🌟No se pierdan el dibujo del final🌟
De repente todos levantaron la cabeza por el llanto del primer bebé, se escuchaba fuerte y claro, con una vigorosa energía. Sesshomaru pudo soltar su primer suspiro de alivio, los rezos de Jaken siguieron sin cesar, Yue se mordía las uñas, Kagome despertó y se unió a InuYasha en su tic nervioso e Irasue siguió igual de imperturbable.
Cuando Sesshomaru abrió los ojos su esposa ya no estaba junto a él, ese vacío era horrible, se había acostumbrado tanto a que ella fuera su primer paisaje al abrir los ojos por las mañanas que al no encontrarla se sintió vacío. Sería un largo domingo.
En la cocina, Rin terminaba de desayunar sola, pues había elegido levantarse más temprano para no tener que compartir la mesa con su familia, el único que estaba ahí era Jaken, quien ya se había enterado de lo pasó en la noche anterior, todo el mundo lo sabía y no podían dejar de estar decepcionados por el deplorable comportamiento del amo Sesshomaru.
-Rin. –La llamó una tímida voz femenina. –Bu-buenos días.
-Kagome. –Dijo su nombre con tono serio, levantándose de la mesa una vez terminó de comer.
-¿Podemos hablar? –Le pidió acercándose a ella. Rin se detuvo. –En serio lamento no habértelo contado, pero queríamos que fuera Sesshomaru quien te lo dijera.
-Está bien. –Cedió sorprendentemente rápido, pero eso era porque pensaba que no valía la pena discutir si ese día se iría. –Tú... ¿Cómo les fue?
-Bien. –Respondió aun cohibida. –Hay mucho que queremos decirles, pero esperaremos a que las cosas se calmen.
-Las cosas están calmadas, tenemos un acuerdo. –Recalcó fríamente.
-Rin, no quiero justificar a mi cuñado ni decir que lo hizo estuvo mal, pero él te ama, por favor, reconsidera el divorcio.
-Déjelo, señorita Kagome, mi niña no tiene por qué soportar algo como eso. –Se quejó Jaken.
-Acabas de regresar, no tienes idea de las cosas que han pasado. Tomamos una decisión y él estuvo de acuerdo, no pude retractarse. –Puntualizó procurando no doblegarse. –Ahora debo irme a atender un asunto.
-No te vayas a ir sola, chamaca. –Le advirtió Jaken. –Llévate a Kansaki.
-Sí, papá. –Se inclinó a darle un último abrazo sin despedirse de más para no verse tan obvia, cargó el bolso que había preparo el día anterior y se puso la bufanda de su esposo para encaminarse a la puerta.
Pero se detuvo, esa quizá sería la última vez que veía a su mejor amiga, así que regresó corriendo para abrazarla, la rodeó de la cintura y cerró los ojos, recordando que también había extrañado mucho los abrazos de Kagome en su ausencia. La pelinegra suspiró profundamente y correspondió el abrazo de su amiga, pidiéndole perdón por no poder hablado antes con la verdad.
-Adiós, Kagome. –Exhaló separándose.
-Nos vemos luego.
Así, Rin salió por última vez de la mansión Taisho.
Hizo que Kansaki la llevase al centro, a la boutique de Kagura, sin sentir la mirada asesina que llevaba sobre los hombros. Podría ser tan sencillo acabarla desde ahí, pero quería acecharla, quería sentir de nuevo esa adrenalina de estar a punto de extinguirla.
Llegó en menos de lo esperado, el tráfico del domingo no era muy concurrido como los otros días. El auto se estacionó frente a la enorme tienda, encontrándose con que Kagura recién iba abriéndola, Rin esperó para bajar mientras observaba a la mujer de ojos rojos, entrando a la tienda con la mejor disposición, pensando en todo lo que pudo haber sido no le hubiera mentido.
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Llegar a ti
Fanfiction¿Cuántas veces tienes que ser golpeado en la cara por el amor para saber que estas frente a tu destino? Al parecer, a Sesshomaru Taisho todavía no le queda claro. Rin y Sesshomaru se conocen desde la infancia, al crecer juntos, cuando son adolescent...