***Advertencia***
Este capítulo hace mención a la sangre y a la violencia. Por favor, seamos discrtxs y responsables con la lecutra.Esto es ficción, lamento si resulta ser un tema sensible para algunxs.
Algo que pudiera asociar con su relación con su esposa ya que, después de todo, esas niñas eran parte de ambos. Lo primero que se le venía a la mente era el amor, pero tenía que ser algo más rebuscado, algo como la pesada eternidad que sintió al separarse de ella y el momento en que todo se compactó cuando la encontró, como si esa perpetua espera hubiese sido la infinidad más efímera del cosmos. Una eternidad que lo distanció de ella y que se convirtió en un pequeño momento apenas la vio.
Eternidad... Momento.
-Towa. –Susurró. –Setsuna. –Opuestos perfectos que describían lo que sentía por su esposa, por sus hijas, por su felicidad.
-Un momento eterno. –Rin musitó enternecida. –Son perfectos, mi señor Sesshomaru.
-Taisho Towa y Taisho Setsuna. –Reafirmó. –Towa y Setsuna.
Esa angustia... Ese tipo de desesperación y ese nivel de desasosiego lo conocía muy bien a pesar de haberlo vivido únicamente algunas tres o cuatro veces a lo largo de su vida... Y todas ocasionadas por la misma mujer.
Él nunca flaqueaba, se le conocía por ser alguien muy sensato y hasta despiadado, imperturbable, inmutable y de gesticulación insípida. ¿Era posible que alguien así pudiera doblegarse ante algo?
Sí.
Porque incluso el hombre más frío podía quebrarse por amor.
Aquella incertidumbre era como tener una presión mortífera obstruyéndole el pecho, una inquietante electricidad recorriendo toda la extensión de las venas de su cuerpo, lo cual hacía que le temblaran las manos levemente, además, por más que pasara saliva, su boca no dejaba de estar amarga. La primera vez que sintió ese tipo de angustia fue cuando Rin desapareció por primera vez, cuando aquella malnacida mujer que se llamó a sí misma su madre la apartó de su hogar y salió a las calles a buscarla inútilmente. Las otras veces habían sido vidriosamente iguales; cuando desapareció en su cumpleaños hace muy poco tiempo en realidad, cuando creyó que ella se había ido al enterarse de la verdad y ahora, que estaba a punto de irse con el hombre equivocado, con la sombra de su amor, con quien no debía estar.
¿O no?... ¿Era que acaso Rin estaría mejor con Hakudoshi que con él?
Sesshomaru y Kagura iban en el auto rumbo a la estación que Hiro les había indicado, quien conducía era Kagura, pues era quien menos alterada estaba, quien estaba más centrada y no parecía tan desesperada como Sesshomaru, quien tenía su mirada perdida en el pasar de la carretera y su boca entreabierta dejaba escuchar su pesada respiración.
Kagura lo miraba de reojo, pensando en lo increíble que Rin podía llegar a ser al haber logrado un efecto así en él, en aquel hombre que ni ella pudo quebrar sino hasta el punto en que lo destrozó de la peor manera. Incluso... Sintió algo de pena por él.
Por su parte, Sesshomaru se seguía preguntando si era lo correcto o no que Rin se fuera. Ya la había lastimado horriblemente, había roto todas sus promesas hacia ella, le había mentido, se había metido con otra, le dijo cosas terribles y la había herido a más no poder. Ella se iba porque quería escapar de él, quería huir del dolor y de todo lo que estaba mal en su vida: Él.
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Llegar a ti
Fanfiction¿Cuántas veces tienes que ser golpeado en la cara por el amor para saber que estas frente a tu destino? Al parecer, a Sesshomaru Taisho todavía no le queda claro. Rin y Sesshomaru se conocen desde la infancia, al crecer juntos, cuando son adolescent...