Aoi se fue después de terminarse el pequeño cuenco de arroz. Rin se quedó sola, gratamente sola; podía incluso dedicar más tiempo a peinar su cabello, y decidió hacerse una pequeña coletita del lado derecho como solía peinarse en la secundaria, pero decidió hacerlo para que así el señor Sesshomaru la reconociera más fácilmente.
En medio de todo el salón había una gran mesa adornada con un montón de flores, en donde los novios y su familia cercana tomaron lugar. Todo el mundo celebraba la boda del presidente y su prometida, música en vivo animaba la fiesta y desde su lugar, Sara Asano esperaba el momento en que Rin se separa de Sesshomaru al menos por un segundo, pero eso no había sucedido en toda la tarde, esa chica parecía una plaga.
-Señor Sesshomaru, baila conmigo. –Le propuso animada; sabía que a él no le gustaba bailar, menos frente a tanta gente, pero estaba tan feliz que quería hacerlo, y nada perdía con intentarlo.
-No quiero. –Espetó en seco.
-Entonces bailaré con el señor InuYasha. –Exclamó buscándolo con la mirada, pero él ya estaba en la pista intentando seguirle el paso a Kagome, quien prácticamente lo había sacado a bailar a rastras. –Ya sé. –Se levantó de su asiento. –No me tardo, será solo un ratito. –Levantó un poco la esponjosa falda de su vestido para no tropezar y fue hasta la sección de mesas en donde habían recibido a los empleados de la compañía. –Espero que estén disfrutando la fiesta. –Saludó a sus invitados, todos levantaron sus copas y brindaron en su honor. –Kohaku Nakamura, ¿me concedes una pieza? –Le dijo a su amigo extendiendo su mano.
-Para mí será un honor. –Tomó la mano de su amiga y la llevó al centro del salón, la tomó de la cintura y comenzaron a bailar al ritmo de la suave melodía del violín.
Cada que la hacía girar, su vestido volaba con el aire, haciéndola lucir encantadora. La música era animada, al igual que el par de amigos que reían por toda la pista a un ritmo alegre.
Sesshomaru no apartaba la vista de su esposa, quien se carcajeaba cada que Kohaku parecía decirle algo.
-¿Dejaste a tu esposa bailar con otro hombre? Me sorprendes, creí que ella te gustaba. –Miroku llegó a sentarse junto a Sesshomaru.
-¿Y qué tiene que ver que me guste con que ella baile con alguien más? Ella quería bailar, a mí no me gusta hacerlo, lo más lógico es que baile con alguien a quien sí le guste.
-¿Y no estás ni un poquito celoso?
-Lo estoy, otro sujeto está abrazando a mi esposa de la cintura. Pero eso no quiere decir que no la deje bailar con él, ni siquiera tendría que "dejarla" hacer algo, ella puede hacer lo quiera.
-Admiro tu madurez, hermano.
-¿Por qué no estás bailando con Rin? –Kagome arribó de repente siendo seguida por InuYasha, quien parecía haber tenido suficiente en la pista de baile. –¿Y ya vieron a Sara? Viene con un vestido blanco. ¡Blanco! Qué falta de respeto, es una tonta, por eso nadie la quiere. –Refunfuñó. –Bueno... qué importa, ni quién le hace caso. En unos minutos, Rin y tú bailarán su vals y toda la atención se centrará en ustedes, más de lo que ya está, claro.
Sesshomaru soltó un chasquido de disgusto, lo había olvidado, había un vals, uno del que no podría zafarse; pero al menos, serviría para darle el gusto a Rin. De inmediato la buscó con la mirada, pero no la encontró, había desaparecido junto con Kohaku. ¿A dónde habría ido?
-No te lo he dicho, pero te ves preciosa. –Le confesó estando a solas en uno de los balcones del salón, habían bailado demasiado y Rin quería tomar aire fresco.
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Llegar a ti
Fanfiction¿Cuántas veces tienes que ser golpeado en la cara por el amor para saber que estas frente a tu destino? Al parecer, a Sesshomaru Taisho todavía no le queda claro. Rin y Sesshomaru se conocen desde la infancia, al crecer juntos, cuando son adolescent...