Te amo

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***⚠Advertencia⚠***

Este capítulo contiene narración explícita de escenas que pueden ser inapropiadas para algunxs lectorxs. Por favor, sean responsables y discretxs con la lectura.

Y ya no sé por qué a estas alturas les sigo diciendo esto si de por si lo terminan leyendo todxs. Jjsjjaja Bueno, al menos que nos les atrapen leyendo cochinadas. 7u7

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–¿Si el amor esta basado en mentiras significa que no es real? ¿No brinda el mismo placer?





Rin tragó con fuerza un nudo en su garganta, hizo sus manos puños para armarse de valor, respiró profundo y miró a su esposo con determinación. Lo que sea que sucediera ahora, estaría lista, estaría bien dispuesta a demostrarle a su esposo que lo amaba más que a nada.

-Yue, por favor retírate, tu señor y yo hablaremos. –Rin le pidió con amabilidad.

-Sí, ama. –Respondió atento, se reverenció ante sus amos y de fue de su casa dejándolos solos.

-¿Es muy importante o puede esperar hasta después de la cena? Hice yakimeshi* con camarones, tu favorito. –La castaña pretendía actuar normal frente a su esposo, aunque por dentro estuviera muy inquieta.

-No puede esperar, Rin. –Exclamó en seco dejando su portafolios y su saco en el perchero de la sala.

Rin suspiró son pesadumbre preparándose para lo peor. Sesshomaru caminó hacia ella sin mostrar ni una pizca de emociones en su rostro, su expresión permanecía serena y pulcra, como todos los días. Se posó frente a ella, muy, muy cerca, a solo centímetros de distancia. Rin tenía que levantar el rostro para mirarlo, Sesshomaru tenía que agachar la vista, su diferencia de estaturas era muy notoria, pero exquisita.

-¿Qué es lo que quiere decirme? –Se atrevió a preguntarle. Sesshomaru la tomó de los hombros con firmeza, Rin inhaló profundamente.

-Quiero decirte lo mucho que te extrañé. –Dijo bajando su rostro para besarla, estampando sus labios contra los de ella, hundiendo su aliento en la diminuta boca de su esposa, saboreando su dulce saliva. Rin, algo sorprendida, correspondió el beso sin siquiera poder cerrar los ojos como de costumbre, pero moviendo sus labios con adorable agilidad. –Te extrañé. –Confesó con voz neutral. –Listo, sentémonos a comer, tengo hambre. –Exclamó soltando a la chica para poder sentarse en su lugar en la mesa.

Rin abrió la boca levemente y parpadeó seguido, estaba confundida. ¿Eso era todo lo que quería decirle?

Giró a ver a Sesshomaru, quien ya se encontraba llenado el par de tazones con el delicioso y colorido arroz que preparó su esposa y el par de vasos con té verde.

-¿Es todo? –Preguntó sentándose.

-Pues perdón por expresar mis sentimientos. –Exclamó irónico. –Creí que eso te gustaba.

-Ah... no, no me malentienda. –Se apresuró a corregirse. –Es que habló tan seriamente hace un instante que creí que algo malo había pasado... en la empresa.

-No, nada pasó. Solo... las preguntas que le hiciste a Yue fueron raras y... muy específicas. –Reconoció conteniendo el temor en sus palabras. Esas preguntas sonaban a lo que él había hecho. ¿Rin habría descubierto algo esa tarde?

-Oh, eso... Ay, no sé. –Mintió. –Solo quise preguntarle eso porque... se veía tan ilusionado con nuestra historia. Creo que soy algo malvada. –Bromeó.

-Ajá. –Masculló sin creerlo completamente. Esas preguntas lo mantenían intranquilo.

-Lo digo en serio, no hay nada en especial. Al menos... que usted quiera decirme algo. –Habló con discreción sentándose a la mesa. Sesshomaru tragó duro el bocado de arroz.

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