VOICE // Joshler

25 (A)

Tyler pasó una semana tratando de ser un buen ayudante. La razón por la que Debby debía convivir con ellos la comprendió durante los últimos días de la semana, Josh no estaba bien. La salud de su amigo estaba más comprometida de lo que había imaginado, durante los pocos días que lo tuvo a su cuidado, de forma inexperta había cambiado los vendajes de sus musculaturas sin aplicar cremas reconstructivas, razón que explicaba los problemas de sueño de su amigo. Los tejidos dormidos se anudaban durante el día, había que hacer masajes a las zonas más tensas, tratar de revivir la composición nerviosa y ayudar a estimular la circulación hacía los sentidos. Los alimentos que Josh había estado ingiriendo tampoco eran los mejores, Tyler desconocía la dieta que tendría que recibir, incluso la importancia del uniforme que tanto había batallado por quitarle.

— Josh necesita la ventilación.

— Siento que muere de frio. —dijo Tyler.

La castaña buscó a Josh, la distancia que existía entre ambos en el sillón, era conveniente, en comparación al tranquilo Josh que dormitaba una siesta en una esquina cercana.

— Tyler, él no siente frío ni calor. —fue la apreciación de la mujer. — No puede sentir nada desde la cintura para abajo.

La salud de Josh estaba en sus pensamientos a diario, empezar a pasar más tiempo con él estaba convirtiéndose en su mejor pasatiempo, el trabajo había sido relegado a segundo tiempo, la preocupación por encajar en el mundo bajo los parámetros que había dejado su otro yo, ya no lo atormentaba en las noches, las noches eran mejores ahora.

— Brendon está preocupado. —dijo la castaña pensativa. Últimamente había estado pendiente de mantener vivos a los tres pero al mismo tiempo, se mantuvo lejana.

— ¿Paso algo malo?

— Debemos cubrir las ventanas.

La travesura heroica aún le pisaba los talones, tardó pero comprendió la gravedad del caso cuando vio a Debby deambular en pijama a través del salón principal. Brendon tenía que estar realmente muy furioso con él para poner a la castaña a cuidarlos, no lo recriminaba, estaba en deuda, Brendon incluso no lo había despedido, podía recuperar el empleo en un par de días, por el momento Ryan lo cubría las excusas que habría inventado su amigo.

— ¿Quieres que empiece ahora? —preguntó, recordaba vagamente que en la habitación de sus padres habían muchas revistas que podría utilizar. — Puedo terminar rapido, te ayudaré a preparar la cena.

Lo hicieron juntos, en la habitación de los Sr. Joseph hubo suficiente revistas para empapelar las ventanas de la casa, de poco sirvieron las tijeras que Tyler busco por largos minutos porque la necesidad de mantenerlos ocultos fue mayor, con ayuda de la castaña lo terminaron en poco tiempo. Dejó de ser una vulgaridad mental imaginar que la castaña se estaba volviendo loca pero cuando vio a Josh respirar tranquilo movilizándose en la vieja silla de ruedas, lo entendió. ahora podía ver el cambio, Josh estaba más cómodo.

— Gracias por ésto Debby.

La castaña lo abrazo con cuidado. — Descansa Ty.

La casa se veía diferente, no solo porque el interior ocupaba a nuevos alojantes como el cuarto de Zack que era ocupado por la castaña, la cantidad de papel en la ventana lograba oscurecer el interior.

Tyler observó al teléfono en la pared y se detuvo frente a el, hace una semana que no hablaba con su madre, sabía cuan era importante para ella y lo preocupada que se encontraría, con seguridad estaría buscándolo con oficiales de policía en todos los lugares cercanos, fue por ello que consulto con Brendon el tema de su trabajo, temía que su madre hubiera acusado a su amigo por la desaparición.

¿A quién más culparían por su desaparición? Ella no sabía nada de Josh, ni de los demás.

Cuando Brendon decía que todos estaban en peligro, Tyler se sentía seguro porque a él solo lo estaba buscando su madre y con seguridad en compañía de su novia.

Tyler iba a tomar el teléfono cuando sintió que alguien tiraba de su camiseta. — ¿Ya vas a dormir? —oyó.

Al parecer Debby aún no acostaba a Josh, despacio y aunque se había asustado mucho, se alejó del teléfono para voltear, tomar la silla de ruedas y empezar a empujarla por delante.

— Uno de estos días, Debby nos va descubrir. —dijo despacio.

Josh bostezo un poco. — No podemos abusar de ella, si yo pudiera atenderme solo créeme que lo haría.

— No me refería a eso.

— Lo sé, te molesto con mi discapacidad también. Créeme que si pudiera cambiarme solo lo haría.

Tyler detuvo la silla a medio camino. — Josh, no es eso.

— ¿?

El castaño se inclinó a su altura. — Me refería a que Debby puede descubrirnos hablando. —repitió. — Hablando.

No espero que Josh se rectifique, la verdad es que al igual que Debby también se encontraba muy cansado, ayudo al mayor a dejar la silla para cargarlo por la pequeña escalera que guiaba a las habitación conjuntas, el pelirrojo estaba tan delgado que lo pudo elevar con facilidad.

— Yo te acostaré ésta noche, Josh.

Debby no era su enemiga, pero tampoco su amiga, pensó que no se enojaría si hacía un poco de su trabajo, de todos modos quería ayudar a Josh con lo que podía.

— Tyler, ¿qué haces? —preguntó Josh alarmado.