VOICE // Joshler

32

Peterson desbordaba de gentío como todos los lunes. De entre un grupo de adolescentes, se abrió paso la delgada silueta de un jovencito asustado, quién a largos pasos trató de esquivar a cual se le cruzará por el camino. Había tenido un extraño altercado con un grupo de compañeros en la estación. Su pecho aún subia y bajaba tan rápido que sus ojos chispaban por desbordarse. Escuchó un saludo y lo ignoró, sus pasos fueron más rápido, hasta percibir que lo seguían. Si iba la izquierda encontraría los escalones al aula de ciencias, ahí podría esconderse hasta el medio dia, hasta ir a las clases de teat...

¡Jenna!

La rubia retrocedió sobresaltada ante el repentino impacto.

—Perdoname, no te ví —dijo. Tyler también había estado apunto de caer.

Los ojos de la rubia fueron dulces, con una primera impresión recelosa, pero familiares. De haberla apresiado se hubiera echado a llorar ahí mismo, estaba muy asustado. Segundos después, cuando se disponía a seguir  a su plan, la rubia lo sorprendió saltando a inspeccionar su cuello.

Más extraño le resulto, aún, descubrir que quien lo seguía había sido Ryan.  El castaño tocó su hombro con una sonrisa cortez, y no tardo mucho en  señalar su cuello tal cual lo había hecho ella. Ambas miradas empezaron a incomodarlo, ninguno decía nada, y solo lo tocaban. Tyler descubrió que no gustaba ser el centro de atención y manoseado al mismo tiempo.

Con desdén fue Jenna la que empezó con las preguntas —¿Tyler, con quién haz estado?,¿Quién te ha hecho eso?

Ryan no decía mucho, pero algo en su mirada hizo creer a Tyler que se trataba de algo grave. Tocó su propia piel mirándolos con preocupación.

No tardaron mucho en llegar a los servicios, de los cuales muchos hombres salieron disparados al ver a a una mujer en su fortaleza privada. El ingresar se internaron asegurando la puerta.

—¿Con quién estuviste besuqueandote, Ty? —quiso saber su amigo.

La rubia lo miro con reproche, estaba enfadada, dolida casi traicionada. Había atestiguado tanto por él, tanto tiempo había invertido en convencer a sus padres de que Tyler era un chico sentato y sabía con quienes se relacionaba, para descubrir ésto. De nada había servido tantos años de conocerlo, no sabía nada de él. Seguro se besuqueaba con una banda de chicas criminales, no le importaba, Tyler ya no le importaba. Sacó toallas húmedas de su bolso, loción, y un poco de humectante. Aún con toda la masa que creó nada fue suficiente para cubrir ni una porción del daño.
Quería echarse a llorar, golpear a alguien. Tomó a Tyler y trato de quitar las marcas con irá. No sabía porque se sentía así pero lo estaba culpando a él.

Tyler estaba impaciente, se quejaba y no dejaba de moverse conversado con Ryan, tratando de entender porque  y se reía tanto si la rubia veía tan grave todo. Enojada, Jenna lo condujo al espejo, casi lanzándolo sobre este.

Su curioso rostro cobró color al notar bajo su piel un color oscuro que sobresaltaba en tonos purpura muy intensos, parecían heridas. Cuando creyó descubrir su origen, se cubrió avergonzado tras él refugió de sus manos sin encontrar otra solución.

Josh lo había besado ahí, creyó que las mariposas estaban ahí y por eso picaban. No había creido que fueran malas hasta ahora, que veía lo que hicieron.

Jenna Black lo veía realmente enojada de Jenna, intimidado tomó la fubanda de Ryan, quién se la ofrecía con una mirada incómoda hacía la rubia. Las campanadas resonaron con potencia. Qué haría ahora.

—Tengo una solución. —Dijo Ryan.

***

Ahora, era Debby, quién no se preocupó en ningún instante por ocultar su impresión, soltando pequeñas risitas cada que veía el  avergonzado rostro del menor.