Compromiso

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***No olviden leer la nota al final del capítulo, es importante***



La paciencia de Sesshomaru de por sí ya era escasa, así que detuvo el auto de golpe haciendo incluso dar un pequeño salto en los asientos, se acercó a ella de repente para encarar su rostro mordaz y habló sin piedad.

-A mí me gusta rudo. –Exclamó. –Me gusta azotar y que me azoten, me gusta clavar mis uñas en la piel de quien esté conmigo en la cama y tirar de su cabello; he dejado a mis parejas llenas moretones y rasguños porque me gusta que resistan en la cama. Las he amarrado y ellas a mí, he hecho que se dobleguen y me han doblegado porque así me gusta. –La confrontó desesperado, descargando su enojo de manera errónea. Pues al ver los enormes y brillantes ojos de Rin recaer, se sintió como un completo idiota. Rin estaba borracha, no sabía lo que hacía, no estaba consciente del todo y por eso había dicho estas cosas absurdas sin querer; y él estaba completamente consiente, reprochándole eso en la cara sabiendo exactamente por qué lo hacía. Se sintió fatal

-Las... las otras mujeres también le han dicho amo y que son suyas. –Inquirió un tanto desanimada.

-No. –Suspiró calmándose. –Solo tú, solo he querido que lo digas tú.





Rin y Sesshomaru estaban sentados uno al lado del otro en uno de los finos sillones de la gran sala principal de la mansión. Frente a ellos, Irasue los miraba severamente, como analizándolos; Sesshomaru le sostenía la mirada con frialdad, mientras que Rin divagaba entre su prometido y su futra suegra, ambos eran escalofriantemente parecidos. Kagome estaba sentada en el sillón más pequeño mirando con anhelo a su mejor amiga y a su cuñado, recordando aquel tiempo cuando eran más jóvenes y ambos se acercaron a ella pidiendo su ayuda para confesarse el uno al otro; el destino era un juego engañoso. InuYahsa estaba de pie al lado de Kagome, mirando con desaprobación a su medio hermano y sintiendo un poco de lástima por Rin, si ella realmente amaba a ese idiota, entonces sufriría mucho si sus sospechas eran correctas.

-¿Cuándo planean casarse? –Los interrogó Irasue.

-En dos semanas. –Respondió en seco.

-¿Qué? ¿Dos semanas? –Jaken inquirió sorprendido. –Chamaca, pero me dijiste que en Kagoshima tenías...

-Así es. –Sesshomaru lo interrumpió antes de que pudiera mencionar al noviecito que Rin dejó en ese pueblo. –Me casaré con Rin, así que como su abuelo quiero que nos des permiso, Jaken.

-Si la felicidad de Rin está con usted, para mí será un placer entregarle a mi nieta, amo bonito. Pero, ¿no creen que es muy rápido?

-Estuvimos separados por muchos años, abuelo. –Rin intervino. –Ambos comprobamos que el tiempo no pasa en vano, no queremos esperar más.

Sesshomaru la miró conforme con su respuesta.

-Qué remedio. –Suspiró Irasue. –Supongo que mi querido Tōga siempre tuvo razón.

-¿El amo Tōga? –Inquirió Rin.

-Mi esposo siempre dijo que tú eras la única persona que podía estar al lado de nuestro problemático hijo. –Sesshomaru bufó ante su comentario. –Parece que no importó todo este tiempo que duraron separados. Si ese es el caso entonces tampoco voy a oponerme. Tú, Kagome y yo nos ocuparemos de organizar lo necesario para que todo salga bien, será un enorme evento... Es más, tendrán una doble boda, una ceremonia sintoísta y una occidental; todas las grandes personalidades estarán aquí. ¿Qué les parece si la celebramos en un templo y luego pasamos a un enorme salón de eventos? Desde mañana tenemos que...

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