confiadamente él. — Puede ir a tu restaurante.

— No lo dejare pasar.

— Puede gritar. —insistió.

— Josh ¿te estas oyendo? creo que pones excusas para no dejarlo otra vez. —concluyó Brendon.

La castaña había empacado en dos mochilas la poca ropa de Josh y las prendas que ella trajo y que ni había podido usar por el trajín de los días. Revisó un poco su cabello, tenía las llaves en el bolsillo, el móvil en las manos, Brendon ya estaba en el lugar, eso era todo. Viajarían hoy.

— Vámonos de una vez.

Brendon reviso las ventanas. — Mi auto está afuera, vamos

Josh le dio un último vistazo a la casa, ni tan siquiera había terminado de acostumbrarse y debía irse. No le importo. Avanzo con la silla hacía la puerta que daba entrada al lugar, lo único que realmente lamentaba era no saber dónde había ido Tyler, dónde había pasado la noche, si estaba con su madre las cosas no estaban del todo bien eso podía asegurarlo. Pensó que tal vez ahora mismo lo estaría llevando al hospital para darle otra exprimida mental.

Estiro el brazo para girar la perilla de la puerta desde su distancia. Brendon y Debby se apresuraron a atravesar la puerta cuando esta se abrió revelando a un rostro que no habían visto en años. Y que los saludo a todos con implacable sonrisa.

— ¡¿Eres tú, Josh?! ¡Estas vivo! —chilló una voz. —La televisión dijo que habías muerto en el accidente del hospital.

Jenna Black estaba sujeta al brazo de Tyler posesivamente. El chico asomaba una sonrisa siendo opacado por la efusividad de su novia, que no dejaba de hablar como si se conocieran de años o fueran viejos amigos. Josh quiso correr y se sintió un idiota.

Amor, él es Josh.

¿Amor?

Tyler consiguió calmar a Jenna y se las ingenió para hacerla ingresas a la casa, lo que cumplió la mujer con impecable sonrisa

— ¿Hacían maletas? ¿a dónde van?

Jenna era muy observadora, Josh ya la estaba odiando.

— Son mochilas de campo. —comento Debby. — Salíamos a comer afuera.

La rubia guío a Tyler y lo hizo tomar lugar con ella en uno de los finos acolchados.

— Es curioso que digas eso Débora porque Tyler menciono que ustedes no podían salir y se ocultaban de algo.

VOICE // JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora